Las ultimas “Reflexiones” que el comandante Fidel Castro Ruz ha expuesto a la creciente avidez de sus lectores de todo el planeta, dibujan nuevos escenarios bélicos que, sobrepasan sus conocidas conceptos y concepciones de exitoso estratega militar vencedor de una cruel y mafiosa dictadura, orientador de generaciones de revolucionarios latinoamericanos que desafiaron el viejo dominio de castas oligárquicas y de elites políticas de Nuestra América y conductor de la extraordinaria operación militar intercontinental con la que, no solo se garantizó la soberanía y la independencia de los pueblos recién liberados del colonialismo portugués, sino que creó las condiciones políticas y militares que hicieron posible pocos años después, la disolución del régimen del apartheid surafricano y la descolonización de Namibia.
Estudiando científicamente todos los conflictos armados de la historia antigua y moderna y, en especial, los que se desarrollaron en el siglo XX, el comandante Fidel ha podido comprender, como ningún otro revolucionario de Nuestra América y muy pocos en el mundo, la evolución de la guerra, desde su condición de instrumento natural de conquista de los Estados de clases sobre otras forrmaciones históricas, con el fin de adueñarse de su riquezas naturales y culturales y explotar y esclavizar a sus pueblos, hasta el estadio actual de ser la gran empresa que sustenta el aparato económico imperialista, en su proceso de modelación y adaptación de los pueblos y Estados, especialmente los propios, a una nueva realidad global signada por el control total del planeta Tierra por un Estado Global impuesto por la fuerza o la amenaza del uso de la fuerza y a favor de grupos económicos hiper-elitescos concentrados en los centros en el complejo militar industrial norteamericano y en los centros financieros de sus aliados de Europa y Asia.
No por casualidad, este “genio maléfico”, como lo califican los imperialistas norteamericanos, ha podido enfrentar y derrotar durante 52 años a la maquinaria de guerra, inteligencia y espionaje más extraordinaria de cuantas hayan existido a lo largo de la historia de La Humanidad y contribuido, de manera determinante, al diseño la doctrina militar de “guerra de todo el pueblo” que sintetiza las diversas experiencias militares que los movimientos de liberación nacional y anticapitalistas, acumularon desde las luchas de independencia de Nuestra América en el siglo XIX, pasando por la heroica Comuna de Paris hasta las revoluciones mexicana, rusas, china vietnamita, argelina, las experiencias soviéticas y yugolasva de la segunda Guerra interimperialista mundial y la guerra de guerrillas de Africa, Asia y América Latina, en el siglo XX.
Hoy, aunque no lo dice expresamente en sus “Reflexiones”, ni en sus últimas apariciones en diversos escenarios públicos de Cuba, todo pareciera indicar que el viejo guerrillero, estadista y estratega militar de la guerra revolucionaria está en camino de superar sus probadas concepciones militares para proponerse otra formulación que toma en cuenta las dramáticas realidades que hoy vive el planeta Tierra, a causa de la crisis global del Capitalismo, las debilidades energéticas de su modelo de producción y consumo, la depredación irreversible de los tres de los elementos esenciales de la vida planetaria – agua, aire y la capa de ozono – , las devastaciones originadas por el cambio climático y la insurgencia de Estados, pueblos, naciones y etnias que lucha por su preservación de sus medios de vida y quehacer cultural, la recuperación de su memorias y recursos históricos y la defensa del Planeta en peligro de ser exterminado por una conflagración mundial.
Los análisis que sobre la hipótesis de guerra sionista-imperialista –otanista contra Irán y la utilización de extraordinaria documentación de estudiosos de la materia militar y geopolítica, evidencian que para el comandante Fidel Castro Ruz podríamos estar - ya - en presencia de un “estadio holocaustico” de la Humanidad, en la que toda resistencia individual al Poder destructivo de las fuerzas del Estado Global, sería absolutamente inútil, por cuanto ésta sería respondido con una fuerza de tal suerte destructiva, que sus efectos se esparcirían por todo el amplio entorno de ese escenario bélico, que serviría de lección contundente a los pueblos, quienes deberían escoger entre “”Sumisión o Martirio”.
En ese línea de reflexión del esclarecido comandante Fidel Castro Ruz, no existe posibilidad alguna de resistencia individual de los pueblos a esa maquinaria de guerra, ni posibilidad alguna de que la solidaridad de otros pueblos puedan impedirlo, porque estaríamos en un momento del desarrollo de la Humanidad, en donde el Capitalismo, en su fase suprema y terminal, El Estado Global, pretende alargar su sobrevivencia por lo menos, por un milenio más, si logra imponer y consolidar el Estado Global, con sus corporaciones y ejércitos planetarios, sustentado en la alianza imperialista-otanista-sionista.
“Insurección Obrero-Campesina”, “Guerra de Guerrillas”, “Guerra Popular Prolongada”, “Insurrección Cívico Militar”, son parte del legado histórico de las guerras revolucionarias nacionalistas, de liberación nacional y anticapitalistas que, hoy, con los medios de guerra nucleares tácticos y estratégicos, el comando y defensa satelital, los medios electrónicos de mando y ataque, las super-bombas convencionales, la tecnología misilística de ataque y defensa desde mar, tierra y aire y, el uso del espacio sideral y las supercomputadoras, parecieran hacer imposible toda resistencia racional de un pueblo a ese tipo de enemigo, solo quedando como opción: La Lucha de Toda la Humanidad o el Martirio de los Pueblos.
De allí que hoy, el último líder revolucionario del siglo XX, que desafió en octubre de 1962 la amenaza del imperialismo norteamericano de barrer del planeta Tierra a la Cuba revolucionaria con el uso de armas atómica puede, sin renunciar a sus sagrados principios, predicar que la única posibilidad real de evitar la destrucción atómica del planeta está representada por la unificación y movilización de la Humanidad para impedir que el imperialismo, en su antihistórico propósito de preservar la riqueza y los privilegios de los dueños del complejo militar industrial y los grupos financieros globales, desate la vorágine holocáustica en este y el espacio sideral, extinguiendo todo rastro de vida en el único lugar del Universo conocido en el que existe vida e inteligente.
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