En diciembre de 1993, Gabriel García Márquez y un grupo de intelectuales firmaron el “Manifiesto de Legalización de las drogas”, cuyo texto dice: “La prohibición ha hecho más atractivo y fructífero el negoció de la droga y fomenta la criminalidad y la corrupción a todos los niveles. Sin embargo, los Estados Unidos se comportan como si no lo supieran. Colombia con sus escasos recursos y con sus millares de muertos, ha exterminado numerosas bandas y sus cárceles están repletas de delincuentes de la droga… En Estados Unidos, en cambio, se abastecen a diario y sin problemas 20 millones de adictos (ahora 60 millones o más). Lo cual sólo es posible con redes de comercialización y distribución internas muchísimo más grandes y eficientes.
“Puestas así las cosas, la polémica sobre la droga no debería seguir atascada entre la guerra y la libertad, sino agarrar de una vez al toro por los cuernos y centrarse en los diversos modos posibles de administrar la legalización. Es decir, poner término a la guerra interesada, perniciosa e inútil que nos han impuesto los países consumidores y afrontar el problema de la droga en el mundo como un asunto primordial de naturaleza ética y de carácter político…” (El Fantasma del Valle, León Moraria. 1998. Pág. 182)
En definitiva, si el consumo de cigarrillo (cáncer), el consumo de alcohol (alcoholismo), el sexo promiscuo (Sida), el consumo de azúcar (diabetes), el de sal (hipertensión), el de grasas saturadas (colesterol) Frente a este cuadro de usos, prácticas, excesos o libertades individuales ¿Por qué se prohíbe el consumo de drogas, el aborto o la relación entre personas del mismo sexo, libertades que le permiten al individuo hacer de su vida lo que mejor le parezca?
Llegado el momento y la legalización se convierta en norma universal ¿Cómo queda la campaña contra el tráfico y consumo de drogas al que han estado sometidos nuestros países? Frente a los gravísimos problemas de la droga (delincuencia, corrupción, criminalidad, impunidad), causados por el inmenso volumen de dinero que acopia su distribución y venta, el daño que le cause al individuo, pasa a un plano secundario. Entre la contradicción del daño a la sociedad y la contradicción del daño al individuo ¿Cuál contradicción tiene prioridad? Salvar a la sociedad conlleva salvar al individuo.
Por causa de la droga, el gobierno colombiano ha transformado el Estado nacional en Estado delincuente. En México, idéntico proceso está en marcha. El filósofo materialista y ateo, Spinoza (1632-1677) dijo: “Lo que no puede prohibirse debe necesariamente que ser permitido, aunque en ocasiones esto origine daños.”
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