REFLEXIONES A 200 AÑOS DE INDEPENDENCIA Y 100 AÑOS DE LA REVOLUCIÓN MEXICANA ( 20 nov.1910-2010),
Papel de Trabajo para la discusión del Diplomado sobre Indosocialismo, interculturalidad y socialismo del siglo XXI.
º ¿Los pueblos originarios y los gringos en el mismo saco como “los enemigos de México”? ¿Cuál México? Esa sombra de una sombra, se prolonga todavía sobre todos nosotros, los pueblos del continente.
º Los pueblos originarios como pretexto para fundar un nuevo racismo anti-indígena, otra variante del hispano/centrismo disfrazada de universalidad y lucha contra la hegemonía anglo-norteamericana. Cómo repercuten hoy esas falsas ideologías contra los intereses específicos y comunes de nuestros pueblos y países.
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Todo marxismo que me despoje de mi propia historia y cultura, es religión opio del pueblo.
Eduardo Galeano (El Tigre Azul)
Si la revolución mexicana (1910) no hubiese tenido una orientación anti-indígena, es muy probable, que la revolución soviética siete años después, hubiese tenido una orientación muy distinta sobre todo, en lo tocante al manejo de sus relaciones con los pueblos, las naciones y nacionalidades. Y aunque lo intentó con mucha seriedad al principio, el estalinismo y la dinámica de la segunda guerra mundial, se interpusieron contra ello de manera definitiva.
Esteban Emilio Mosonyi
DOS ENEMIGOS DE MÉXICO PARA VASCONCELOS: INDÍGENAS Y GRINGOS EN EL MISMO SACO O UN “ANTI-IMPERIALISMO” PREÑADO EN LAS “BUENAS INTENCIONES” DEL COLONIALISMO INTERNO
¿Parirán esta vez de buenas intenciones Vasconcelos y sus vasconcelianos?
¿Quiere decir esto señor José Vasconcelos, que son tan enemigos de México los pueblos originarios como el imperialismo norteamericano? ¿Pero, explíqueme entonces de qué México me habla usted al margen de sus pueblos originarios? ¿De la mitad del México usurpado por los Estados Unidos en 1846-48? ¿O de la otra parte del México Profundo, originario, que se resiste a ser colonia del norte? ¿Se ha dado cuenta usted que sin pueblos originarios México no existe y su territorio restante sería subsumido por la bota imperialista yanqui? ¿O es este su propósito final encubierto? ¿Cómo ha hecho usted para meter al usurpador y al usurpado en un mismo saco y promover y justificar como proyecto la destrucción de los pueblos originarios de todo un continente? ¿De cuándo acá los pueblos originarios –como pueblos- han tenido intereses comunes con los conquistadores e invasores del norte?¿Acaso todo imperio no busca dividir y enfrentar para vencer? ¿Por qué lo que sobrevivió al genocidio y a la conquista del oeste norteamericano, fue recluido en reservaciones? ¿No es acaso la misma justificación de escoger entre “civilización o barbarie”, lo mismo que movía tanto a Sarmiento y Alberdi, como a Vasconcelos? ¿Qué enfrentó Mandela en Sudáfrica como Apartheid, no fue la falsa escogencia entre civilización o barbarie?
AUTOCONFESIÓN DE GENOCIDIO FUERA DE TODA SOSPECHA MEDIÁTICA Y COMPLEJO DE CULPA
Un vasconceliano encubierto decía en uno de sus libros, con profundo descaro y estilo cantinflérico:
…”Y porque hemos asistido a la destrucción de las civilizaciones originarias, hemos demostrado que somos capaces de generar civilizaciones”…Vale decir, podemos seguir matando indios para generar civilizaciones: (Mientras José Martí decía en su tiempo que “América no caminará sin el indio”, ese autor contemporáneo en un libro suyo, que se pretende revolucionario, de “pensamiento martiano” y de “Nuestra América”, hace esta penosa autoconfesión de genocidio). Hacerle caso hoy a este señor mantuano y etno-genocida en materia de políticas indígenas, sería como proponer unos campos de concentración en las fronteras, que comenzara por encerrar a los pueblos originarios como supuestos “aliados potenciales” del imperialismo. Vale decir, separar a tiempo “la barbarie” de “la civilización”. Hoy todavía se le dice a los pueblos indígenas, lo mismo que le dice el sionismo del Estado de Israel a los palestinos:
“Tenemos que convencer a los palestinos, que ellos son un pueblo derrotado para siempre y por los cuatro puntos cardinales”.. (el mismo lenguaje que usan los vasconcelianos de ayer y de hoy contra los pueblos originarios de América. Las razas vienen y se van y ustedes vinieron y se fueron y como dice la canción, ¡para nunca más volver!) Indio pa´los museos, es el lenguaje vasconceliano ayer y hoy. Un pasado glorioso y hasta allí… En cambio nosotros, en la revolución bolivariana a quien hemos estado enviando a los museos es a los viejos y nuevos conquistadores, con estatua y todo. Para allá van Colón y Bush. Porque como diría Rengifo, hemos entrado en los tiempos de la anti-conquista. Y diremos ahora, de nuestra segunda independencia.
Aclaremos. Son ustedes, señores: las minorías dominantes, indomestizas, mantuanas, pseudo-españolizadas, blanqueadas, renegadas de sus propios orígenes, quienes han tenido intereses comunes con los Estados Unidos. Son ustedes los inventores de Vasconcelos y de sus aliados piti-yanquis como Sarmiento y Alberdi, los agentes del blanqueamiento progresivo y de la europeización compulsiva y unilateral. La Santa Alianza (1815) y la Doctrina de Monroe (1823), siempre fueron complementarias, nunca antagónicas hasta hoy, como lo probó la Guerra de Las Malvinas (1982). Donde la doctrina de Monroe y el TIAR funcionaron como el mundo al revés denunciado por Eduardo Galeano, para poner a USA del lado de las tropas británicas y de espalda a este continente.
A 100 AÑOS DE LA REVOLUCIÓN MEXICANA EN LOS 200 AÑOS DE NUESTRAS INDEPENDENCIAS
Es lamentable que a 100 años de la Revolución Mexicana(1910-2010) el autor de la famosa “raza cósmica” (1925) siga como referente serio de algunos de nuestros intelectuales, incluyendo intelectuales de izquierda. José Vasconcelos, incorporado en 1913-14 con Villa y Zapata a la revolución mexicana, ya en la década del 40, a su regreso del exilio, termina dirigiendo la revista Timón, de clara orientación nazi-fascista. Con el acento en la idea de “raza” no podía esperarse algo distinto. Y fue por eso un Adelantado del llamado “Día de la Raza”.
La Revolución mexicana fue un intento de oponer la modernidad unilateral a la indianidad, contraponiendo pueblos originarios a lo “hispano-mestizo” como “principio y fin”, como “quinta esencia” de “lo mexicano” (como tránsito a la norteamericanización progresiva), como lo reconoció en forma tardía y tímida Octavio Paz; entonces, las clases medias blanqueadas se plantearon una visión del reparto de tierras al margen de la visión del mundo de los pueblos indígenas y sobre todo, al margen de su patrimonio lingüístico y sociocultural (bajo pretexto de “integración” a la vida nacional). De sus mitos y literatura oral, trasmitida de generación en generación. La tierra vista de esa manera, era como la página de un libro, desgajada de su contexto total (o como un reparto de tierras sin sentido telúrico, sin ecología, sin proceso histórico y sin sujetos originarios, vale decir, convertidas en especie de “tierras de nadie”); dándole continuidad a las concepciones eurocéntricas de las llamadas “reformas agrarias”, ayer construyeron en todo el continente un sujeto exógeno a través de los llamados “Institutos Nacionales de Inmigración y Colonización”(al margen de la realidad nativa de nuestros países y del continente, pasando al malinchismo y antinativismo más extremo). Ni el indio, ni el campesino indomestizo, ni el afro americano, eran en el continente del siglo pasado verdaderos sujetos de reforma agraria sino el inmigrante europeo. Y no cualquier inmigrante europeo, lo deseable, era gente del norte europeo, dentro de la filosofía de Sarmiento o del mismo Vasconcelos. Que en el fondo era la misma (complementariedad entre apartheid anglonorteamericano e “integracionismo” hispanocéntrico o mestizaje desmestizante: la integración desintegradora de la indianidad y de tránsito hacia el blanqueamiento). El indigenismo mexicano de Manuel Gamio (1915) era la peor ofensa a los pueblos indígenas, que luego coronó con el famoso Congreso de Pátzcuaro (1940) que decidió las políticas anti-indígenas de todos los Estados Americanos, con la creación del Instituto Indigenista (léase) Interamericano, vale decir, bajo el patrocinio de la OEA y de todas las políticas interamericanas o panamericanas, contrarias a la indianidad y al bolivarianismo al mismo tiempo.() El panamericanismo, instrumento de las políticas del imperialismo norteamericano, siempre tuvo dos enemigos fundamentales a negar y desmontar: los pueblos originarios y el bolivarianismo. Como lo revelaron un tiempo después los famosos Documentos de Santa Fe, donde tampoco se escaparon nuestras fuerzas armadas y las teologías de la liberación, además de los marxismos críticos. Es más, hasta se nos mintió diciéndonos que “bolivarianismo y panamericanismo eran exactamente la misma cosa”. Pero sutilmente se nos enseñaba –por debajo de cuerda- que los dos grandes enemigos de la unidad del imperio eran, los pueblos indígenas, porque guerreaban entre sí y Bolívar y los Libertadores (que habían generado el caos, fragmentando todo el continente y lo habían separado de la unidad del imperio al romper su cordón umbilical con la madrastra española con una palabra muy peligrosa llamada Independencia). Europa en cambio, luego los Estados Unidos, eran la unidad de la humanidad, el corazón de la ecumene y la voz de “la civilización contra la barbarie”. Luego se nos decía, que ahora la barbarie era el imperio y particularmente el imperialismo norteamericano. Es decir, la misma matriz ideológica de la dominación occidental trasladaba nuevamente su polo de operaciones al antagonismo “civilización o barbarie”, pero donde los pueblos originarios continuaban en el mismo rasero como los enemigos del planeta, del desarrollo y el progreso, asociado por arte de magia junto con el imperialismo norteamericano, que los destruyó y colocó en reservaciones a los pocos sobrevivientes.
Aquí nos encontrábamos con que la dicotomía “civilización o barbarie” de todas las formas de apartheid del mundo moderno, era la columna vertebral de la dominación cultural del capitalismo occidental, pero que podía reacomodarse en las modalidades del socialismo eurocentrista para continuar oprimiendo a los pueblos originarios y a otros pueblos, culturas y civilizaciones diferentes. Con lo cual tendríamos que ponernos de espalda a la crisis global planetaria que pone en riesgo la continuidad de la vida y de la especie humana en particular.
Aparecía ante nuestros ojos, un nuevo reto. Había que desmantelar esta matriz ideológica racista (“civilización o barbarie”) ahora mismo, antes de que sea demasiado tarde y para ello nada mejor que aprender de las enseñanzas de la revolución mexicana, en nuestro propio contexto geo-histórico y social. Sus debilidades y sus fortalezas. Y particularmente, su génesis y desarrollo hasta encontrar su propia negación en sus banderas más legítimas de ayer y de hoy.- Pero recordemos, que ya José Martí en su tiempo, se enfrentaba a esta falsa opción ante Sarmiento en el Cono Sur, lo cual lo llevó de inmediato a retomar lo más originario de este continente, en aquello de que “América no caminará sin el indio”. No era de esta manera el indio para Martí, un instrumento de tránsito hacia la modernidad o el capitalismo, sino una referencia histórica permanente y esencial para la construcción del futuro americano.
Sin embargo, los hispanocentristas han seguido sosteniendo que lo único que nos define y nos caracteriza es la herencia cultural hispánica, el idioma español y el catolicismo. Y que todo lo demás, es algo fácilmente prescindible y sustituible. Que existe pero no nos caracteriza. Llegando incluso al extremo de exponer que la herencia indígena, la herencia africana y otras herencias europeas, son obstáculos para entendernos en la convivencia nacional y continental. Que los idiomas indígenas son supuestas “trabas lingüísticas” o “barreras” para la integración. Pero en el fondo, ese discurso hispanocentrista, ya huero en sus pretensiones, siempre ha sabido entenderse en las demandas propias y en el idioma del imperialismo norteamericano, construyendo un “coco” que los lleva a hacer causa común: la lucha contra el “terrorismo” en defensa de la sacrosanta civilización occidental cristiana. Allí convergen hoy, desde el Departamento de Estado, la Falange Española y el Opus Dei, el sionismo del Estado de Israel y el ala pro-occidental del Islam financiado tal vez por Arabia Saudita. Las tierras solicitadas por el imperialismo occidental,(como las de los palestinos) siguen siendo, tierras de nadie, poco pobladas o despobladas, herrelonse gebiette, como dirían los juristas alemanes.
LA TIERRA ES DE QUIEN LA TRABAJA, PERO TAMBIÉN DE QUIEN LA AMA COMO EL ÁRBOL DE LA VIDA
Para el indio, la tierra no es sólo de quien la trabaja sino de quien la ama y la trabaja sin interrumpir la continuidad de la vida. Es otra visión de la tierra, no despojada del imaginario colectivo, familiar y comunal indígena, de su sentido cósmico y de su función social. Donde la función social no es solamente sinónimo de producción –como en el desarrollismo occidental- sino también cósmicamente, de salvaguarda de agua, oxígeno y bosques, reservas de flora y fauna. No se puede seguir apelando al derecho de las minorías de dos o tres generaciones para disponer en bloque de las riquezas del planeta, como lo pretende el capitalismo en su desarrollo más extremo. Hasta dejar el futuro sin continuidad de la especie humana y de la vida como totalidad.
VASCONCELOS: EL SARMIENTO DE MÉXICO
José Vasconcelos es el verdadero Sarmiento de México, con el agravante de que Sarmiento ha sido denunciado por racista extremo (anti-indio, anti-gaucho, anti-español) y Vasconcelos, por el contrario, todavía sigue camuflado en el velo ideológico de un esoterismo que le permite encubrir hasta el cinismo su racismo v¡sceral, me comentaba en el CELARG Santiago Arconada en un foro que compartimos recientemente como ponentes. ()
DEBILIDADES IDEOLÓGICAS DE LA INTELECTUALIDAD DE IZQUIERDA
Le comenté enseguida a Arconada, que lo grave de todo esto era la adopción acrítica de nuestras intelectualidades, incluyendo algunas de la izquierda, que al tener debilidades ideológicas y políticas profundas por ausencia de un marxismo fundamentado y legitimado en nuestras propias geo-historias, culturas y civilizaciones, se echaba mano de lo primero que olfatearan como “anti-imperialismo” sin revisar de fondo sus contenidos reales: racistas-clasistas, patriarcales, eurocéntricos y las distintas variantes del hispanocentrismo y del colonialismo interno, encubiertas y disfrazadas de una “nueva cruzada” lingüística y cultural de lo hispanoamericano frente a lo anglosajón dominante. En una segunda vuelta, el asunto se ampliaba a la defensa de “lo iberoamericano”. Y en la tercera vuelta, se sumaban también los franceses para plantearnos la defensa “de todo lo latino” frente a la hegemonía anglonorteamericana. Pero todo bajo la negación radical de los pueblos originarios, inventando un nuevo sujeto: el supuesto “mestizo hispanocéntrico”. Su llamada “Indología” –oh Vasconcelos- no tiene nada que ver con los pueblos indígenas de América, sino con el culto a los conquistadores y el recuerdo de Colón por haber llegado a confirmar la redondez de la tierra. Bajo la misma inspiración vasconceliana, Pedro Trigo del Centro Gumilla de Caracas, asumió el llamado “mestizo segundo” como prototipo del revolucionario integral (mientras el Presidente Luis Herrera Campins clamaba en ese instante por un “segundo mestizaje”, una nueva inmigración (léase europea) con el fin de “mejorar la raza”. Como lo hizo en su tiempo el dictador Pérez Jiménez, ya denunciado por Darcy Ribeiro. Pero llevado todo esto al plano de la razón filosófica, grecorromana y judeo-cristiana, se trata de “la razón segunda” de Occidente, la cual pareciera concomitante con el “progresivo blanqueamiento de la población”.
CANTINFLADAS PARA EL HUMOR ACADÉMICO
El indio es buen puente para el mestizaje, decía Vasconcelos (sugiriendo tácitamente que el negro no, por ser más duro, lento y difícil su blanqueamiento). Sugiriendo sutilmente, que el puente del indio para el mestizaje, es con el blanco. Siempre hay en ello una cantinflada, para convertir el racismo en humor de academia. Vasconcelos llegó una vez a Buenos Aires y le impresionó el “igualitarismo racial” reinante en aquellas tierras como legado de las bondades “civilizadoras” de Sarmiento y Alberdi. Pero sin embargo lo incomodó sobre manera una sola cosa: ja,ja,ja…el mal trato del resto de la dirigencia de Sudamérica a los indios y a los negros. Le pasó igual que al margariteño en Nueva York, molesto por dos cosas: una, ese racismo y la otra, ese negrero…(nuevas cantinfladas de un humor racista, pero sembrado desde arriba en el pueblo/pueblo).
Así como el 12 de octubre era el “Día de la Raza” ( día de los españoles para España o Día de Colón para los gringos), de inconfundible origen vasconceliano, por su acento en la palabra “raza”; el llamado “Día del idioma” era el día del castellano, suprimiendo e invisibilizando los pueblos y los idiomas indígenas de América y de las minorías de la península ibérica: vascos, catalanes, gallegos, valencianos, guanches canarios, arabismos, gitanismos, indigenismos, etc.
En el marco del Mercosur, el “Día del Idioma” no sería otra cosa, si se viera sólo desde la óptica de la cultura dominante, que el Día del portugués brasileño y del castellano, suprimiendo los idiomas indígenas de América y de la península ibérica. A pesar incluso, de que el Mercosur adoptara simbólicamente el guaraní como tercer idioma. Esto -me refiero- en caso de que en el fondo, siga pesando lo hegemónico, los pueblos, culturas e idiomas metropolitanos en detrimento de los idiomas originarios y de los históricamente más arraigados, incluyendo los afrodescendientes como el creole en sus distintas manifestaciones. En el marco de lo Latinoamericano, “el Día del Idioma”, tendería a ser el idioma de “matriz lingüística latina” de los grandes centros metropolitanos: español, portugués, francés, en una supuesta reafirmación “anti-imperialista” frente a lo anglonorteamericano. Pero al mismo tiempo, reprimiendo y desconociendo hacia dentro a los pueblos originarios. ¿Quién dijo que la lucha contra el capitalismo es sólo un simple conflicto de civilizaciones? De allí las trampas de todo “anti-imperialismo” que se fundamente en formas encubiertas o abiertas de racismo y colonialismo interno, comenzando por la negación visceral de los pueblos originarios. “Anti-imperialismo”, sospechoso, atado a los designios de otros imperios europeos, desconociendo la especificidad de nuestros procesos independentistas y la dinámica interna de nuestros procesos de integración hoy (UNASUR, ALBA, OEA sin USA y sin paternalismo de Europa). Y donde los 200 años de las independencias de nuestros países, lejos de ser un legado de reafirmación nuestra, sería visto más bien como, un obstáculo para la unidad de los imperios europeos y el norteamericano en particular, para arribar a la culminación del capitalismo global como forma hegemónica de “universalidad” y de falso “ecumenismo”. De allí que no sea de extrañar, como lo denunció en su tiempo Ludovico Silva, que existan hoy neo-vasconcelianos capaces de justificar dentro del laberinto de sus confusiones ideológicas y desviaciones nazi-fascistas, una intervención norteamericana a nuestros países o de las mismas potencias europeas del norte. Sus ideales supuestamente progresistas –y hasta de confesión socialista- no obstaculiza su adhesión a semejantes aberraciones, señalaba alarmado. O como lo denunciara recientemente Enrique Dussel lo mucho que costó que los filósofos -eurocéntricos en un 80% - se pronunciaran hoy contra la invasión norteamericana en Irak. ¿Es esto casual?
NO HAY ANTI-IMPERIALISMO SIN FONDO ANTICOLONIAL
Nosotros hemos tenido supuestos “anti-imperialistas” hispanocéntricos, que metiéndonos gato por liebre han pretendido decirnos que los padres de la patria no son Bolívar, Miranda, Sucre, Guaicaipuro, el Negro Miguel, sino Pizarro, Cortés, Fajardo y Diego de Losada. Esto para no olvidar las Madres verdaderas de la resistencia y la emancipación y las postizas Madrastras impuestas por las metrópolis. (La famosa “Madre Patria”) Para los vasconcelianos, los proyectos de integración del bolivarianismo tampoco tienen un valor real y concreto. En el fondo del fondo, prefieren, sutilmente la línea de Sarmiento y Alberdi en su adoración e imitación servil de la cultura y del modelo anglonorteamericano. Lo cierto de todo es que esos proyectos imperiales de la dominación, el hispánico, el francés , el anglosajón, con metodologías distintas, se despachan y se dan el vuelto, se retroalimentan para oprimir, excluir e invisibilizar a nuestros pueblos, comenzando por los pueblos originarios de América y de todos los continentes. De allí que hasta ahora, nuestra primera independencia no sea todavía reconocida. Como tampoco nuestra interna diversidad cultural y humana. Diversidades étnico-nacionales, lingüísticas, culturales, societarias, pasando por la igualdad de género. Como tampoco se acepta la igualdad social o la paz con justicia. Hasta ahora, no soplan vientos desde las famosas comunidades “hispanoamericanas”, “iberoamericanas”, “latinoamericanas”, que se identifiquen con nuestros pueblos y países, más allá del vulgar saqueo colonial. Tenemos que seguir mirando hacia abajo, hacia los pueblos.
CONOCER LOS PROYECTOS HISTÓRICOS DE LA DOMINACIÓN Y COMO ELLOS SE RETROALIMENTAN AYER Y HOY
Los proyectos históricos de la dominación, el apartheid norteamericano, con Sarmiento, Alberdi y Gutiérrez en el Cono Sur, las formas de hispanocentrismos, que se amplían a lo íbero y luego a lo latino, que tienen su base ideológica en la “cultura única mestiza” hispanocentrista, en Vasconcelos y otras fuentes, los supuestos “pueblos nuevos” (o pueblos sin raíces y sin pasado del cual enorgullecerse), con Darcy Ribeiro, retractado de ello tardíamente, -como nos dijera Robert Jaulín-; todas son píldoras del mismo colonialismo que se despachan y se dan el vuelto, como la Santa Alianza y la Doctrina de Monroe. Todo ello, porque no tienen intereses comunes con nuestros pueblos, pero sí con las clases y nacionalidades dominantes del mundo occidental y la globalización imperialista del capitalismo neoliberal.
ALERTA ANTE NUEVAS FORMAS DE RACISMO SUTIL
Debemos estar alertas hoy frente al resurgimiento de cierto neo-vasconcelianismo, que esoteriza las nuevas formas del blanqueamiento (ideologías del colonialismo estético), en su pretensión de refundar un supuesto “anti-imperialismo” que ponía en el mismo rasero a dos enemigos fundamentales de México y de la mexicanidad: hacia adentro, los pueblos originarios y hacia afuera, el imperialismo norteamericano. ¿Qué les parece? …
“Civilización o barbarie”, se ha convertido en un vulgar juego de palabras para pisotear a los pueblos originarios de todos los continentes y especialmente a los de América y sobre todo para justificar su exterminio desde Alaska hasta Tierra del Fuego. De allí el pleno sentido de transformar el 12 de octubre en DÍA DE LA RESISTENCIA INDIGENA PLANETARIA, abarcando a los indígenas de todos los continentes. Veamos el truco de cómo la barbarie se torna en civilización y como la civilización se torna en barbarie, despachándose y dándose el vuelto:
-Ayer, el español, traía el “mensaje cristiano”, iluminado por la búsqueda de El Dorado, que era el nuevo talismán contra el salvajismo y la supuesta barbarie o paganismo del mundo indígena americano. (Recordemos “los indios sin alma”)
-La independencia entendió que la esclavitud y el servilismo impuestos por el mundo hispánico, habían envilecido a los pueblos de todo un continente y además de África, por el traslado compulsivo de esclavos de un continente a otro.
-Inglaterra, Francia y Holanda, nuevas potencias emergentes con la Revolución Industrial, se atribuyeron el mensaje de la civilización contra la barbarie (la barbarie pasó a ser España y Portugal).
-Vienen las dos
guerras mundiales (1914-1918 y 1939-45), cae Europa, emerge
Estados Unidos y la Unión Soviética. El nazi-fascismo
pasa a ser la barbarie contra la civilización. Emergen los Estados
Unidos y pasa a ser la bandera de la civilización
o del supuesto civilismo contra la barbarie. Pero había
la necesidad de seguir sacando del salvajismo y la barbarie a
indios y a todos sus descendientes en todo el continente americano
(misioneros católicos y protestantes, Nuevas Tribus, Instituto Lingüístico
de Verano, complementando el salvacionismo católico con el protestante.)
-Cae la Unión Soviética, para el mundo capitalista pasa a ser la caída de la barbarie para dar paso al paraíso neoliberal de la civilización capitalista occidental (y ahora esta se comporta como “capitalismo salvaje”).
-Cae el Muro de Berlín, síntoma de la barbarie contra la civilización. Pero se levanta el Muro del Estado de Israel frente al pueblo palestino. Y ello es el Muro de la Civilización de Occidente, contra la Barbarie del Mundo Musulmán.
-Viene la caída del capitalismo salvaje –está en curso- con la amenaza de una tercera guerra mundial, que ya resulta, como lo ha visto el camarada Fidel Castro, inviable e insostenible desde el punto de vista de la especie humana y de la vida en el planeta. Entonces ahora que haremos ¿meteremos al imperialismo norteamericano en las reservaciones indias de Norteamérica,(esas “cavernas modernas”) con su arco y su flecha para que con “su barbarie” no contaminen la cacareada “civilización”?
Veamos por ejemplo un texto actual, publicado en nuestro país, pero de profundo contenido colonialista (vasconceliano) al ser atravesado por la dicotomía “civilización o barbarie” y que sin embargo pretende desmontar los mitos del Tío Sam:
“Cuando nace la civilización, la barbarie, comienza a desenvolverse tratando siempre de imitar y engalanarse con los trajes del progreso, finalmente se vuelve poderosa, asesina a la civilización y –después de sepultarla- regresa a la caverna para acariciar nuevamente su arco y su flecha”.
Cabe preguntar ¿a estas alturas, de qué progreso se habla? Y al fin de cuentas: ¿Qué carajo es eso de “la civilización”? Si para este Occidente racista, hipócrita y colonialista, civilización y barbarie son la misma serpiente mordiéndose su propia cola y alimentándose de sus propios excrementos.
LOS MANIPULADORES DEL LENGUAJE CONTRA LOS PUEBLOS ORIGINARIOS
Así, salvaje, bárbaro, caverna, primitivo, indio, pluma, guayuco, arco, flecha, gorila, mico, en este juego de palabras cada vez más confuso y sin salida aparente, representan “el atraso” y “la oscuridad” más absoluta. Pero es el callejón sin salida de las ideologías de la dominación occidental. Pongamos algunos ejemplos:
A veces llamamos a los dictadores militares “gorilas”, para decirles monos, primitivos, cavernícolas. Pero en una academia militar cuando un alumno quiere insultar a otro le dice despectivamente “civil”. Y civil, es el peor insulto en el mundo militar, como decirle indio a otro, es el peor insulto en el mundo civil. De la misma manera, la derecha fascista, cuando quiere insultar a los países del ALBA, dice el Mico(mandante) o sea Chávez, como mico(mayor), mientras que el indio Evo Morales es el mico(menor). Una mancheta del diario “El Nazional” de Caracas decía recientemente: “YA SALIMOS DEL MONO, AHORA FALTA EL MICO”. Se refería al mono Jojoy de las FARC.
Ya el bárbaro no es el que no habla griego, sino el que no habla inglés y ahora, el que no habla el lenguaje de las computadoras. Pero las computadoras dejan a la juventud sin localidad, sin localización y sin historia. Luego, se roban el cerebro de la humanidad para convertirnos en presas fáciles del consumo para el mercado.
El planeta se cae en tus pies. En los últimos 30 años una tecnología descomunal y avasallante en nombre del progreso, la civilización y el desarrollo, acabó con el equilibrio del planeta y puso a la humanidad en retroceso. Pero explíquenme ¿Dónde comienza la civilización y donde termina la barbarie? Ahora se dice que los pueblos indígenas del mundo son los que pueden ayudarnos a restablecer los ciclos de la vida. En el fondo lo que se les cae es esa visión unilineal y unilateral de la historia humana y donde la civilización occidental cristiana ha venido representando el pináculo de “la humanidad” , de la universalidad y del progreso por excelencia. Urge un nuevo lenguaje de la descolonización anti-imperialista, en el marco de la construcción participativa de nuevos referentes teóricos y metodológicos.
EN SÍNTESIS:
Esto ya venía marcando la orientación ideológica de la revolución mexicana, vista como una revolución agraria despojada de toda cosmovisión, de todo el imaginario colectivo indio, sometida a un proceso de campesinización, despojada de todo el México Profundo para negar de raíz los derechos originarios, históricos y específicos de los pueblos y comunidades indígenas. Pero también para negar la continuidad del México Indio como parte del presente histórico en la llamada cultura nacional y reducir la indianidad a una cultura de museos y de curiosidades para satisfacer el exotismo del turismo europeo. El famoso “anti-imperialismo” de José de Vasconcelos, terminó como han terminado todos los hispanocentrismos: a México privándolo de su esencia y de su dinámica histórica y en la medida en que desindianizaban, en esa misma medida y con la misma fuerza, también deshispanizaban. Y en la medida en que desindianizaban y deshispanizaban, iban de hecho norteamericanizando, con una fuerza oculta mucho mayor. Conclusión: hoy la mitad del territorio mexicano ha sido robado por los gringos y la otra mitad es una colonia yanqui. El famoso racismo esoterizado de la raza cósmica de José Vasconcelos, comenzó simpatizando con Pancho Villa y Zapata, en los inicios de la revolución mexicana de 1910 y terminó adhiriendo el nazi-fascismo de Hitler. En nombre de la verdad, para Vasconcelos, el verdadero “enemigo de México”, no era tanto el imperialismo norteamericano sino los pueblos originarios. O lo que es lo mismo, México debe negar de raíz a México para que surja la sombra de una sombra, la sombra del Tío Sam. El nuevo Supermán de América. ¡Pobre México, tan lejos de Dios y tan cerca de Norteamérica!
Altos Mirandinos, Tierra de Guaicaipuro, mes de la resistencia indígena planetaria (2010)
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(º) Quizá el nombre de latino, tenga una carga de lucha y de inclusión en la sociedad norteamericana de hoy, pero hacia la América llamada Latina, hacia la diversidad de nuestros pueblos y culturas, particularmente de sus pueblos originarios,tiene connotaciones de colonialismo interno y de invisibilización de todo lo diverso y diferente, incluyendo los pueblos de origen afrodescendiente, campesinos indomestizos y urbanos indomestizos y afrodescendientes.