El ALBA y su obra cumbre

Salvar al primer país independiente de América del Sur de las garras del poder imperialista norteamericano y/o europeo, por si o por intermedio de sus organizaciones mundiales, es la tarea ejemplar del ALBA. Haití, por haberse atrevido a ser la primera república en independizarse en América del Sur, seguramente por eso fue que los países colonizadores de entonces le echaron una maldición gitana que hasta ahora no se ha podido revertir, y esta maldición ha repercutido en otros países ayudando a que se le negara cualquier contacto cultural, comercial y de cualquier otra índole, y así fue como a esta porción de isla, que en algún tiempo se llamó La Española, quedara sola, desamparada y abandonada a su suerte por parte de las demás naciones del mundo y ninguna fuera capaz de ayudarla a salir de su pobreza y atraso. La superficie de Haití solo llega a un poco más de 27.000 kilómetros cuadrados y su población solo alcanza a unos 10 millones de habitantes, su capital, Puerto Príncipe, actualmente está semidestruida a consecuencia de un fuerte terremoto ocurrido a comienzo de este año 2.010, además de que en el mes de octubre pasado fue atacada por una terrible epidemia de Cólera que esta diezmando rápidamente a la población, y aun así nadie hace nada efectivo y permanente para salvar a estos hermanos caribeños. Pero sin embargo hay que tener fe y creer que al mundo llegaron otros tipo de mujeres y hombres con otros conceptos humanos de hermandad, que ellos ahora son gobiernos y juntos han constituido un organismo multinacional denominado el ALBA, y que ahora si el mundo tiene la esperanza que con su intervención se llegará a acordar, con su esfuerzo mancomunado, salvar de la muerte a nuestra hermana Haití; la cual hasta ahora pareciera estar irremediablemente condenada.

Como diría el viejo adagio. A Haití hay que salvarla enseñándola a pescar y no dándole un pescado cuando su pueblo sufre hambre o padezca de alguna catástrofe natural. No, a Haití tiene que convertirse en un país prospero y esto tiene que ser así si se tiende la mano amiga del ALBA, ya que los demás países llamados poderosos se hacen de la vista gorda cada vez que se menciona a Haití, y ésto es llanamente la pura verdad; ningún país del mundo quiere ayudar a Haití, así lo esparza al viento las Naciones Unidas, la Organización de Estado Americanos, Los Bancos Mundiales, pues da la impresión de cuanto dicen los delegados de tantos países en estos organismos mundiales sobre la situación de Haití, internamente muchos se solazan y aprueban algunas dadivas para que así pase algún tiempo más y luego desentenderse del asunto; ya que en el fondo lo que quieren es que los haitianos desaparezcan de la faz de la tierra. Pero de pronto aparece el ALBA, una organización sobre todo de carácter sensible que no ve solo el aspecto económico, estar siempre pendiente de cuanto podrá sacársele de beneficio en el futuro a quien se ayuda a no morirse de hambre, sino que la política del ALBA en su gran porcentaje es humanista antes que comercial. ¡Ya el mundo se acordará de cómo el ALBA en unos pocos años pone al país haitiano a producir una cantidad de productos fabriles, agrícolas y de servicios debido a la alta inversión que harán allí los países firmantes del ALBA! Esperen un tatito para que vean como Lázaro se levantará de la tumba y su economía se elevará hasta hacer bajar drásticamente ese 80% de pobreza que allí existe.

Pronto veremos como el ALBA se pondrá de acuerdo y cada uno de los países que lo integran hará su esfuerzo para aportar con el estudio de sus técnicos y expertos la manera de sacar a Haití a flote y no permitirá que sus habitantes terminen de morir, como esperan muchas naciones poderosas para luego invadirla y así hacerla su colonia. Por intermedio del ALBA allí se instalarán industrias manufactureras, empresas comerciales, agrícolas, de servicios etc., las cuales crearán una muy buena y fuerte fuente de empleo y las remuneraciones de los haitianos serán cada vez mejores por la laboracidad de sus habitantes y así ellos que se sentirán felices. Con Haití lo que ha faltado es un poquito de susceptibilidad humana, pero como dije anteriormente, menos mal que llegó el ALBA, institución integradas por hombres de valía, muy diferentes a los capitalistas que solo piensan en las ganancias monetarias, pues de no ser así que se mueran de mengua quien pida una ayuda para salvar su vida. Ya veremos a Venezuela, Brasil, Bolivia, Ecuador, Argentina y otros países más llevando adelante este propósito, que en su debido momento lo plantearán al mundo y entonces gritarán ¡Viva Haití!

joseameliach@hotmail.com


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José M. Ameliach N.


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