Va a nevar en Haití y hay bajo cero en Puerto Rico...

En una mañana tal vez no muy lejana, un noticiero del imperio dirá lo que le venga en gana sobre el clima, pues éste ya habrá creado las condiciones antes de que se difunda la especie periodística. Ahora lo que cae sobre Haití es la muerte a través del cólera, el cual se debe, de acuerdo a los lugareños, a las descargas fecales de un batallón nepalés en el río Artibonite, del cual se surten para el consumo y labores domésticas. Las protestas por las descargas fueron reprimidas con palizas y plomo, causando numerosos heridos y varios muertos. Los vapulearon, pero dijeron que fue en defensa propia.

¿Qué hace allí un batallón nepalés integrando la minustah? La respuesta es que Estados Unidos tiene en Nepal un fuerte interés geoestratégico para sus planes de dominación en Asia y lo lleva de gira interventora por el mundo para foguearlo con los cascos azules, una derivación eufemística de mercenarios. Es la misma razón por la cual será muy difícil sacar de Haití a los marines, pues  entre ese país y Cuba solo hay 90 km del Golfo de los Vientos. Mire qué paradójico que la relación entre dos de los países más pobres del mundo sea a través de la dominación norteamericana. Nepal tiene a más del 50% de su población por debajo del límite de indigencia y entre otros males, allí el cólera es endémico. Dicho batallón, por obra y gracia de los designios yankees, fue a Haití a descargar su peste. Aquí no es bueno el que ayuda sino el que no jode, acuérdese.

En Colombia y Venezuela ha caído en el último mes una cantidad de lluvia equivalente a la media de sus registros   semestrales, convirtiéndola en las más intensas de los últimos cuarenta años. Colombia lleva la peor parte con casi doscientos muertos y cerca de 1,5 millones de damnificados. Que yo sepa, no se ha escuchado que alguna de las siete bases yankees que afrentan  la soberanía de ese hermano Pueblo, halla prestado sus instalaciones, equipos o personal para refugiarlos o socorrerlos. Mientras tanto, el ex presidente Varito 82 anda tranquilo por el mundo, da discursos, bebe champagne y  parece que nadie va a juzgarlo.

Ante el insistente cúmulo de nubes sobre ambas naciones, el proyecto HAARP (En español, Programa de Investigación de Aurora Activa de Alta Frecuencia) parece sospechoso. Con dicho proyecto, se ha logrado manipular la Ionosfera mediante potentes instrumentos de radiofrecuencia capaces de calentar esa capa atmosférica y alterar sus propiedades temporalmente. El hecho cierto de que Rusia y China hallan solicitado formalmente a Estados Unidos información sobre las actividades desarrolladas en dicho proyecto en Alaska, indica que esto no es ciencia ficción. Parece que el imperio juega a la guerra electromagnética, tal como en su momento jugó a la bacteriológica con Cuba, Guatemala y otros países. Es un depredador furtivo, habrase visto semejante parecido.

Irak y Afganistán son escenarios de la primera guerra de ejércitos droides. Misiles robots, aviones, tanques y vehículos de reconocimientos no tripulados han sido puestos a prueba constantemente en lo que se considera será a corto plazo la guerra convencional. Washington e Israel se conjugan de nuevo para masacrar aldeas enteras de esos países,  con sus juguetes bélicos “State of the art”. Uno de ellos es de terror; se trata de un descomunal híbrido entre tanque y bulldozer, blindado, que arrasa todo a su paso. Pasa por pueblos y aldeas aplastando habitantes, casas y animales. Así son las mixturas fruto del imperio.

Todo para que pensemos que el mañana está determinado por ellos. Para que aceptemos sin pelear sus invasiones y atropellos. Con lluvia o con sol siempre los combatiremos. Abrace a los suyos con optimismo y aférrese a la Revolución, que con nuestra unión venceremos. Esa es la fórmula liberadora.

Hasta la victoria, siempre.

coolthin@gmail.com



Esta nota ha sido leída aproximadamente 4852 veces.



Plácido R. Delgado


Visite el perfil de Plácido Rafael Delgado para ver el listado de todos sus artículos en Aporrea.


Noticias Recientes:

Comparte en las redes sociales


Síguenos en Facebook y Twitter



Plácido Rafael Delgado

Plácido Rafael Delgado

Más artículos de este autor