Trincheras de Ideas

Libertad para Julián Assange, director de Wikileaks

Por la acción vil de dos rameras al servicio de la CIA, la cubana Anna Ardin, colaboradora y agente de la CIA y permanente participante en campañas de agresión y difamación contra Cuba, la que fue su patria. La meretriz “vive” de lo que le da un llamado club donde se ejerce la prostitución o espacio para la promiscuidad sexual de los “clientes”; igualmente la también confidente de la CIA Sofía Tilden, ambas cumpliendo órdenes de la agencia de espionaje y con el concurso del gobierno sueco, por la menos la parte judicial, urdieron una acusación burda y grotesca contra Julián Assange, director del portal Wikileaks y denunciaron al valiente periodista de haber tenido relaciones íntimas con ellas sin preservativos y lo acusaron de haberlas violado. Evidentemente las dos putas le montaron una trampa a Assange, tuvieron relación sexual sin protección de manera deliberada para luego acusarlo, claro es la palabra de ellas contra las de él, pero eso es secundario, lo importante para la “justicia” sueca es apresarlo, que Inglaterra lo extradite y enviarlo a los Estados Unidos del Norte para que lo juzguen sea por traición, por presuntamente revelar secretos de Estado o cualquier otra “delito”. Acallar Wikileaks es el objeto, es decir, callar la libertad de expresión a la que tiene derecho la humanidad.

En Suecia, país del primer mundo, famoso por su régimen democrático, pero con un gobierno débil a las presiones yanquis, siguiendo su honorable gobierno las órdenes del gobierno norteamericano de capturar a Assange con cualquier pretexto, por insólito que fuese, aceptaron la acusación de las dos meretrices y ordenaron su captura bajo la insólita acusación de violación. Cabe destacar que Anna Ardin tiene una estrecha relación con una relevante figura del terrorismo y la contrarrevolución cubana a nivel internacional como lo es el prófugo de la justicia cubana Carlos Alberto Montaner, residente en España. Ya ese hecho revela la trama de la cacería de brujas del periodista australiano por parte del gobierno norteamericano y cómo se pudo haber armado el ardid para capturar a Assange.

Para la justicia sueca es un delito que un hombre tenga relaciones con una prostituta sin usar condón (¿cómo lo sabrán?, pero que la mercenaria Sofía Tilden tenga un burdel al que pomposamente llama “club”, no es un delito. Qué raro funciona la justicia en Suecia.

Después de inventar el cuento ese de las dos prostitas acusando a Assange y como éste estaba en otro país, entró en escena esa policía al servicio de los poderosos del mundo que es INTERPOL. Con una sorprendente celeridad el organismo policial dictó una orden de captura con código rojo contra el valiente guerrillero internauta, más rápido que inmediatamente. La justicia de Venezuela ha dictado orden de detención internacional contra delincuentes como Manuel Rosales, asilado en Perú y que con frecuencia viaja a Panamá y los Estados Unidos, también contra ladrones como el “banquero” Nelson Mezerhane o el “empresario” Zuluaga y decenas más. Todos tienen código rojo de la Interpol, ¿los han apresado cuando entran o salen de Panamá o Estados Unidos? No, con ellos está la protección del imperio, por eso la Interpol se muestra negligente con la justicia de Venezuela, pero si sirve para tratar de cazar a Assange, por las órdenes que recibe del imperio.

El cerco imperialista contra Julián Assange parece cerrarse, igual contra la valiente trinchera antimperialista, antiburguesa que es el portal Wikileak, jaqueada, perseguida, queriendo amordazarla a como dé lugar, silenciarla para que no continúe poniendo al desnudo las pústulas de la politiquería pseudo diplomática de los gobernantes norteamericanos, su profundo desprecio por los pueblos del mundo, incluso por sus aliados. Las denuncias de Wikeleak han sido un misil mortal para la política del imperio norteamericano, por eso el desesperado intento por apresar y destruir a Assange y eliminar el portal web, porque se resquebrajaron los encriptados secretos del maldito dominio yanqui sobre gobiernos y pueblos. Uno, dos o muchos norteamericanos deben estar participando en la filtración del caudal de documentos que viene publicando sistemáticamente Wikileank, esa es una de las razones por la que quieren echarle mano a Assange, apresarlo para obligarlo a confesar utilizando las bárbaras torturas que ya son legales en las policías y el ejército norteamericano, torturas que incluso el sátrapa expresidente Bush justifica en el panfleto que con su nombre le redactaron como sus “memorias”. Quién debería haber renunciado a su cargo es la Secretaria de Estado Hilary Cinton, presa además por poner en riesgo su país con tan demencial política exterior. Presos deberían estar los funcionarios de ese antro de maldad, mentiras y odio contra los pueblos que el Departamento de Estado y son los verdaderos responsables de esa bomba atómica que lanzó Wikileank poniendo al desnudo el carácter imperialista de ese país.

Hay que levantar, a nivel mundial, una gran campaña de solidaridad con Julián Assange, arrancarlo de las garras de la burguesía internacional, del imperialismo. Hacer que el equipo de Wikileank universalice la información, que la manejen todos los portales progresistas del mundo y la prensa realmente democrática, no esos periódicos que filtran la información que les proporcionaron y que la manipulan a su antojo como esa cloaca purulenta de El País de España o el New York Time. Es necesaria una campaña de solidaridad con este valiente periodista, presionar para que la justicia inglesa no lo extradite a Suecia porque la parodia de juicio por abuso sexual –si es que progresa– que se le imputa la “justicia” encontrará “razones” para enjuiciarlo mientras el gobierno norteamericano busca su extradición.

El gobierno norteamericano, que se ufana de defender la libertad de expresión, ha prohibido a universidades, ministerios y prácticamente a todo el pueblo norteamericano que vean la página Wikileank, es decir, a impuesto por la fuerza una atroz censura y uno se pregunta: ¿a qué le temen? La crisis que vive el gobierno y el estado norteamericano es de proporciones impredecibles.

Julián Assange es un valiente portavoz de la libre expresión y Wikileank una trinchera antimperialista. El imperio y sus acólitos le temen por lo que está publicando y por lo que va a publicar en los próximos tiempos. Para el imperio es vital acallar la publicación de esos documentos porque toda su política se va a derrumbar aún más ante los ojos del mundo. Para los pueblos del mundo es vital que el imperio es vital defender esa libertad de expresión y que surjan uno, dos, tres muchas páginas como Wikileand en esta guerra asimétrica contra la opresión de la burguesía y del imperialismo yanqui.

Gritemos todos con fuerza, con energía: ¡Libertad para Julián Assange! ¡Respeten a Wikileank!

(humbertocaracola@gmail.com)


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Humberto Gómez García

Director de la revista Caracola. Pertenece al Movimiento de Medios Alternativos y Comunitarios (MoMAC). revistacaracola.com.ve

 humbertocaracola@gmail.com      @hgcaracola

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