La experiencia acumulada en estos años de perenne lucha por resguardar y consolidar el proceso bolivariano lleva a la necesidad de considerar las implicaciones geoestratégicas que tiene para nuestra Nación la ebullición social que se vive en el Medio Oriente y la posibilidad de generar cambios en la correlación de fuerzas en la región.
Desde una primera mirada, es el factor energético el que destaca en los análisis. La producción petrolera de la región y muy especialmente el transporte de crudo a través de vías neurálgicas como el Canal de Suez –que comunica Asia y Europa y se encuentra ubicado en territorio egipcio- dota de gran importancia geoestratégica los acontecimientos de Medio Oriente.
El voraz sistema capitalista reclama saciar su sed de crudo más allá de las luchas nacionales, los cambios políticos o la soberanía y autodeterminación de los pueblos. Tristemente sobran ejemplos: desde el despojo forzoso de territorio en México por parte de los Estados Unidos en 1845 hasta las guerras realizadas o propiciadas en Irak, Irán, Kuwait en las últimas 3 décadas, son demasiadas las muestras de cómo el imperialismo busca por cualquier medio satisfacer sus objetivos energéticos estratégicos.
Ante el aprendizaje acumulado con las incursiones del imperio en otros países y en Venezuela, debemos blindar las medidas ante la posibilidad siempre latente de nuevos intentos desesperados por apropiarse de nuestras reservas energéticas, estratégicas por su cercanía, acceso y calidad. Que no haya duda: somos cada vez más apetecibles para la vorágine imperialista.
Las alertas se agudizan cuando nos encontramos llamados a la disminución del presupuesto de seguridad y defensa del país para atender “verdaderas prioridades”, como lo han propuesto algunos líderes de oposición, lo que no es sino una muestra de al menos alguno de los siguientes escenarios: 1.- un gran desconocimiento de la política y su dimensión estratégica global; 2.- una praxis política que no se encuentra orientada desde una visión nacionalista; 3.- una orientación abiertamente entreguista y conspirativa que antepone intereses extranjeros a las causas nacionales.
Estos párrafos sólo aspiran ser un temprano llamado de atención. Hay que estar “pilas”. Lo dice el Pueblo con su conocimiento secular: Guerra avisada no mata soldado, y si lo mata es por descuidado.
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