Negociados de Piñera desde La Moneda superarían lo imaginable configurando ilegalidad

Editorial de diario “El Ciudadano” acusa negociados del Presidente Piñera desde La Moneda. ¿Estos son sólo ilegales o configurarían también una posible traición a la patria, como es el caso de Isla Riesco?

 Arturo Alejandro Muñoz

LA PUBLICIDAD masiva y la ingenuidad popular hicieron el milagro. Millones de chilenas y chilenos votaron en enero del 2010 en la segunda vuelta electoral por el especulador financiero Sebastián Piñera, confiando, a pie juntillas, en aquello que el marketeo derechista les había machacado una y otra vez durante los meses de campaña: “Piñera es un empresario (mentira, es un especulador financiero),  tiene muchísimo dinero y es uno de los hombres más millonarios de Chile (cierto), por lo tanto, no robará un  solo peso siendo Presidente de la República”.

Muchos compatriotas creen que los Presidentes echan mano a una especie de caja chica sita en La Moneda, ya sea para comprar un  automóvil o instalar un negocito discreto en alguna provincia alejada de las miradas críticas de la prensa y de la oposición. Nada más distante de la cruda realidad se encuentra esa opinión.

Si la memoria no me abandona, recuerdo que el vox populis cahuinero aseguraba –allá por el año 1968- que la esposa del entonces Presidente de la República, el DC Eduardo Frei Montalva, con dineros de todos los chilenos había realizado el “gran negocio” de la importación de un centenar de vehículos Mercedes Benz que sirvieron en la locomoción colectiva como incómodas pero rápidas “liebres”, pintadas de color café y amarillo, a las que el pueblo llamó burlescamente “las marujas” (en ‘honor’ a doña María Ruiz-Tagle, la primera dama). Todo era falso, obviamente.

A Salvador Allende, la derecha, el fascismo, El Mercurio, Washington y el OPus Dei, le colgaron numerosos negociados, específicamente de armas y licores. A pesar del empeño puesto por los militares de la Junta golpista para obtener antecedentes de corrupción e ilícitos, ninguno de ellos fue comprobado por la justicia, quien finalmente determinó que Allende –luego de 10 años de investigaciones judiciales, ‘mercuriales’ y CIA/DINA/CNI-  resultó ser el Presidente chileno más honesto de nuestra historia política.

De Pinochet no  es necesario aportar dato alguno, ya que bien sabida es su condición de ladrón, corrupto, estafador e incluso criminal. Basta recordar el asunto de ventas de armas a Croacia y la escandalera del Banco Riggs para certificar la calidad delictiva del militar traidor. Así como Allende fue el mandatario más honrado de nuestra trayectoria política institucional, Pinochet Ugarte –sin duda alguna- terminó siendo el tipo más ladrón en los 200 años de vida supuestamente independiente de Pelotillehue. Aunque, para ser sincero, pareciera que le está saliendo gente al camino…

¿La Concertación aparece en esa ruta? Por supuesto que sí, ya que fueron veinte años de gobiernos marcados por corruptelas, negociados, traiciones al pueblo concertacionista y al país todo…los casos más conocidos: venta de armas a Ecuador, CORFO-Inverlink, Barrick Gold, Sobresueldos, Vías concesionadas, Plantas de Revisión Técnica, MOP-GATE, Casen2006, empresas cupríferas foráneas, y un largísimo etcétera que también atraviesa por el entreguismo yanacona a los intereses de las transnacionales, como sucedió durante las administraciones ministeriales de personajes políticamente híbridos y cuestionables, como Andrés Velasco, Karen Poniachick, Pérez Yoma, Pancho Vidal, Felipe Harboe, Mónica Jiménez, Jaime Estévez, Clemente Pérez, Clarisa Hardy … entre muchos más, incluyendo por cierto a sus jefes: Aylwin Azócar, Frei Ruiz-Tagle, Lagos Escobar y Bachelet Jeria.  

Entonces, con la mugre hasta más arriba del cuello, la gente optó por dar crédito y confianza plena a la publicidad de la Alianza, la cual aseguraba: “Piñera es archimillonario y no requiere estar en La Moneda para robar (como los otros)”. La gente mordió el anzuelo con la tal facilidad que en el extranjero hoy se asegura que los chilenos somos como el salmón barato, pues ‘picamos’ hasta con hollejo de uva.

Y aquí tenemos ahora al ‘pastelini’ (como lo calificó el semanario The Clinic) con la banda tricolor terciada en su pecho y con un papelito archi manoseado dando vueltas por el planeta, emborrachando la perdiz de medio mundo mientras tras bambalinas –con el apoyo cómplice del silencio de la prensa ‘oficial’- los negociados suman y suman, a tal grado que cada día se confirma la aprensión de muchos, en el sentido de que Chile es un país ficticio, inexistente, pues se trataría sólo de una larga y angosta faja de tierra  que pertenece a siete u ocho familias asociadas a capitales foráneos.   Por estos lados del cono sur americano ya nada pertenece al fisco chileno. Todo está en manos de sociedades particulares: las autopistas, las universidades, la educación, el cobre, el borde costero, los puertos, las playas, los campos, los ríos, los embalses, los aeropuertos, los glaciares, las islas, las aguas, la locomoción colectiva, la energía eléctrica, los bosques, la banca, la salud, la telefonía, los cementerios, los partidos políticos, e incluso La Moneda y el Congreso ¿Nacional?

¿Y las Fuerzas Armadas? Bueno, la alta oficialidad de las fuerzas armadas chilenas siempre ha sido propiedad de los gringos. Si alguien lo pone en duda, recuerde entonces a Pinochet, Merino, Leigh, Mendoza y el resto de truhanes que masacraron la patria…todos ellos eran obsecuentes cipayos que sirvieron (y quizá aun haya altos oficiales que siguen sirviendo), en calidad de malinches, al imperio norteamericano en detrimento de la independencia, soberanía y dignidad de esta franjita llamada Chile. Estos tipejos venden la patria al mejor postor, y después saludan a la bandera y entonan la canción nacional exigiendo a los civiles un respeto al país y sus símbolos, mismos que ellos se pasan por cierta parte. Traidores y mentirosos. ¡Canallas de la peor estirpe!

En fin; la gente manifestó  estar harta de todo aquello (Concertación centroderechista incluida) y eligió a Piñera en el convencimiento de poner coto a una larga era de dos décadas de corrupción concertacionista y familisterio cruzado. Sin embargo, el error fue ostensible, y la decepción, enorme.

NEGOCIADOS RAYANOS EN LA ILEGALIDAD

El diario “El Ciudadano”, Nº 97, primera quincena de marzo del 2011, en su editorial señala que Chile está siendo destruido y es hora de reaccionar. No sólo destruido, sino destrozado (o cortado y vendido en trozos) para el mejor enriquecimiento de algunas sociedades financieras y comerciales, entre ellas las que encabeza, posee y/o dirige Sebastián Piñera desde su cargo de Presidente de la República.

Algunos ardorosos defensores de la conducta bolichera del mandatario aseguran que este ha sido el único Presidente que ha transparentado sus haberes, y que nadie en Chile podría extrañarse al conocer el volumen de su fortuna, la que estaría separada absolutamente de las decisiones gubernativas (lo que constituye otra falacia más, ya que merced a los 'apoyos' de la dictadura militar durante el mnandato pinochetista el señor Piñera pudo armar, amasar y 'oficializar' su fortuna). 

Así y todo, a ese respecto caben varias dudas más que razonables luego de conocerse el comportamiento de don Sebastián con sus acciones en LAN y en Colo-Colo, ya que si bien en ambas empresas retiró sus acciones colocándolas en el nunca exorcizado ámbito de la Bolsa, no es menos cierto que lo hizo tardíamente, casi un semestre (o más) después de haber asumido la primera magistratura, lapso que le otorgó suficiente espacio para –desde La Moneda- maniobrar adecuada y oportunamente en orden a privilegiar el valor de esas acciones antes de  colocarlas a la venta pública. Duda razonable, nada más que eso.  Pero, duda…a fin de cuentas.

El ejemplo más prístino de todo lo señalado, lo da el diario El Ciudadano al editorializar respecto del verdadero “peligro de muerte” en que se encuentra Chile con la puesta en marcha del megacomplejo termoeléctrico en Castilla, el que de seguro contaminará gran parte de la Región de Atacama. Y aquí comienza la concatenación de hechos que, finalmente, terminan engrosando pantagruélicamente las cuentas bancarias del señor Piñera Echenique y asociados.

El complejo señalado –Castilla- requiere de carbón, el cual se obtendrá de la explotación de Isla Riesco, santuario de la naturaleza ubicado en el Estrecho de Magallanes donde habitan el huemul, el cóndor y las ballenas jorobadas, especies que por cierto tendrán data de muerte por extinción. ¿Y todo ello para qué? Pues, para dotar de energía eléctrica a las grandes mineras privadas que en la Región de Atacama saquean y depredan el territorio, como es el caso de Barrick Gold y Pascua Lama destruyendo glaciares y contaminando los fértiles –pero pequeños y delicados- valles de la zona.

No se agota allí este asunto. Continúa su recorrido expoliador tomando características de acuerdos binacionales Chile-Perú, ya que Sebastián Piñera ha firmado un protocolo de negocio con Alan García, en el sentido de ejecutar un  proyecto de interconexión eléctrica que, desde Chile, abastecerá de energía a las empresas transnacionales que allá en Perú –autorizadas y bendecidas por Alan García- saquean también a ese pueblo llevándose el oro y el cobre.

Por cierto, la energía  “negociada” por Piñera, surge de la destrucción de Magallanes, la Patagonia y Atacama. Y ya que el Presidente Piñera es quien está detrás de todo esto (o a la cabeza de todo esto, mejor dicho), sano y oportuno es recordar que nuestro primer mandatario sigue siendo accionista de COPEC, empresa que es la impulsora del proyecto carbonífero en Isla Riesco y que recibirá fuertes ingresos por la destrucción y contaminación de parte importante del territorio chileno.  

La Constitución Política de Chile, pese a haber sido impuesta por una dictadura militar, no autoriza al Presidente de la Nación a destruir la geografía ni a depredar los recursos naturales en beneficio de empresa alguna. Ello, entonces, da pábulo para que el pueblo, la gente, la ciudadanía, nuestra sociedad civil, en defensa no ya de recursos naturales solamente sino también de sus propias vidas y de la salud de sus vástagos, se ponga de pie y detenga estos negociados que no sólo son ilegales sino, también, a juicio de muchos, configuran una evidente traición a la patria.

arturoalejandro90@gmail.com



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Arturo Alejandro Muñoz


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