Uno de los problemas más graves de ciertas corrientes de la izquierda mundial, es su postura frente a hechos políticos de diversos signos y naturaleza por cuanto, su razonamiento frente a los mismos parten de visiones muy asociadas al pensamiento pequeño burgués, origen y vivencia de clase de la inmensa mayoría de sus teóricos y dirigentes políticos.
Aferrados a manuales convertidos en “sagradas escrituras” con valores intemporales y de aplicación a toda realidad social económica y política, esos sectores de la izquierda marxista siguen percibiendo la confrontación de fuerzas en el seno de las sociedades y a nivel de la Humanidad, con base a un “Código Hídrico” (insaboro, inhodora e insípido) a partir del cual critica, cuestiona y rechaza realidades históricas y procesos diversos y contradictorios que, finalmente, los conducen a posiciones eclécticas porque, como es de esperarse, no pueden encuadrar tan complejas realidades en su impóluto código de estudio e interpretación de los fenómenos sociales contemporáneos.
Estos “ecléticos” no terminan de percibir la complejidad del proceso histórico en esta última fase de la Modernidad Capitalista que ha conducido a la conformación – no consciente ni mucho menos organizada – de una corriente de resistencia anticapitalista y antimoperialista mundial que se construye por encima de los Estados, gobiernos y dirigencias sociales y políticas ( y que no necesariamente esta asociada a una línea política consecuente con tales definiciones), cuya direccionalidad requiere de un ariete que conecte y transversalice los diversos grupos humanos involucrados con las más disimiles experiencias históricas, con el fin de avanzar un nuevo ciclo civilizatoria que salve a la Humanidad y su planeta Tierra de la depredación del modelo capitalista de producción y sus modelos asociados, construyendo una conformidad de Seres Humanos Libres y Solidarios, en existencia y convivencia armoniosa con la Naturaleza.
En un siglo, esa conjunción de fracciones de diversas clases y grupos sociales y étnicos de todo el planeta se ha venido construyendo para desafiar la Sociedad de los Propietarios originada en miles de años, han sido derrocados Estados y destituidos gobiernos feudales y burgueses y construido Estados Socialistas y Democrata Progresistas, liberado de miles de millones de seres humanos de la esclavitud y la enajenación del trabajo capitalista, liberado a la inmensa mayoría de las mujeres de la opresión y la discriminación burguesa, conquistado elevadas condiciones de trabajo y de vida en los Estados Capitalistas y promovido movimientos nacionales y mundiales dirigidos a la defensa de la Madre Tierra.
En este proceso, no solo actuaron las organizaciones obreras, y los partidos comunistas y de otras corrientes marxistas, sino también agrupamientos populares, socialdemócratas, nacionalistas revolucionarios, grupos antifeudales y demócratas liberales, produciendo unja realidad mundial diversa unificada en las posiciones anticoloniales, soberanistas y de Justicia Social, lo cual representa el estadio mayor del desarrollo de la lucha de la Humanidad para derrocar la tiranía del Capital y su brazo imperialista- otanista-sionista.
Pero los “eclécticos”, declarando su rechazo al imperialismo, siguen su labor confusionista y divisionista, atacando a la Cuba sin valorar su histórica resistencia contra el imperialismo, cuestionando a Venezuela, Bolivia, Ecuador y Nicaragua, despreciando los cambios soberanistas y anticapitalistas que vienen desarrollando, lanzándose contra la Libia revolucionaria sin considerar los cambios revolucionarios de su sociedad tribal, cuestionando a Angola, Zimbawe, Suráfrica, Namibia y el Congo Democrático obviando sus limitaciones para zafarse definitivamente del yugo colonialista, rechazando a China y Vietnam y Corea del Norte, despreciando la historia de sus revoluciones y los aportes de sus pueblos a la lucha anticapitalista y antimperialista mundial.
Pareciera que el idealismo pequeño burgués de cierta izquierda iluminada, combinada con un sentido de la historia restringido a su propia existencia personal, está destinado a favorecer, con sus visiones “hídricas” y “eclécticas”, al mayor y más perverso de los enemigos de la Humanidad: El Imperialismo.
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