“Total que de Osama
a Obama la diferencia es una letra”, decía en SIN ANESTESIA la
leyenda de la caricatura, que con el dibujo de un misil, cubierto con
la bandera y las siglas de USA, denunciaba la agresión de EE.UU. al
pueblo de Libia.
La atinada caricatura
parece dejar claro lo que ya nadie pone en duda y que desde hacía tiempo
se sospechaba y especulaba: que Osama Bin Laden y su grupo Al Qaeda,
no son más que una ficha de la CIA, utilizada para justificar agresiones
a los países progresistas contrarios a la política colonialista de
las grandes potencias, en especial de los EEUU.
A los “extraños”
sucesos del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York, referidos a la destrucción
de las torres gemelas supuestamente a manos de Al Qaeda; y a la incompetencia
de los Marines norteamericanos y sus fuerzas aliadas para dar con el
paradero de Bin Laden, satanizado por los gringos como bandera
“terrorista”, so pretexto para tomar acciones militares y agredir
a países como Afganistán e Irak, y amenazar a países del Sur por
sus políticas populares y antiimperialistas; se suma ahora -según
reportes de agencias de noticias- la supuesta participación de Al Qaeda
en Libia, pero curiosamente en apoyo a los rebeldes alzados contra el
líder Moammar Gadhafi y su pueblo, y en franca coincidencia con la
política secesionista de EEUU y sus aliados.
Estos hechos, sumados
a otros ya hartos conocidos de agresión imperial, donde los buenos
parecen ser los malos y los malos parecen ser los buenos -“el mundo
al revés como decía alguien por ahí”-, confirman lo que ya
se rumoraba desde hace tiempo, que “…de Osama a Obama la diferencia
es una letra”.