Es cierto,
un escenario es la realidad interna de la sociedad norteamericana con
extensos visos de insatisfacción en la población cada vez más golpeada
y que conduce cada vez más a grandes contingentes de estratos populares
a irremediablemente condiciones de vida depauperadas por las políticas
que privilegian a las clases dominantes, propia de una sociedad marcada
por la desigualdad social capitalista como es EE.UU.
De contraparte
tienen una política internacional sustentadas en campañas propagandísticas
de su modo de vida americano y la filosofía imperial acompañada del
despliegue publicitario de su intimidatorio poderío militar.
Estos son los
dos únicos recursos que le quedan en el escenario mundial a EE.UU.
para presumir de la democracia perfecta cuyo Precio de Venta al Público
–P.V.P- es que los países de los distintos continentes le cedan la
soberanía, sus riquezas naturales y energéticas y la identidad nacional
acorde a sus designios geopolíticos y sus edictos imperiales para que
así cuente con vía libre EE.UU. y termine de darle forma y diseño
a su pretensión de conformar un gobierno mundial extraterritorial bajo
su rectoría.
Pero la puja,
la confrontación interna de los partidos demócrata y republicano la
pueden, la pretenden llevar, está en el plano internacional, demócratas
ya hoy muestran el cadáver de Bin Laden como trofeo de guerra para
ganar puntos en su política interior exaltando la venganza, el nacionalismo
y la supremacía norteamericana en el común de población.
En tanto puede
ocurrir que republicanos pueden retar públicamente y exigirle al presidente
Obama que de cuenta pues de otros países como Libia, Irán, Venezuela
para conducirlo a una espiral de la muerte y que a pesar del desarrollo
tecnológico militar siempre se va a demandar de soldados norteamericanos
y eso va ocasionar considerable cantidad de bajas militares estadounidenses;
de contrapartida, los republicanos harán su campaña electoral apelando
a usar con más intensidad la guerra por la gran cantidad injustificadas
de muertes de jóvenes militares y a la par exaltaran a la población
estadounidense que ponen solamente sus muertos por las ineficaces y
erradas políticas de los demócratas.
No obstante,
la sociedad norteamericana es una sociedad en apuros cada día la antipatía
interna e internacional que despierta crece como la espuma en muchas
poblaciones del mundo, en su intelectualidad, en sus académicos, en
sus trabajadores; el vertiginoso avance de las tecnologías de la comunicación
e información ya no sólo los beneficia exclusivamente en sus apetencias
imperiales; la simultaneidad y la instantaneidad de la comunicación
y de la información da pie a que desde distintas latitudes y con distintas
ópticas se elaboren análisis y criterios que no siempre van a coincidir
con ellos porque las identidades nacionales o regionales cobran cuerpo
por eso la idea de las administraciones norteamericanas es convertir
en Latinoamérica –con Ecuador, Bolivia, Perú, Chile, Colombia, Panamá-
e inclusive ubican a Venezuela en el Eje del Pacífico para alcanzar
comercial, militarmente, al otro lado del océano del Pacífico, estrategia
geopolítica y geomilitar.
Por lo pronto
exprimirán al máximo el caso de Bin Laden y exaltaran el trabajo
impecable de sus fuerzas armadas y sus servicios secretos de inteligencia,
se regodearan de su supremacía, alentaran chauvinismos patrioteros
pero la solución al problema interno racial y de los inmigrantes, la
crueldad de la política económica interna no está a la vuelta de
la esquina. La bola de cristal de la cual se ufanan no siempre la podrán
mirar hacia dentro de ella, puede ser que el panorama futuro no sea
del todo esplendoroso para ellos porque cuando el pueblo estadounidense
despierte del narcótico capitalista-imperialista, ¿tendrán que reprimirlo
también? Se supone según la lógica de dominación de las élites
gobernantes en EE.UU. o es la muerte del sistema imperial y Bin Laden
ya no les servirá de excusa.
@gasparvelasquez