Una verdadera conmoción ha causado en los Estados Unidos del Norte la decisión de Superman, el conocido personaje de los comics, de renunciar a la nacionalidad norteamericana. Este personaje, que arribó a los 73 años, que siempre se creyó uno de los más conspicuos agentes de la CIA, partícipe en cuanta cruzada anticomunista, antiárabe, ingerencista en los pueblos del Tercer Mundo, que es la viva representación cultural de uno de los símbolos más perversos de las políticas exterior norteamericana, ahora, en la hora de los gobiernos transnacionales, decide renunciar a su nacionalidad de origen para declararse “ciudadano del mundo”, de manera de que sus acciones rocambolescas no involucren a los Estados Unidos.
La editora de 'Superman', DC Comics, en la edición 900 del comic o suplemento –como aquí se los llama– que la intención de la empresa era presentar al conocido personaje desde un “enfoque global a su batalla interminable, aunque siempre vaya a estar comprometido con su hogar adoptivo y sus raíces de niño de granja en Kansas".
El manejo político de este personaje llega a tales extremos que se plantea si Superman –evidente agente político– tiene que ser neutral, apoyar a EEUU y manifestarse contra Ahmadineyad o Chávez, es decir, si es “ciudadano” norteamericano, su conducta compromete a su país, de allí la decisión de renunciar a su nacionalidad, y muchos se preguntan: ¿no es un poco tarde para eso?
Fijémonos en el carácter político, de manipulación del comics y, viniendo de la meca del capitalismo, la razón viene dada en la necesidad de relanzar masivamente en todo el mundo la revista y las películas, y su personaje central, transnacionalizarlo para salir de su presumible crisis económica, la misma que estremece la nación norteña desde hace algunos años.
¿Y qué fue lo que dijo el anti héroe? "Pretendo hablar en Naciones Unidas mañana e informarles de que renuncio a mi ciudadanía estadounidense. Estoy cansado de que mis acciones se interpreten como instrumentos de la política de EEUU",
Frase polémica que destapó la “solidaridad” de los heridos derechistas norteamericanos. El viejo Superman tiene dolientes, sobre todo en la derecha norteamericana, la más chovinista y xenófoba. Para la activista republicana de California, Angie Meyer, semejante declaración de la editora supone "una falta de patriotismo y respeto". Para el redactor del periódico derechista The Weekly Standard, Jonathan Last, señaló que la decisión de DC es "la mayor tontería que DC Comics podía hacer", y en un gesto de profundo patriotismo norteamericano sentenció: lo "único realmente interesante del personaje (Superman) es su devoción completa a EEUU, que establece sus límites morales".
El periódico The Guardian se pregunta: "¿Cree en el intervencionismo británico o en la neutralidad suiza? Si Superman no cree en Estados Unidos no cree en nada".
No evaluó la empresa editora del nocivo comics Superman la reacción que se iba a producir en los propios Estados Unidos al soslayar que el personaje forma parte de la identidad cultural de un sector norteamericano y uno de los símbolos de la dominación imperial norteamericana en el mundo –el más derechista, por cierto– que se formó culturalmente en esos personajes de las tiras cómicas, de la producciones de Hollywood y toda el aparataje mediático/cultural de manipulación y control y lavado cerebral a un inculto sector de la sociedad. Lo cierto es que Superman se transnacionaliza para que sus hacedores, la editora de 'Superman', DC Comics, no entre en serios problemas económicos que la conduzcan a la ruina. Al parecer la polémica apenas comienza. No faltará quien diga que quieren darle un giro comunistoide al personaje. De esa sociedad enferma cualquier cosa se puede esperar o cualquier cosa puede pasar.
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(Movimiento Social de Medios Alternativos y Comunitarios -MOMAC-)
(Revista Alternativa Caracola)
(Libertad ya para los 5 héroes cubamos)