Lo ideal y la costumbre es que los movimientos políticos muestren su solidaridad con los proyectos y movimientos de otros países, cuyos parámetros o lineamientos coincidan con las propuestas banderas que mantienen en sus respectivos países. Así ha sido o parecido ser la historia política del mundo. El histórico mayo francés, contaminó al mundo con los ideales de ese movimiento y los jóvenes de otras latitudes soñaron con vivir y estar en Francia justo en ese momento. La guerra y genocidio que impuso los Estados Unidos en Viet Nam hizo de una parte del mundo una cadena de jóvenes soñando con ser Ho Chi Minh. Lo natural es que la juventud sea sensible a los actos por la vida y por las luchas libertarias de los pueblos.
No es por pura casualidad, que haya escogido estos dos hechos. Cualquiera de los acontecimientos que han movido al mundo por ser actos de injusticia, hemos sentido la solidaridad de los pueblos, pero también es oportuno precisar, que ese sentimiento de solidaridad ya no es tan evidente como en otros tiempos y esta actitud de colocarse en la realidad del otro, estuvo siempre presente el corazón de la izquierda. La derecha no hay espacio para alojar en su interior una manifestación de ese tipo, porque por naturaleza; la solidaridad es para ello un punto contrario a sus principios y lo resuelven olvidándolo, siendo indiferente o sintiendo que esa realidad no existe, porque lo coloca frente a las consecuencias de su políticas. Es mejor para ellos echarle “tierrita” o no darse por enterado.
Aunque está escrito en normas internacionales; el principio de autodeterminación de los pueblos no existe para la derecha, porque ese principio que ha sido parte esencial de la luchas justas que han emprendidos los pueblos oprimidos y colonizados del mundo, contraviene a su política de apoyo a la intervenciones, cuando sienten que sus intereses particulares son afectados. No será fácil encontrar en una hemeroteca un pronunciamiento de AD y COPEI contra las conocidas dictaduras del cono sur. El Golpe de Honduras no existió y Libia es una esperanza para ellos.
El Mundo ha conocido las razones que produjeron el movimiento 15-M. Cada una de las razones expuestas por los indignados está estrechamente vinculada con la política neoliberal que un “partido socialista” ha impuesto en España. Aunque en esta parte del mundo, la solidaridad con esta lucha no sido muy efectiva o intensa, es evidente que los hijitos de papi y mami de la ultra derecha venezolana han enterrado la cabeza. No existe lo indignados y las razones que movieron a que los jóvenes llenaran las plazas es un invento. Su otra patria alternativa a Miami, no existe por ahora. España salio del mapa hasta nuevo aviso.
Hemos sentido y leído como los cerebros fundamentales de la derecha venezolana han mostrado su apego con el proyecto político Chileno. Destacan una parte de sus indicadores de crecimiento, pero eluden que es el país más desigual del Mundo, porque la desigualdad es una razón que los inspira y mueve políticamente Desde hace unos años; los jóvenes chilenos vienen luchando contra una política educativa que continua el curso de la política de Pinochet (privatización). La juventud Chilena se opuso con fuerza a una ley de educación que perpetúa el modelo educativo de Pinochet y en estos días, el movimiento de jóvenes ha vuelto a retomar la lucha contra la privatización de la educación; sin embargo, el déficit de solidaridad con esa lucha se percibe, pero es muy evidente, que los jóvenes-viejos de aquí, esconden su trasero (ahí tienen su materia gris) porque no pueden ser contrario a sus ideales.
Chile y la privatización de la educación por ahora no existen. La no existencia de Chile y la privatización de la educación es una manera de reconocerse y de delatarse. No es fácil sentirse al lado del cadáver de Pinochet y del cadáver Franco en España. Se entiende, es algo tenebroso y lo mejor es hacerse los locos.
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