Se ignora que la unión formal entre los Estados no supone la unidad identitaria de sus pueblos ni la concertación entre las clases sociales que chocan dentro de cada país, por ello el logro de la mejor Europa posible será una utopía mientras reine el capitalismo promotor de exclusión social, legislación racista, flexibilización laboral y destrucción de la seguridad social.
Estudiando en Europa observé el separatismo de las comunidades autonómicas de España y los esfuerzos en los últimos 5 años de Cataluña y Euskadi para establecer Constituciones propias que les liberen del régimen de Madrid. En aquel reino, las agudas divergencias regionalistas entre las llamadas "Autonomías" motivan que hasta el presente el Himno de España no tenga letra oficial, de manera que si la unión hispánica es difícil, más lo es la continental.
No es casual que tras
un referéndum, el TL fuera rechazado por los pueblos, lo cual forzó
su modificación para ser aprobado sólo ante los parlamentos de los
Estados miembros. Consumada esta maniobra antidemocrática, la legitimidad
del TL nació debilitada, de allí que exista una crisis social de millones
trabajadores y movimientos sociales alzados contra las asfixiantes políticas
económicas de la euroburguesía neoliberal.
(*)Abg. Constitucionalista. Profesor Universitario.