El diario El Argentino,
que circula en el estado de Entre Ríos en Argentina, publicó recientemente
un informe firmado por el periodista Sergio Giachino; donde revela,
solo un poco, lo dañino y peligroso para la agricultura, que resultan
las practicas agronómicas de la transnacional Monsanto. Quise que se
publicara parte de este informe para que los agricultores de Portuguesa
y de todo el país, sepan, vean y lean, sobre todo para se rompa ese
cerco comunicación que impide saber qué tiene en sus manos el agricultor
local. Es bueno que se sepa que la multinacional Monsanto se presenta
como una compañía agrícola, que aplica innovación y tecnología
a fin de que los productores de todo el mundo aumenten su producción.
Además de “ayudar” a los agricultores a aumentar sus rendimientos
de manera sustentable, produciendo alimentos sanos y más fibras, reduciendo
el impacto de la agricultura en el medio ambiente. Pero, ¿qué es en
realidad Monsanto?, porque sus antecedentes en el mundo echan por tierra
toda esa definición, de una compañía que vela por la alimentación
del mundo y por el medio ambiente. En países de Europa, incluso en
Suramérica, ya se cuestiona que los gobierno o las instituciones públicas
se asocien con empresas que "son objeto de cuestionamientos éticos
por sus responsabilidades y acciones concretas en detrimento del bienestar
general y el medioambiente". Monsanto es el mayor vendedor mundial
de semillas transgénicas en Latinoamérica, Estados Unidos y Canadá.
Sus cultivos representan más del 90 por ciento de todos los cultivos
transgénicos del mundo, los cultivos resistentes a su herbicida "glifosato",
muy común en tierras de Portuguesa, así como el "soja RR"
(Roundup Ready), sólo promueven la agricultura industrial de insumo-dependencia.
Una mirada a su historia nos dará algunas claves reveladoras, y puede
ayudarnos a entender mejor las prácticas actuales de la compañía.
Monsanto tiene su sede en San Louis, Missouri, Estados Unidos, y fue
fundada en 1901 por John Francis Queeny, un químico autodidacta que
llevó la tecnología de la fabricación de sacarina, el primer edulcorante
artificial, de Alemania a Estados Unidos. En los años 20, Monsanto
se convirtió en uno de los principales fabricantes de ácido sulfúrico
y de otros productos básicos de la industria química. En los años
40, el negocio de Monsanto giraba en torno a los plásticos y las fibras
sintéticas. En 1947, un carguero francés que transportaba nitrato
de amonio (utilizado como fertilizante) explotó en un muelle a unos
90 metros de la fábrica de plásticos de Monsanto en las afueras de
Galveston, en Texas. Más de 500 personas murieron en lo que llegó
a ser uno de los más grandes desastres de la industria química. El
Roundup es el herbicida más vendido del mundo. Monsanto promociona
agresivamente el Roundup como un herbicida seguro y de uso general en
cualquier lugar y cultivo, desde céspedes y huertas hasta grandes bosques.
Un estudio reciente asocia al glifosato (RoundUp Ready Monsanto) con
reducción de la fertilidad y abortos espontáneos, aumento en la incidencia
de aparición de defectos de nacimiento y de anormalidades en el desarrollo,
alergias, leucemia y otros tipos de cáncer. En 1997, Monsanto respondió
a cinco años de quejas del fiscal general del estado de Nueva York
relativas a que sus anuncios del Roundup eran engañosos, cambiando
sus anuncios en el sentido de borrar las referencias a la "biodegradabilidad"
y al carácter "ambientalmente positivo" del herbicida. Las
grandes multas contra Monsanto en Estados Unidos incluyen responsabilidades
de muertes por leucemia, multas de 40 millones de dólares por el vertido
de productos peligrosos al medio ambiente, y muchos otros episodios.
En 1995, Monsanto era la quinta empresa de Estados Unidos en el inventario
de vertidos tóxicos de la EPA, con millones de kilogramos de productos
químicos tóxicos descargados sobre la tierra, en el aire, en el agua
y en el subsuelo. Si bien Monsanto argumenta que su soja "Roundup
Ready" acabará por reducir el consumo de herbicidas, el uso generalizado
de variedades de cultivos tolerantes a los herbicidas significa un aumento
de la dependencia de los agricultores respecto del herbicida. Las malas
hierbas que aparecen después de que el herbicida original se haya dispersado
o degradado, se tratan a menudo con más aplicaciones de herbicida.
Los posibles efectos ambientales y sanitarios de los cultivos tolerantes
al Roundup no han sido investigados completamente; y mientras en las
entidades venezolanas, muchos productores agropecuarios de la soja utilizan
el Roundup en sus campos. Y a la par, crecen los reclamos existentes
de campesinos afectados directamente por este químico contaminante.
Es necesario tener una tecnología que sea amigable con el medio ambiente
y la salud humana. Y es por eso que hay que rechazar la tecnología
Monsanto. Si creemos en la soberanía, es necesario que podamos elegir
qué tecnologías son las mejores para nuestras comunidades, en lugar
de que decidan por nosotros entidades a las que es muy difícil pedir
responsabilidades, como Monsanto. Con Monsanto, nuestra salud, nuestros
alimentos y el futuro de nuestro planeta están realmente en juego.
moralesjayaro@gmail.com
Fuente: El Argentino:
www.diarioelargentino.com.ar
(*) Militante del Partido Socialista Unido de Venezuela