Un interesante debate se llevó a cabo para propiciar la
incorporación de Argentina al ALBA. Ese espacio regional se propone un cambio
radical de paradigmas.
El viernes pasado
en la Ciudad de Buenos Aires se dio el puntapié inicial a la campaña “Argentina
al ALBA”. Diversas personalidades y organizaciones sociales y políticas se
dieron cita para manifestar su apoyo a la idea de que nuestro país se integre a este agrupamiento regional del cual
forman parte, entre otros, Venezuela, Bolivia, Cuba y Nicaragua.
Mas de 150 personas representando a organizaciones
sociales y políticas e intelectuales de diversas formaciones, se hicieron
presentes en el Hotel BAUEN –espacio recuperado por la gestión obrera- para lanzar
oficialmente la campaña. El objetivo no es otro que lograr que nuestro país se
sume al nuevo proyecto de integración latinoamericano que encarna la Alianza
Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA).
Al día
siguiente, sábado 9, de desarrolló un
seminario de formación que tuvo por ejes centrales discutir: 1) ¿Qué es el ALBA
y por qué Argentina debe ingresar?; 2) Geopolítica del ALBA y 3) Construcción
de Poder Popular y el ALBA.
La geopolítica
La geopolítica
nació en la segunda década del siglo pasado, período de entreguerras, como una
concepción orientada al análisis de las relaciones Estado/ territorio. Esto es
el proceso político que hace a la consolidación primero y a la expansión
territorial de los estados después. Sin embargo entró a la categoría de ciencia
reaccionaria, y a un relativo ocaso, cuando con la teoría germánica del espacio
vital -Lebensraum - resultó base teórica del expansionismo nazi.
Luego de la
implosión de la URSS y la caída del Muro de Berlín, que dieran nuevos bríos al
neoliberalismo, abriendo paso a la globalización desenfrenada y a la idea del
unilateralismo con EEUU como gran hegemón, la geopolítica pareciera hacerse
nuevamente presente en el escenario internacional. Pero ya no se trata del
expansionismo territorial. Por el contrario se presenta como disputas
estratégicas por el control de los recursos naturales (no solo petróleo y gas,
sino también el agua, viejas y nuevas riquezas minerales de uso industrial, la
biodiversidad, la tierra…)
La
mundialización del capital que encubre la llamada globalización ha establecido
una dependencia creciente entre los países así como la constitución de bloque
económicos regionales –NAFTA (EEUU, Canadá, Mexico), la UE ampliada, y la ASEAN
(China y el sudeste asiático) más India y Rusia- que son quienes protagonizan
esas disputas estratégicas. Quedan fuera dos continentes: América del Sur y
África. Dos territorios abundantes en recursos estratégicos que están hoy en el
centro de la disputa.
No esta demás
señalar que quién controle los recursos no solo se asegura su utilización sino
también el control del desenvolvimiento de los otros bloques.
El ALBA
La propuesta del
ALBA la formuló por primera vez el presidente venezolano Hugo Chávez en el
marco de la III Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno en diciembre del 2001,
a partir de esa fecha fue tomando formas concretas. Nace como clara oposición
al ALCA, que fuera derrotado años mas tarde en la cumbre de Mar del Plata.
"El modelo neoliberal no puede ser la base ni
el marco para nuestros modelos de integración. No puede ser, es imposible que
nosotros pongamos por delante para integrarnos, a la economía. No es la
economía la que nos va a integrar y menos nuestras economías llenas de debilidades,
de vulnerabilidades. No. Creo que se impone de nuevo lo que pudiéramos llamar
la revancha de la política”. Dijo Chávez al presentar la propuesta.
Así a diferencia
de otros proyectos de integración económica como pudo ser el ALCA o el actual
MERCOSUR, el ALBA es directamente un proyecto político, de claras definiciones
antiimperialistas y anticapitalistas, que además pretende tener una dimensión
social, incidiendo en aspectos como protección al medioambiente, defensa de las
culturas y los pueblos originarios, cuestiones de género, mercantilización de
los servicios públicos y demás. Al mismo tiempo establece otra dimensión de las
relaciones comerciales a través de los TCP –Tratados de Comercio entre los
Pueblos- que implican otras formas de relacionarse, no necesariamente mercantilistas
y si solidarias y cooperativas, totalmente opuestas a la de los TLC –Tratados
de Libre Comercio- que impulsan los EEUU en la región.
El economista Claudio
Katz, presente en el lanzamiento de la campaña resaltó “…la importancia de la
misma en el actual contexto regional, que vive el resurgir de las ideas latinoamericanistas”.
Señalando que en su crisis “…el sistema capitalista se está reorganizando,
y esa situación en muchos casos lleva a los países latinoamericanos a volver a
convertirse en productores de materias primas”. En su concepción esta campaña
es importante para demostrar que América Latina necesita otro camino. “Un
camino que reorganice nuestras economías de otra manera; que las integre en
otra perspectiva; que permita se lleven adelante procesos de industrialización,
que redistribuya las riquezas”.
Geopolítica del ALBA
En su
convocatoria al lanzamiento de la campaña los promotores señalaron: “Los
acontecimientos de los últimos años demuestran que en la confrontación entre
los centros imperialistas (EEUU y UE) y los países del Tercer Mundo, la
aparición y el desarrollo del ALBA es un hecho determinante a favor de las
mayorías excluidas del continente”… “Desde su nacimiento se ha constituido en
la referencia obligada de millones de seres humanos explotados y oprimidos en
todo el planeta. La posición de sus representantes en los foros de Copenhague y
Cancún referidos al Cambio Climático ha sido la luz que convoca a millones a
luchar por salvar al planeta, a la humanidad y construir un mundo que pueda ser
vivido con dignidad por todos y todas”.
Por su parte el politólogo
Atilio Borón en su exposición señaló “Según informes de altos mandos de las
fuerzas armadas norteamericanas, EEUU está atado a recursos minerales estratégicos
que son extraídos de poco más de una decena de países, de los cuales 7 están en
América Latina (México, Venezuela, Perú, Chile, Bolivia, Brasil y Argentina)”,
para agregar “…nos esperan 20 o 30 años de guerras propiciadas por EEUU para
tratar de no perder lugares de influencia”.
El americanismo
El periodista y escritor, militante del PSUV
(Partido socialista Unificado de Venezuela) Modesto Emilio Guerrero, coordinador
de las jornadas señaló que el ALBA es un paradigma que recupera el americanismo
de nuestros libertadores, desde 1806 a 1810”… “Que no alberga criterios mercantilistas ni intereses egoístas de
ganancia empresarial o beneficio nacional en perjuicio de otros pueblos. Busca
tener una amplia visión latinoamericanista, que reconozca la imposibilidad de
que nuestros países se desarrollen y sean verdaderamente independientes de
forma aislada, siendo capaz de lograr lo que Bolívar llamó la más grande nación del mundo, menos por su
extensión y riqueza que por su libertad y gloria”
Para este redactor es claro que
el ALBA es una propuesta desde los estados pero estos no pueden prescindir de
la participación de los movimientos sociales y los pueblos organizados. Esta
relación requiere de una necesaria confluencia que inevitablemente será también
contradictoria, por la necesaria autonomía que deben preservar los movimientos.
Por lo que la campaña debe necesariamente ser inclusiva. “Sin presión desde
abajo, no habrá gobierno que haga el ingreso al ALBA” se escuchó en las
jornadas.
La campaña esta lanzada y le
espera un largo camino por recorrer. El objetivo amerita merecer los esfuerzos
que fueren necesarios.
*integrante del colectivo
EDI-Economistas de Izquierda.