La
crisis del capitalismo ha evidenciado no pocas cosas, entre ellas que
estaba bien pelado el sátrapa Fukuyama al afirmar que el neoliberalismo y
la unipolaridad de los Estados Unidos eran el fin de la historia. Pero
no contaba con los pueblos del mundo. Los reveses de los pueblos siempre
son un “Por Ahora”.
Concurrente
con la primavera árabe, la primavera griega, la española, la italiana, y
pare Ud. de contar, hasta hay una primavera israelí, pero sin olvidar
la inglesa, y las que faltan, entre ellas la Estadounidense, donde ya
aparecieron algunos indignados en las afueras de wall street, a crisis
mundial del capitalismo sigue profundizándose, ahora hace poco, vimos
visos de ingobernabilidad en el gobierno gringo con la deuda pública, la
cual, superó el 100% del producto interior bruto (PIB) de ese país,
según datos del Departamento del Tesoro. Y eso si es un mal presagio
para ellos y el sistema (La última vez que la deuda pública de EE.UU.
superó el PIB nacional fue en 1947, justo después de la Segunda Guerra
Mundial y como efecto de ella sufrió el desmantelamiento de su aparato
productivo. Claro el resto del
mundo lo tenía más desmantelado aún).
Diversos
estudiosos del tema económico vienen sosteniendo que el dólar ha
entrado en un proceso grave e irreversible de pérdida de valor como
moneda de reserva mundial. Era algo que se veía venir, los imperios no
son eternos. A mi entender, este proceso comenzó desde el 15 de agosto de 1971,
cuando ante el deterioro imparable del dólar ante el precio del oro,
debido a que de vivos imprimían cada vez más dólares con la misma
cantidad de oro, y países como Francia y el resto de Europa, al ver que
se llenaban de dólares con cada vez menos respaldo en oro, decidieron
cambiarles sus dólares por oro, ante lo cual, el presidente Nixon rompió
los lazos entre el dólar y el oro. En lo adelante su moneda no sería convertible o respaldada por el oro, sino por el
poderío de su aparato productivo-tecnológico-militar, financiando
así sus guerras, su dominación mundial, y al que no le guste, lo tumban,
invaden y/o bombardean, lo uno, lo otro, o todo a la vez.
Desde
otro punto de vista, la crisis se debe al carácter parasitario del
capitalismo. Contrario a la creencia de muchos, el capitalismo no tiene
como objetivo la explotación del hombre por el hombre, sino la
generación y acumulación de capital, como su propio nombre bien lo
indica. Esta generación y acumulación posee diversas fuentes, la
explotación de la plusvalía del trabajo (explotación del hombre por el
hombre), fue determinante en las fases iniciales del sistema, en la
llamada acumulación originaria, pero luego con el desarrollo del
sistema, éste se diversificó apareciendo junto al capitalismo productivo
una vertiente financiera, del mercado de capitales, de la especulación,
donde lo principal de la ganancia se obtiene sin producir bienes
nuevos, sin explotar la plusvalía del trabajo humano. Que
paraíso, obtener ganancia sólo especulando, sin discutir contrataciones
colectivas, sin problemas laborales, sólo usando argucias, control de
mercados financieros, inflando e inflando burbujas, pero al igual que la
estafa colectiva conocidas como “La Pirámide”, el inflado de la
burbuja, la especulación, tiene un límite y en algún momento explota la burbuja. Un
ejemplo de lo afirmado está en la crisis de las hipotecas basura o
subprime (prime son las buenas, las bien garantizadas). Mucho se dice
que lo que distingue al capitalismo del socialismo, es que la economía
del socialismo es planificada, que no priva la intervención de mercado. Sin
entrar en aguas profundas que más que un artículo ameritaría un libro,
yo diría que la cosa no es tan sencilla, que el mercado no es tan
democrático como lo pinta el capitalismo, ni un tantito así, que los
trusts, y transnacionales planifican
bien como controlarlo. Para mí, la diferencia principal está en los
términos de la planificación. El capital financiero es la principal
causa de la crisis mundial y de la guerra contra la humanidad. Pero
también, preguntémonos, qué entiende el capital financiero por crisis,
seguro el declive de sus ganancias, el declive de la manipulación y
reducción de mercados, que el tipo de economía impuesta no es
suficientemente rentable para unas 1.000 empresas multinacionales,
seguro no significa, que haya 950 millones de hambrientos en todo el
mundo, eso no es una crisis capitalista. Tampoco que haya
4.750 millones de pobres, que haya 1.000 millones de desempleados, que
3.000 millones de personas carezcan de acceso a servicios sanitarios
mínimos. Menos aún que 13 millones de personas mueran cada año en el
mundo debido al deterioro del medio ambiente y al cambio
climático, que 16.306 especies estén en peligro de extinción, entre ellas la cuarta parte de los mamíferos.
El
socialismo no puede ser inmediatista, se fundamenta en la
planificación, principalmente a mediano y largo plazo, teniendo en vista
la satisfacción de las necesidades del pueblo, de las grandes mayorías,
de eso que llaman las masas. En el capitalismo, teniendo como principio
la búsqueda de la mayor ganancia posible, en el menor tiempo posible,
se planifica para el corto plazo, y en el mediano plazo que se arregle
como pueda al que le toque, ejemplo de ello lo tenemos en el deterioro
del medio ambiente. Claro que las trasnacionales saben que están
destruyendo el mundo, pero como los gobierna la exacerbación del
individualismo, aún teniendo hijos, como la ganancia ciega con la
avaricia, que los demás se arreglen como puedan cuando les llegue, ese es su lema. Esa
avaricia fue la
que en búsqueda de ganancias llevó a otorgar créditos no bien
garantizados, y luego a deshacerse de ellos vendiéndolos a otros, y
estos a otros, hasta que explotó la burbuja, y luego el más pendejo, que
tenía una mínima conciencia se suicidó, otros presos, y la mayoría
auxiliados con el dinero del pueblo por sus Estados cómplices, ya que
con parte de las burbujas financian sus campañas
políticas, para seguir estafando a los pueblos, que son los que en
definitiva terminan pagando todo, con aumento de la edad para la
jubilación, la disminución de los aportes sociales, el aumento del costo
de la vida, de impuestos, y del déficit fiscal, etc..
Con
todo este panorama afectando al mundo, no es difícil vaticinar que se
vienen años de incertidumbre y luchas en todo el mundo, las primaveras
mencionadas así lo evidencian, y la crisis es imparable. Las medidas que
toman en los países del llamado primer mundo, son sólo paliativos
transitorios que sólo retrasan la bancarrota de esos países, ya lo vemos
en el caso griego, donde la cosa ya está empeorando. La cosa parece
menos graves en los llamados países emergentes, como los del BRICS
(Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica). Lo cierto, es que la
correlación de fuerzas mundial se viene modificando casi
imperceptiblemente, tanto en lo económico como en lo político, es decir,
en lo geopolítico. Los cambios en las correlaciones de influencia sin
los cambios en el orden establecido es sustento que genera las
crisis. El
acontecimiento mundial con mayor significado es el surgimiento de
China, por primera vez en la historia, como la potencia económica -
militar más grande de Asia y proyectándose al resto del mundo, podemos
decir que está condenada a ser la mayor potencia económica y financiera del capitalismo mundial en
pocos años, su presencia se hace cada vez más influyente inclusive
Latinoamérica, donde ya es el primer exportador mundial, el segundo
socio comercial de argentina, y otros países latinoamericanos (el
primero de Chile). China, no tiene otro camino
(y lo está siguiendo), que usar sus dólares e incluso sus títulos de la
deuda estadounidense para adquirir empresas y dar créditos en toda la
economía occidental, para así no sólo ganar influencia geopolítica,
sino de paso deshacerse de la inmensa cantidad de dólares que posee, a
sabiendas de que cada vez se deprecian más. Y Rusia y Brasil, en el caso latinoamericano, siguen esa misma estrategia en buena parte.
Toda esa situación es propicia para avanzar y presionarhacia
la transformación de los organismos multilaterales como la ONU, el
Banco Mundial, el FMI; etc., y como consecuencia presionar por la
democratización de todos sus órganos principales. Y también propicia
para liquidar otros como la OEA, y la creación de nuevos como la CELAC (Comunidad de Estados Latino-Caribeños. Los Estados Unidos al perder la hegemonía en las instituciones mundiales, su mera capacidad material no sostendría su estatus de superpotencia.
Estamos en un punto de quiebre de la historia de la humanidad, o
avanzamos a una sociedad socialista o regresamos a un estadio más
antiguo que la prehistoria capitalista en que nos encontramos. Digo
prehistoria, porque como lo demuestran los conflictos Palestino–Israelí,
Libio, Sirio, Hondureño, etc., es la violencia, o sea, el garrote, la
principal “política” del imperialismo. Para ellos, es necesario frenar
los cambios que asoman en Latinoamérica con la creación de la CELAC),
con la cual le daremos una patada por el trasero a Mr. Monroe y la OEA,
aunque sabemos que tendrán allí no pocos interlocutores, no es lo mismo,
como cuando a un manager deportivo lo expulsan a las tribunas, desde
allí también dirige, pero no es lo mismo. La
creación de UNASUR, el apoyo y reconocimiento
internacional que ha venido recibiendo la creación del Estado Palestino;
el cual será un tema de deslinde entre progresistas y
contrarrevolucionarios; los movimientos de cambio en el mundo árabe, en
África, en España y Grecia, en Egipto, en toda Europa occidental,
presentan un cuadro de crisis revolucionaria en sus etapas embrionarias.
La situación de la burguesía mundial es cada vez más desesperada. A
nosotros, a los pueblos progresistas y revolucionarios del mundo, nos es
necesario unir fuerzas y tomar iniciativas hasta poner al imperialismo,
y en general al capital transnacional, políticamente a la defensiva, tanto
en el plano de sus maniobras políticas y planes económicos en
desarrollo, hasta en el militar. El contenido de las más diversas luchas
del momento tiene un denominador común, que se debe expresar en
una orientación general unitaria. La acción imperialista, en su
expresión militar no es fácilmente derrotable, su punto más débil es el
político-económico, y como señalan los clásicos de la lucha de
clases, “hay que concentrar en el momento adecuado, en el lugar
adecuado, toda la fuerza que permita quebrar el eslabón más débil de la
cadena, y que permitirá la victoria”. Creo que en la actual etapa ese
punto débil es el político-económico, es la “concepción de democracia”,
en su nombre se bombardean pueblos, se reducen los presupuestos
sociales, se arrojan miles al desempleo, etc., en consecuencia, hay que
denunciar constantemente que ESO
NO ES DEMOCRACIA, QUE ES SOLO UNA DEMOCRACIA DE PALABRA, QUE ES
IMPERIALISMO Y EXPLOTACIÓN EN LOS HECHOS. El mundo de hoy reclama un
nuevo rumbo para la democracia. Rescatar esa bandera que nos roban en
los medios es de
profunda significación. Buscar el punto de encuentro DEMOCRÁTICO ENTRE
LAS LUCHA CONTRA EL IMPERIALISMO Y LA DEMOCRACIA REAL QUE DEMANDAN LOS
PUEBLOS EN LAS CALLES, ES EL PRINCIPAL OBJETIVO DE LAS LUCHAS DEL
MOMENTO.