¿Estados de pleno derecho?

El mundo está entrampado en un juego cada vez más peligroso. Un juego cuyas reglas son fijadas por las potencias capitalistas imperiales, dueñas del tablero y de las piezas.

La verdad es que en la Organización de Naciones Unidas los únicos Estados de Pleno Derecho en son los 5 miembros permanentes del Consejo de Seguridad que tienen derecho a veto: Estados Unidos, el Reino Unido, Francia, la Federación Rusa y la República Popular China. Mirando con un poco más de detenimiento, a pesar de la guerra dólar – euro, los que realmente tienen poder son los 3 primeros, aliados a la hora de confrontar y atacar a los demás.

Cara al público la ONU es un foro internacional “basado en el principio de la igualdad soberana de todos sus Miembros”, creado con el propósito de: “mantener la paz y la seguridad internacionales, fomentar relaciones de amistad entre las naciones basadas en el respeto al principio de la igualdad de derechos y al de la libre determinación de los pueblos, realizar la cooperación internacional en la solución de problemas internacionales de carácter económico, social, cultural o humanitario…”.

Sin embargo, la fulana “igualdad soberana” de los países que la integran no es más que un cuento pues éstos se organizan de manera jerárquica. Ocupan la cima de la pirámide los integrantes del Consejo de Seguridad, con los 5 países con derecho a veto a la cabeza, pues son los únicos que tienen la potestad de tomar decisiones de cumplimiento obligatorio para los demás miembros. Mientras que en la base se encuentran la inmensa mayoría de países sin ninguna capacidad real de decisión, segmentados entre quienes tienen voz y voto en la Asamblea, conocidos irónicamente como Estados de Pleno Derecho, y los pocos con sólo voz o Estados Observadores.

Reflejo perfecto de esta estructura, la Carta de las Naciones Unidas, basada desde su creación en principios anglosajones que, desde el punto de vista de Roosevelt y Churchill, eran los únicos que podían garantizar la construcción de un mundo mejor, fue modificada el 2005, por iniciativa de los EE UU, para adecuarla a las exigencias del Siglo XXI. Es decir, para imponer unas dudosas reglas de juego relativas a la lucha contra el terrorismo y a la necesidad de atender los llamados de los pueblos, en nombre del desarrollo, de la superación de la pobreza y de la necesidad de promover lo que las potencias capitalistas entienden por democracia. Reglas que sólo sirven para dar visos de legitimidad a la barbarie.

En ese contexto lo que queda es botar tierrita y no jugar más o intervenir a todo grito en la Asamblea para terminar de desenmascarar al organismo ante los pueblos del mundo, con el objeto de poner fin a la farsa y dar paso a la creación de un organismo de pares que promueva la paz y la hermandad mundial así como el buen vivir en todos los países miembros. En síntesis, un ALBA a gran escala…


mariadelav@gmail.com


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Mariadela Villanueva

Analista y comunicadora. Socialista y chavista. Firme creyente del poder popular

 mariadelav@gmail.com      @mariadvillanuev

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