Alfonso Cano era el Comandante del Bloque Central, Comandante en Jefe y miembro del Secretariado Mayor de las FARC-EP, esta última, verdadera dirección colectiva de la organización. Con su muerte, la cual en cierta manera era esperada por cuanto el cerco militar fue descomunal, la Organización ya había preparado tanto la sucesión como las estrategias a seguir. Repetimos, el Secretariado Mayor como dirección colectiva sigue intacto y dando muestras de unidad y de claridad ideológica en cuanto a las acciones que se desarrollan y fundamentalmente en la búsqueda de la paz.
Alfonso Cano era considerado el ideólogo del movimiento y a raíz de la muerte de Jacobo Arenas, Alfonso era indiscutiblemente la persona más preparada del movimiento, pero se decía que militarmente no tenía la preparación necesaria. Nada más falso que esa afirmación: Alfonso Cano demostró ser un genio de la dirección militar, enfrentándose al Plan Burbuja, acercándo la unidad con el ELN e inmolándose por la Revolución. Por otro lado, la cantidad de estudiosos y de ideólogos en el seno de las FARC-EP les da la consistencia que les permite perseverar en la lucha.
Por los momentos, el proceso de paz agoniza, la solución del conflicto en Colombia, hemos repetido hasta el cansancio, es política y no militar, y así lo habían entendido los combatientes de la Guerrilla. Mientras, el asesino Santos sigue hambreando a su pueblo, promocionando los TLC, regalando la soberanía de Colombia y prestándose para que se construyan las bases militares que apuntan hacia la Revolución Bolivariana. No somos ingenuos y sabemos quién es Santos. Para nada es diferente de Uribe, es el mismo representante de la Oligarquía colombiana, tal vez con estilos diferentes, pero en el fondo representando la misma política.
El golpe que ha dado el ejército colombiano a la Guerrilla Colombiana, debe dar los créditos necesarios a los verdaderos artífices de esta victoria temporal o pírrica: la CIA, el Imperialismo, y sus lacayos de la Oligarquía Colombiana, representada por sus malinches como Santos o antes Uribe. Ellos son los verdaderos autores y los que llevaron adelante este asesinato, al mismo estilo del perpetrado contra Raul Reyes o el Mono Jojoy, asesinatos que llevaron a cabo con la mayor cobardía, con el mayor ventajismo y con la mayor saña.
La guerrilla colombiana continua presente, las FARC-EP con su dirección colectiva, el Secretariado Mayor, sigue liderizando y guiando las acciones, continua el problema de lograr los diálogos de paz, de profundizar la unidad de los movimientos insurgentes, de buscar un posible sucesor de Alfonso Cano, como por ejemplo Iván Márquez, pero, más que todo, continua la voluntad inquebrantable de la Guerrilla de seguir haciendo los mayores esfuerzos por construir la paz necesaria (no la de los sepulcros), por construir la justicia y por construir la igualdad en nuestra hermana Colombia.
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