Drogas en EEUU

Elemental mi querido Watson

¿Se ha dado cuenta usted qué en el país de mayor consumo de drogas en el mundo, los Estados Unidos, en ese país nunca aparece en la prensa, impresa, radial o televisiva, información de  que se haya capturado alguna organización dedicada a la distribución y/o comercio interno de las drogas, de la cual sus integrantes fueran estadounidenses; ni tan siquiera uno de ellos? ¿No le parece raro que siempre los aprehendidos son latinoamericanos o de otras partes del universo, jamás estadounidenses? Por la restricción oficial que existe de la libre expresión en los medios de comunicación de los Estados Unidos, pareciera que ningún gringo estuviera metido en el turbio negocio de la droga, y es por eso  que la gente de ese país no está enterada de que ellos son los jefes de los principales capos traficantes, más bien, la prensa hacen ver que los habitantes de esa nación son inocentes victimas puesto que  los traficantes, proveedores,  distribuidores y los vendedores para su consumo individual de la droga son otros. Se sabe que el negocio de las drogas produce inmensa cantidad de dinero y a pesar de que los estadounidenses son los reyes de los negocios,  el gobierno de los Estados Unidos hace se sostenga la matriz de opinión que en estos business los hijos de los padres peregrinos venidos de la madre Inglaterra en el Mayflower en 1620 a las costas del cabo Cod, lugar localizado en lo que hoy es el estado de Massachussets, son incapaces de meterse en tan sucio negocio por el temor de que eso ofendería el heredado puritanismo proveniente de aquellas 13 colonias británicas asentadas en suelo americano.

Según un  informe presentado por el Instituto Nacional sobre la Drogadicción, con la siglas NIDA en inglés, el 85% del total del consumo de drogas ilícitas en los Estados Unidos lo hace los adolescentes entre los 15 y 18 años de edad y ello atribuido a la incidencia de problemas domésticos, es decir, al descuido y la falta de atención de los padres con relación a sus hijos, o lo que es lo mismo, al poco o ningún sentimiento de afecto entre el grupo familiar. Los investigadores J. J. Lloyd, J. C. Anthony y C. S. Store, profesores de la renombrada Universidad Johns Hopkins, coinciden en señalar que es la frialdad emotiva en los hogares estadounidenses lo que causa, por encima de cualquiera otra motivación, la inclinación de la juventud de ese país al hábito de las drogas. Business are business, los negocios son los negocios, y con tal de que los gringos obtengan su Dios dinero, abandonan todo, no les importa la verdadera moralidad así a usted le hayan dicho que todos ellos son religiosos practicantes, sin embargo de pronto usted se entera que el estudiante John  X  mató a tiros con un fusil de repetición a diez de sus compañeros de su propio colegio,  sin duda que toda esa locura se debió, además del factor moral,  al consumo de drogas.  La raíz de los homicidios nunca lo dicen los noticieros, porque sino tendrían que decir que sus padres, hermanos, tíos y otros familiares de ese muchacho son adictos al consumo de drogas, sea éste de clase alta, media o baja de la sociedad estadounidense.  Se sabe que  por el poco amor fraternal dentro del hogar, es una costumbre que muchos jóvenes de ambos sexos se vayan de casa de sus padres, la mayoría a muy temprana edad, y van a vivir de manera independiente en cualquier tugurio que consigan y, según se puede observar en muchas películas producidas en aquella nación con el consentimiento y regocijo de sus progenitores; sin duda que es toda una cultura la carencia de sentimientos sublimes entre la familia norteamericana. De manera que por la restricción a la prensa de señalar los casos de drogas, es comprensible que en esa nación todavía haya parte importante de la población que piense que allí no hayan ciudadanos nativos que trafiquen, comercien y vendan al detal las drogas ilícitas. No, allí lo que existe es una gran mentira por parte del gobierno estadounidense que se ha empeñado en hacer ver al mundo entero que todos los problemas con las drogas provienen de personas de otros países y que sus nacionales no participan en aquel monstruoso negocio.

El tan cacareado plan para el combate a las drogas con que se llenan la boca los gobernantes estadounidenses no es más que un bluff, un parapeto para hacer creer al mundo que rechazan aquello, valiéndose de medidas efectistas. El gobierno de Estados Unidos utilizan el motivo de la droga y terrorismo para justificar la intervención en diversos países, monitorearlos y hasta dirigirlos. La pérfida idea de algunos ciudadanos estadounidenses de convertir a su país en un imperio, traerá en un mediano plazo el total desmembramiento de sus modelos humanitarios y entonces, en ese país, se impondrá una sociedad carente de toda bondad y compasión para con los suyos y para con los demás. 

  joseameliach@hotmail.com


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José M. Ameliach N.


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