Según un informe presentado por el Instituto Nacional sobre la Drogadicción, con la siglas NIDA en inglés, el 85% del total del consumo de drogas ilícitas en los Estados Unidos lo hace los adolescentes entre los 15 y 18 años de edad y ello atribuido a la incidencia de problemas domésticos, es decir, al descuido y la falta de atención de los padres con relación a sus hijos, o lo que es lo mismo, al poco o ningún sentimiento de afecto entre el grupo familiar. Los investigadores J. J. Lloyd, J. C. Anthony y C. S. Store, profesores de la renombrada Universidad Johns Hopkins, coinciden en señalar que es la frialdad emotiva en los hogares estadounidenses lo que causa, por encima de cualquiera otra motivación, la inclinación de la juventud de ese país al hábito de las drogas. Business are business, los negocios son los negocios, y con tal de que los gringos obtengan su Dios dinero, abandonan todo, no les importa la verdadera moralidad así a usted le hayan dicho que todos ellos son religiosos practicantes, sin embargo de pronto usted se entera que el estudiante John X mató a tiros con un fusil de repetición a diez de sus compañeros de su propio colegio, sin duda que toda esa locura se debió, además del factor moral, al consumo de drogas. La raíz de los homicidios nunca lo dicen los noticieros, porque sino tendrían que decir que sus padres, hermanos, tíos y otros familiares de ese muchacho son adictos al consumo de drogas, sea éste de clase alta, media o baja de la sociedad estadounidense. Se sabe que por el poco amor fraternal dentro del hogar, es una costumbre que muchos jóvenes de ambos sexos se vayan de casa de sus padres, la mayoría a muy temprana edad, y van a vivir de manera independiente en cualquier tugurio que consigan y, según se puede observar en muchas películas producidas en aquella nación con el consentimiento y regocijo de sus progenitores; sin duda que es toda una cultura la carencia de sentimientos sublimes entre la familia norteamericana. De manera que por la restricción a la prensa de señalar los casos de drogas, es comprensible que en esa nación todavía haya parte importante de la población que piense que allí no hayan ciudadanos nativos que trafiquen, comercien y vendan al detal las drogas ilícitas. No, allí lo que existe es una gran mentira por parte del gobierno estadounidense que se ha empeñado en hacer ver al mundo entero que todos los problemas con las drogas provienen de personas de otros países y que sus nacionales no participan en aquel monstruoso negocio.
El tan cacareado plan para el combate a las drogas con que se llenan
la boca los gobernantes estadounidenses no es más que un bluff, un
parapeto para hacer creer al mundo que rechazan aquello, valiéndose
de medidas efectistas. El gobierno de Estados Unidos utilizan el motivo
de la droga y terrorismo para justificar la intervención en diversos
países, monitorearlos y hasta dirigirlos. La pérfida idea de algunos
ciudadanos estadounidenses de convertir a su país en un imperio, traerá
en un mediano plazo el total desmembramiento de sus modelos humanitarios
y entonces, en ese país, se impondrá una sociedad carente de toda
bondad y compasión para con los suyos y para con los demás.