Washington será derrotado por la cultura

Obama: triple estrategia para destruir a China

1. Advertencia de Obama a la humanidad

“El Mundo tiene que saber que Estados Unidos mantendrá su superioridad militar con Fuerzas Armadas” –-the world must know the United States is going to maintain our military superiority with Armed Forces--- fue el mensaje de dominación mundial que Barack Obama lanzó el 5 de enero del 2012, desde el bunker de la civilización occidental, el Pentágono. La esencia de su demencial mensaje hitleriano se refiere a la planeada desintegración de China mediante una Nueva Guerra Fría. Ésta tiene tres frentes de agresión: 1. El separatismo étnico y religioso; 2. El estrangulamiento militar y, 3. La guerra cultural a través de los derechos humanos y políticos.

2. La balcanización étnica y religiosa

La llave para la pretendida balcanización de China son las históricas ocupaciónes de Asia Central por fuerzas expansivas árabes-turcas-islámicas. Esas expansiones han dejado un corredor de más de 200 millones de creyentes islámicos que va desde Turquía vía Azerbeiján, Uzbekistán y Kirgistán hasta las provincias chinas de Xinjiang y Mongolia interior. La reactivación tradicionalista e islámica de ese corredor está a cargo de Turquía ---convertida por Washington en nueva potencia regional--- y de la rancia oligarquía wahabita de Arabia Saudita, patrocinada por Washington y la Unión Europea. Al igual que en Tibet, el discurso imperialista para los pueblos del Corredor es, que China es una potencia ocupadora de infieles, étnicamente diferentes, que niega su autodeterminación. Por lo tanto, necesitan rebelarse y liberarse. El trato al derecho de autodeterminación del pueblo palestino, cubano, saharaui, etc., por parte de Occidente, muestra el cinismo de esta propaganda.

3. La agresión militar

Ya en mayo del 2010, en la National Security Strategy, Obama se había comprometido a “renovar el liderazgo global” de Estados Unidos. El 5 de enero de este año, desde el bunker civilizatorio de Occidente, reveló que las fuerzas militares estadounidenses liberadas por el fin de la invasión en Irak y Afganistán, serán empleadas en la Nueva Guerra Fría contra China (Sustaining US Global Leadership Priorities for 21st Century Defense). Con perverso orgullo, el hombre de la sonrisa Colgate dijo, que el presupuesto estadounidense de “defensa” será más grande que los de las diez naciones siguientes, combinadas; enfatiza el concepto de Air-Sea Battle y coloca a China junto con Irán entre las diez misiones más importantes de las Fuerzas Armadas imperialistas.

El proyecto prevé azuzar conflictos regionales entre China y sus vecinos India (Himalaya); Japón (islas Diaoyu); Filipinas, Vietnám (South China Sea); Taiwán; Corea del Sur (Corea del Norte); obligar a China a desgastarse económicamente en una carrera belicista y crear un anillo de bases militares en su entorno. Washington trata de integrar a ese anillo de agresión del Pacífico a Japón, Corea del Sur, Taiwan, Filipinas, Indonesia, Australia, India. Ese anillo se conectará con los vasallos imperiales de Medio Oriente (Israel, Arabia Saudita, Turquía, etc.) y el núcleo europeo de la OTAN (Gran Bretaña, Francia, Alemania).

Primeros éxitos de Washington consisten en el desplazamiento masivo de fuerzas militares a Australia (Darwin) y la intensificación de la cooperación militar con Filipinas. El senador estadounidense Joseph Lieberman, otro influyente títere del complejo militar-industrial anglosajón-sionista, expresó públicamente en Manila el 17 de enero, que la remilitarización de las relaciones con Filipinas y otros países asiáticos es para neutralizar “la creciente influencia de China”. Y, que para garantizar la paz y el orden, es siempre necesario “prepararse para la guerra”.

4. La guerra cultural

La Guerra cultural se ejecuta sobre los ejes de los derechos humanos y derechos políticos. Las periódicas campañas subversivas sobre los derechos humanos se desarrollan según el modelo, que en el hemisferio occidental sufren constantemente Cuba y Venezuela. Lamentablemente, mucha gente bien intencionada en Occidente cae víctima de esas campañas de la principal potencia genocida del planeta. La sentencia de Noam Chomsky de 1979, de que “Washington se había convertido en la capital mundial de la tortura y del asesinato político” ---Washington has become the torture and political murder capital of the world---  es, hoy día, más cierta que nunca.

La guerra cultural sobre los derechos políticos se centra en la superestructura política de la burguesía: el parlamentarismo representativo. El debate público en China sobre futuras reformas políticas se divide en dos fracciones: mantener el sistema actual, aumentando la supervisión del ejercicio de los poderes estatales, o pasar a un sistema electoral de tipo Taiwan, Hongkong y Estados Unidos. La estrategia correcta es, por supuesto, la primera: mantener el Estado centralista y avanzar la democracia socialista mediante una creciente participación popular, en lugar de introducir el corrupto sistema político plutocrático del Capital.

5. El poder de la agresión

La Nueva Guerra Fría contra China es peligrosa. Si Washington lograra la alianza militar con Japón, Indonesia, Taiwan, Corea del Sur e India, dispondría de un potencial demográfico muy superior al de China. Si Estados Unidos, Japón, Corea del Sur, Taiwan y el núcleo europeo otanista se unen, entonces este eje del mal controlaría alrededor del 85 por ciento de la capacidad científica del mundo. Considerando, que el potencial científico y demográfico determinará el futuro del mundo, esa situación es sumamente preocupante para China.

6. Washington será derrotado por la cultura

El demencial intento del imperialismo anglosajón-sionista de destruir a China, fracasará por la sabiduría del liderazgo chino. Hoy día, el Estado chino es, sin duda, el Estado más funcional y eficiente del mundo contemporáneo, hecho, que es la razón principal de sus espectaculares avances económicos y del apoyo del 86 por ciento de los ciudadanos.

Parte de esa sabiduría partidista-estatal es, que en una reunión estratégica del año pasado, el Partido concluyó que la contradicción principal con el imperialismo ---como diría Mao Tse Tung--- radica en la cultura. Correspondientemente, se han instrumentado medidas eficientes, tendientes a neutralizar la Nueva Guerra Fría de Obama.

Comparando la profundidad de las dos culturas, una con 5000 años de evolución, y otra con 236 años, su potencial en la lucha de ideas es abismal. Es difícil pensar que una nación, cuyas contribuciones básicas a la cultura de la humanidad se limitan al Burger Boy, la bomba nuclear y Madonna, podrá derrotar a la nación que inventó la pólvora, la brújula, el papel y la imprenta, y que construyó la Gran Muralla. Sólo la ceguera imperialista de Obama, tan cerca a la de Hitler, puede hacerle creer en tal posibilidad.



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Heinz Dieterich


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