Camino a los comicios presidenciales del 20 de mayo del año en curso, no se ha forjado una opción electoral realmente alternativa con poder de atracción.
Esto es porque primero que electoral esa opción debió ser social o político- social, repleta de combatividad y espíritu transformador, articuladora de la diversidad de sujetos sociales en rebeldía, con claros y precisos programas y planes de acción impugnadores del modelo neoliberal, de la partidocracia corrompida y de la subordinación del estado dominicano a EEUU.
A falta de lo necesario, se creó una ficción o “ fantasía alternativa ” con grupos o partidos pequeños resistentes a una clara diferenciación respecto a las fuerzas del modelo y del sistema dominantes; con candidatos desvinculados de los combates sociales, renuentes a comprometerse con el desmonte del modelo neoliberal y las instituciones vigentes, proclives -una parte- a pactar con uno u otro de los polos tradicionales.
A todos se les llamo “alternativos ”, aunque unos nunca los han sido ni podrían serlo y otros se resisten a serlo. Y se les denominó también “emergentes ”, aunque se empeñen en reproducir conductas políticas tradicionales: el individualismo extremo, el respeto al orden institucional pervertido y a esta seudo-democracia, el desprecio a una articulación político-social que desborde sus limitadas fronteras grupales.
A todos se les demandaba que se unieran, unos contaminados y otros no, unos con historia de “mansos ” y otros de “cimarrones” ; todos presos de conservadurismo en grados diversos, pero significativo siempre…todos con programas blandengues. Y se les emplazaba a la unidad sabiendo que no se unirían, ya que le mayoría había formado agrupaciones para postularse a como diera lugar.
Los resultados están ahí:
- El PDI-Ismael Reyes pactó con Hipólito
- El PRSD–Hatuey Decamps también.
- La UDC- “Luis “El Gallo” (¡el colmo de la fantasía!) se fue con Danilo-PLD como estaba pintado
Permanecen independientes:
- La Alianza por la Democracia (APD)-Max Puig, cargando con el pesado fardo de la colaboración por once años con el pele-leonelismo, que no le da credibilidad ni le permite levantar el vuelo.
- El Frente Amplio-Julián Serrulle, que devino en frente estrecho, con una propuesta pálida y un candidato que “no prenden ni con gasolina de avión”.
- Dominicanos por el Cambio (DC)-Eduardo Estrella, con un pasado, un conservadurismo y una lealtad al balaguerismo, que le impide calar en parte del pueblo descontento con lo acontecido en las últimas cinco décadas
- Y Alianza País (AP)-Guillermo Moreno, que despreció la oportunidad que brinda un discurso y un accionar realmente alternativo, la integración a las luchas sociales y la articulación con la diversidad social y política transformadora. Prefirió la moderación en exceso y el alejamiento de las izquierdas revolucionarias, apostó a ser cabeza-candidato de esa suma partidista que ni emerge insumisa ni confronta lo existente, y le hizo el juego a esa ficción, dejándose entrampar y menguar –debido a su débil diferenciación- por una bipolarización creciente.
En medio de ese cuadro deprimente de lo “alternativo” electoralista, las franjas mas flojas entre todas las que aspiraban a una opción electoral independiente y alternativa al PRD y al PLD, se están inclinando a favor de uno de esos dos polos tradicionales; enarbolando como justificación las manida e infecunda tesis de “cerrarle al paso ” y/o “castigar ” al “más malo”, al que según el caso y el interés llaman o “desastre” (PRD) o “dictadura” (PLD).
Así, indefectiblemente, alimentan los dos “sumideros electorales ”, donde la basura se mezcla con el clientelismo, el oportunismo y una parte de la gente buena y políticamente avanzada, aunque poco consistente. Esta última, sin opción satisfactoria, de más cede frente a la trampa bipolar, al tiempo que se esfuma la fantasía o ficción alternativa.
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