El expresidente español, José Luis Rodríguez Zapatero, se suma a la lista de líderes políticos congelados y desangelados que viene a Venezuela a echar una mano a la derecha venezolana. Hace años que otro expresidente español, Felipe González, sirve de embajador itinerante para los multimillonarios Carlos Slim y Gustavo Cisneros y está presente en todo sarao en el que tenga de defender sus ideas neoliberales con tintes «sociales» o las de sus representados.
Si en algo sobresalió el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) durante sus mandatos, con González y Zapatero al frente, fue en su constante disposición a obedecer las órdenes del poder económico y financiero (español e internacional) en detrimento de las clases trabajadoras.
Las medidas económicas del gobierno de Zapatero han sido vergonzosas, improvisadas e impopulares, pero poco le importó con tal de cumplir y complacer a aquellos que todos sabemos.
La ayuda a la banca privada española con dinero público, 146.000 millones, el 8,4% del PIB (3.100 euros por habitante) y las medidas contra la clase trabajadora dictadas por el gobierno de derechas de Zapatero para contentar a la patronal, no pueden ser mejor carta de invitación para un foro organizado por la patronal venezolana y su candidato al poder político: Capriles Radonski.
Alianza de Civilizaciones o Aniquilación de Civilizaciones
Durante su mandato, obligado por el vacío internacional al que lo habían condenado Estados Unidos y Europa (Gran Bretaña y Francia) por retirar las tropas españolas en Irak, se sacó de la manga una «Alianza de Civilizaciones», que tenía como uno de sus cuatro fines «Impulsar la promoción de valores cívicos y de la cultura de paz».
El gobierno de Zapatero retiró las tropas españolas que ocupaban Irak para enviarlas a Afganistán. La deuda en armamento del Estado español, durante el gobierno de Zapatero, fue de 37.000 millones de euros y su gobierno fue uno de los principales pagadores y actores en la masacre libia y en la venta de armas a Israel.
Ahora viene a Venezuela a dar recetas y a hablar de diálogo intercultural.
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