Pueblo, Alba-Tcp y petróleo

Petroléo y Diplomacia

Con claridad podemos decir que hay una nueva estrategia geopolítica y diplomática a partir del reciente modelo propuesto con los hidrocarburos venezolanos Esto, hace referencia a la nueva oportunidad que representa la alianza denominada: Petroamerica, firmada con países de nuestra plataforma continental de América Latina y del Caribe. Así, nacieron los arcos energéticos de Suramérica y del Caribe: Petrosur, Gran Gasoducto del Sur y el modelo de integración social: Petrocaribe.

La montaña por la nueva configuración diplomática del crudo se inició a partir de la II Cumbre de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) celebrada en la capital cuna de Simón Bolívar entre el 26 al 28 de septiembre del año 2000. Cartel petrolero del cual nuestra nación es fundadora con el entonces Ministro de Energías Juan Pablo Pérez Alfonso, quienes reunidos una mañana de un catorce de septiembre de 1960 en Bagdad (Irak) fundaron la OPEP.

 La Organización de Países Exportadores de Petróleo, cuya sede hoy queda en Viena, Austria fue fundada en Bagdad el 14 de septiembre de 1960. Inicialmente fue integrada sólo por cinco países (Arabia Saudita, Irak, Irán, Kuwait y Venezuela), posteriormente fue ampliándose a seis miembros más: Catar (1961), Indonesia (1962), Libia (1962), Emiratos Árabes Unidos (1974), Argelia (1969) y Nigeria (1971). También fueron sus miembros Gabón (1975-1995) y Ecuador (1973-1992), regresando este último en pleno gobierno de Rafael Correa.

Ahora, incorporado el concepto de geoestrategia como un subcampo del conocimiento dentro de la geopolítica – en este caso – representada en la política pública exterior, fundamentada en factores geográficos que ilustran, restringen o afectan la planificación militar, política y económica de un Estado o Nación, nos inscribimos en un nuevo concepto de seguridad y defensa nacional e internacional a partir de las recientes alianzas interregionales, configurando con esto nuevos espacios de integración a partir del principio petrolero. 

Mientras el orbe se debate entre el control militar lanzado sobre las principales zonas productoras de crudo, el gobierno venezolano realiza el planteamiento hacia un nuevo proyecto geoestratégico–energético para toda la región de Latinoamérica y del Caribe, (Petroamérica: Petrocaribe, Gran Gasoducto del Sur y Petrosur).

Esto, refundamenta una redefinición de las relaciones internacionales ya existentes, realizando una cuantificación de los recursos y potencialidades de los países que conforman el territorio, para establecer – posteriormente – esquemas de complementariedad económica, social, cultural y de intercambio mutuo y permanente.

Este anillo o arco estratégico resurge en la reciente organización denominada Petroamerica como propuesta de modelo de integración, originando con esto, bajo la correspondiente firma de diversos acuerdos de cooperación energética, lo que es considerado como una iniciativa de cooperación solidaria de corresponsabilidad, integrada bajo el objetivo de dar respuesta a las desigualdades en el acceso a los recursos.

Así, bajo esta propuesta geoestratégica, se pretende establecer un nuevo esquema de intercambio con características favorables, equitativas y justas, protegidas bajo un articulado con las más diversas políticas energéticas de las nacionalidades semejantes, incluyendo no sólo el uso de los combustibles fósiles, sino también fuentes alternas, como la energía eólica y solar, entre otras.

La zona tropical latinoamericana es un enclave de importancia geoestratégica para el mundo, ubicada en las tres placas tectónicas: Sur de los Estados Unidos de América (EUA), con la cercanía de un canal transoceánico en el istmo de Centroamérica (Canal de Panamá), una de las más importantes líneas marítimas de comunicación del mundo entre los océanos Atlántico y Pacifico. Es, sin embargo, una región constantemente amenazada con el equipamiento de una armada fuerte, que salvaguarda los intereses de EUA con el fin de asegurar, en estos océanos, parte de su prosperidad. Sin embargo, la Cuenca del Caribe y suramericana gana importancia global, especialmente por el existente canal de navegación a través de Centroamérica, para compararla con el Mar de China Meridional (Mar del Sur).

Bajo la luz de estas razones es importante resaltar la geoestrategia petrolera de estas cuencas señalada en los estudios de Mahan, quien fuera oficial y experto en geoestrategia de la Marina de los EUA, quien planteó que Cuba es la llave o país clave para tener acceso al Golfo de México, y que controla, además, tres entradas para el Caribe, a saber, la Península de Yucatán, las Islas de Barlovento y el Pasaje de Mona. Significa también que Jamaica y las Antillas presentan un nivel de importancia estratégica en toda la región.

Varios autores coincidentes en estudios sobre la República Bolivariana de Venezuela, refieren su ubicación como de carácter geoestratégico, lo que es muy relevante por la actual coyuntura política que vive Suramérica, sobre todo por limitar al Norte con el Mar Caribe, en el cual existen intereses de cinco potencias. La región es uno de los pocos sectores en el Planeta donde aún cohabitan colonias o protectorados, conocido como El Caribe Oriental el cual nace en Canadá y finaliza en Puerto Príncipe, Trinidad y Tobago, donde también se encuentran posiciones de ultramar de Francia, Holanda, Inglaterra y los EUA, países que configuran un importante sistema de presión geopolítica.

La realidad geoestratégica mundial del petróleo y el gas natural, implica que dichas materias primarias seguirán aportando la mayor parte del consumo mundial de energía primaria en las próximas décadas, con la concentración de dicho consumo, principalmente en Latinoamérica, Estados Unidos, la Unión Europea y la región oriental-meridional del continente asiático. A lo anterior, se añade el hecho de que las reservas probadas de petróleo y gas se encuentran localizadas en su mayoría en el Golfo Pérsico, El Magreb, Oriente Medio, Rusia, Asia central, África y en América Latina – Venezuela  – quien tiene la mayor suma de petróleo en todo el Planeta con casi 300.000 Millones de barriles en reserva.

Asistimos al mejor tiempo de la diplomacia mundial a partir de novedosas propuestas nacionales, esto mientras padecemos las más importantes guerras que buscan apartar al cartel que aporta el 30% del crudo que se consume diariamente a nivel mundial: la OPEP. Organismo amenazado en el nuevo concepto militar de La Pentagonizacion.

Pero nuestra madurez diplomática establecida a través de alianzas estratégicas hace que tengamos las más importantes fichas dentro del ajedrez de la diplomacia petrolera continental.

Pero, mientras que otros países, también importantes en  producción de petróleo aún cuando no son integrantes de la OPEP como Canadá, México, Noruega, EUA, Rusia y Omán, tristemente, también asisten y tenemos que decir que todas las guerras sufridas han sido en contra los países de este cartel, sobre todo en el nuevo signo de la década guerrerista desde el derrumbe del Muro de Berlín, el bloque socialista y la finalización de la Guerra Fría.    

Ahora, el mundo es testigo de la entronización de La Pentagonización, modelo de las familias militares cuatro estrellas estadounidenses, reunidos en el Comando Central Unificado (CETCOM) con sede en la Florida norteamericana. Podríamos decir que está es una nueva fase militar del imperialismo.

Desde el CETCOM se ha dividido militarmente el globo terráqueo, macabramente estas fuerzas militares son capaces de intervenir en cualquier país de este desaliñado y saqueado planeta, hoy más que nunca en las direcciones, bitácoras y GPS de los portaaviones estadounidenses de la clase Nimitz a una mucho mas bélico: la Clase Ford, y de los que se encuentran reunidos alrededor de la OTAN, quienes están marcando militarmente a los principales países productores de crudo de todo El Planeta.

A las potencias les incomoda que el barril de crudo roce por encima de los cien dólares, y saben que la responsabilidad de estos costos recae primordialmente en la República Bolivariana de Venezuela y que este comportamiento seguirá repitiéndose y manteniéndose por mucho más tiempo en detrimento de los grandes consumidores y en ventura de los productores de acá.

Las probabilidades de que países del Asia Septentrional como Rusia y de Suramérica como Argentina y Brasil entren a formar parte de la OPEP, inquieta aún más a unas desaforadas potencias muy capaces de sacar de circulación a cualquier gobierno que se les oponga en sus designios: caso Venezuela.

Nunca, esta nación había estado tan amenazada como hoy lo padece, la posición nacional incomoda y borra de las apetencias imperiales una necesidad orientada por la cadena de varias naciones que acompañan a la nación más poderosa del Planeta en cuanto a las reservas de crudo que posee.

Venezuela, se alza por encima del principal aliado estadounidense, como lo es Arabia Saudita con su empresa petrolera Aramco, capaz de sacar diariamente doce millones de barriles de crudo, hoy muy molesta por las cuotas impuestas desde la OPEP en nueve millones diarios, cuota ya violada, donde los reyes saudíes están dispuestos a romper la cuota diaria por orden dada desde EUA.

La intención imperial es inundar el mercado de crudo mientras se avanza en la desestabilización, nunca olvidemos lo que acaba de pasar en Libia y la desestabilización de Irán y Siria.

Si países como Rusia, Argentina y Brasil integran la OPEP hablaríamos de un barril de crudo superior a los doscientos dólares, cosa que trataran de evitar a cualquier costo los principales consumidores y por el control de los precios, habrá más guerras.

El líder de la política petrolera mundial y miembro fundador de la Organización de Países Exportadores de Petróleo, es Venezuela. Esta organización que abarca trece países tiene las mayores reservas y mejores tipos de crudo, repartidas en Latinoamérica, Asia y África.

Los duros ejemplos de Angola, hasta Kuwait e Irak. Pasando por Libia, Irán, Ecuador, y Venezuela. Mas las amenazas contra el resto del cartel OPEP, ponen en dudas reales tiempos de paz y prosperidad para los países dueños de las pletóricas reservas de crudo.

En el caso venezolano nuestras reservas han ascendido a la magnífica cercana a los trescientos mil millones de barriles comprobados con proximidades de aumentar un setenta por ciento más.

Esta “amenaza” activó a un grupo de senadores estadounidenses muy interesados en apoyar un proyecto de ley que le abrirá escarpados caminos a su Departamento de Justicia, pudiendo sancionar a miembros de la OPEP cuando aumentó el precio del galón promediado -3,68 dólares– experimentados en este primer semestre y consideren amenazada su destartalada economía.

Este no ha sido el único intento de verse las caras en contra de la OPEP, desde las diversas administraciones norteamericanas. En una constante, consideran que los costos del crudo son intimidaciones que amainan la economía del mayor consumidor y despilfarrador del mundo.

La estrategia centra la idea en no permitir que los países productores y proveedores intenten “conspirar” para limitar el suministro permanente de grandes tanqueros.

Desde Suramérica se impulsa una nueva conducta ciudadana e institucional, nuevo lustro de la década fascinante, contando con mesura de indicios a nuevas visiones sociales que derrumben viejos teoremas de la conformidad institucional.

Los nuevos líderes suramericanos llaman a una nueva resolución de sus ciudadanos, al necesario rescate de una verdadera política y a una nueva actuación jurídica que se imponga ante la impunidad.

No somos únicos, ni individualmente manejamos equipos quienes llaman al Planeta entero a enfrentar la ofensiva estadounidense, ubicadas en lo antipolítico con sus agotadas arremetidas entretejidas internacionalmente, queriendo seguir calentando el sofocón alienante.

En este recién comienzo los puntos críticos de países y sociedades estallan, deseando acabar con viejos modelos, teniendo la esperanza segura de nuevas sociedades que dejen atrás el duro transito del pasado.

Mientras, siguen confluyendo preguntas: ¿quiénes son los responsables del quiebre económico del mundo? Alguien podrá calcular los miles de seres humanos sacrificados,  victimados a vivir en las entrañas de la tierra con un dólar diario, otros millones con euro y medio. Los que sobrellevan inclementemente el hambre, la pobreza, el desempleo, y los que yacen inmolados en una acera por pedir cambios, luchado por mejores sociedades en el anhelo de ver a sus hijos comer o no ver como los suyos mueren de hambre en la tierra de los océanos del Indico y del Cuerno de África, invocando a piratas que venguen la tiranía de los desarrollados.

Sigue la pregunta: ¿Donde están los dineros invertidos en detener la gran crisis mundial? Y más aún ¿Dónde están la cantidad de dólares que subsidiaron la brutal emergencia económica? El mundo debe saber quiénes se quedaron con las fortunas que en vano se entregaron para reflotar concesionarios, inmobiliarias, bancos, trasnacionales, por citar tan solo cuatro neurálgicos sectores que cohabitan con estadounidenses, canadienses y europeos, pero que nos afecto a todos por igual.

Mientras, China invierte cinco billones de yuanes, unos 265 millones de euros para ser la economía mundial de la década 2010-2020 y Arabia Saudita gasta 38.000 millones de dólares que tratan de detener el gran desastre social que llevaría el precio de crudo a los 200 dólares por barril.

¡Siguen los responsable! El modelo neoliberal emprendido por los Republicanos y Demócratas en los EUA han llevado a buena parte del globo a participar en las guerras contra Irak, Afganistán y Libia, detener las revoluciones de Egipto, Túnez, Bahréin, impulsar las amenazas en contra Irán, Siria, Turquía y dejar actuar a Yemen, Catar, Israel y Arabia Saudita, estos tres últimos los mas armados de la zona del Golfo Pérsico o Golfo Arábigo como lo prefieren los emires saudíes. ¿Por qué? Todo por el giro económico que asegura la sobrevivencia en base al negocio del tráfico de armas por el control petrolero.

Las acusaciones van directamente contra las posturas de nuestro país y la defensa del Presidente Hugo Chávez por reflotar los reales precios de la canasta petrolera. Y más allá, no permitir que los intereses de los súperconsumidores se atrevan a balcanizar nuestra región como lo están desarrollando contra buena parte del resto de los integrantes del cartel OPEP.

Hay una nueva diplomacia, ¿Quién moverá las piezas?

venezuela01@gmail.com

Para: Embajada de Venezuela en Siria

Febrero de 2012

Revista: VISIÓN VENEZUELA, año 1, número 4. República Árabe Siria, Febrero de 2012.

El artículo en español aparece en las páginas 41 a la 46, y en árabe de la 34 a la 39.



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Miguel A. Jaimes

Politólogo. Magister scientiae en ciencias políticas. Doctor en ciencias gerenciales. Posdoctor ontoepistemología en geopolítica de las energías. Cursando doctorado en letras. Cursando Posdoctorado en literatura del petróleo en Venezuela. Libros: El oculto poder petrolero, apertura petrolera, poder de PDVSA vs. poder del estado. Petrocaribe la geogerencia petrolera. Primera edición. Petrocaribe la geogerencia petrolera. Segunda edición. Director del diplomado internacional en geopolítica del petróleo, gas, petroquímica y energías – Venezuela. Director de la web https://www.geopoliticapetrolera.com

 venezuela01@gmail.com      @migueljaimes2

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