Grrrr…grrrr…grrrr….con espuma es lo que sale de la boca del belicoso mediático Álvaro Uribe ante cada hecho noticioso que genera el presidente Santos y Chávez por la cita “continental” en Cartagena.
Los movimientos de las muñecas de ambas manos del actual presidente colombiano y de su cancillera le hacen exclamar a Uribe palabras altisonantes, retrecheras, el EX que no se acostumbra a su condición de EX, se quitó el traje, la corbata y se lanzó al medio de la calle a lanzar improperios de todos los calibres y muy colorados contra todos los países latinoamericanos y sobre todo, contra Manuel Santos quien nada más y nada menos es el presidente constitucional.
Los dedos de Uribe o su herida vanidad son la culpable que haya dañado ya varios teléfonos celulares cuando teclea con furia al referirse a la República Bolivariana de Venezuela y a su presidente constitucional, o cuando se refiere a la Mayor de las Antillas, Cuba revolucionaria.
Ya lo dice Uribe públicamente con su característico tono de voz: …Manuel es un incompetente y un vulgar oportunista, aprovechador de oficio, después que como corderito contó con mi venia para que a nombre del “Uribismo” se “empechugara” la banda presidencial se olvida a gracias de quién está allí, en la silla del Nariño.
Se rumorea que en espacios íntimos de sus amistades Santo muestra cuando se habla de Uribe, no el dedo pulgar, ni el dedo índice, ni el dedo anular y menos el meñique, muestra es su dedo medio cordial en gesto de indiferencia y de fastidio.
Lo cierto -al decir de comentarios que se emiten por igual en la serranía y como en la costa colombiana-, Santos mandó a Uribe largo pal cipote! Y eso no lo perdona Uribe, y cómo!
En Bogotá, desde los pasillos del Palacio de Nariño adeptos de Santos no se quedan de brazos cruzados ni de lenguas atadas, ripostan como el Kid Pambelé con fuerte golpes al hígado y al mentón del expresidente quien cada día abre la senda para su propio ostracismo e increpan con furia a Uribe con la consigna de: -Envidioso! Envidioso! Envidioso!
Saber Uribe que no va a estar sentado al lado de Santos, ni va a salir en la foto oficial del evento en Cartagena con su almidonada guayabera le hiere su amor propio, su estima, su dignidad y le da una puntada rectal que el proctólogo ya le ha advertido varias veces -sin éxito- que deje escapar esas emociones y no las contenga en su cerebro.
Los próximos días, meses y años Álvaro Uribe ya no tendrá el mismo influjo mediático, sus casos perversos y violaciones de los Derechos Humanos saldrán a la palestra, la sociedad colombiana desplazará el actual terrorismo de Estado, saldrá a la calle, a los campos a reclamar sus derechos sociales y políticos.
En Colombia ya no hay quienes contengan los malos humores de una sociedad que está hasta la coronilla. Las mayorías sociales toman la palabra en el continente y la propia Colombia no será la excepción pero Uribe Vélez no se da cuenta…y no se da cuenta…Uds. saben por qué, porque el muérgano es un enfermo crónico de envidia! Aunque Santos no es tan Santo.
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