La nacionalización de Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF) que controla la empresa española REPSOL, es un ejemplo de ello y no han faltado los gritos de indignación de las trasnacionales, el gobierno español, los medios de comunicación del imperio, el imperio y la caterva de esbirros y defensores de la “libre empresa”.
El gobierno español con su mejor perorata desde la colonia, con su Ministro de Industria, José Manuel Soria, que amenaza: "El gobierno de España defenderá los intereses de Repsol y de cualquier otra empresa española que esté operando en el resto del mundo", ""Habrá consecuencias y esas consecuencias se van a traducir en los próximos días en medidas tomadas por el Gobierno de España"".
Me pregunto ¿si enviaran sus carabelas con sus conquistadores a someter a los indios que osaron atacar las propiedades de su majestad el rey?
Como era de esperarse el imperio expresa su preocupación por la nacionalización de REPSOL y urgen a Argentina para que reconsidere esta postura negativa que afecta los intereses de los imperios a pesar de que esta empresa había ocasionado en Ecuador, Bolivia y otras latitudes grandes daños medioambientales y sociales y vulneran constantemente los derechos humanos de pueblos enteros, produciendo una inmensa deuda ecológica donde actúa.
Al imperio y sus lacayos no les importa que REPSOL antes de ser nacionalizada estaba a punto de vender la petrolera China Petroleum & Chemical Corporation (Sinopec), eso son gajes del oficio de hacer negocios con estas trasnacionales que nunca traen ayuda a los pueblos en donde se meten y que son unos verdaderos parásitos que chupan los Estados.
Hay que entender que el gobierno argentino nacionalizó solamente el 51 por ciento de las acciones de los yacimientos petroleros de esta empresa y estos ha traído un escándalo de proporciones mayúsculas siendo esto una especie de medida modesta cuando la compañía mantenía una insuficiente inversión y una escasa producción; lo que hizo que en el 2011, por primera vez desde que se privatizó la empresa en los años 90 (con la ola privatizadora neoliberal de Carlos Menen), Argentina tuviera que importar más gas y petróleo que el que produjo.
Pero vamos a estar claro un país debe buscar lo que mejor le conviene para de esta forma poder cumplir con sus ciudadanos y buscar la soberanía y el control del buen funcionamiento de las empresas y recursos del Estado.
El hecho se explica por sí solo, la compañía YPF no representaba los intereses de los argentinos y por supuesto un gobierno que se respete no puede de ninguna manera apoyar los intereses extranjeros por encima de los de su propia Patria. Recordemos que la hermana nación es el único país en Latinoamérica que no maneja sus recursos naturales.
Reconozcamos y duélale a quien le duela que aquí en América vientos de cambios soplan y con mucha fuerza y la espada de Bolívar recorre la América Latina…
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