Santos: mete mojones comunistas y actúa como bonapartista

 

Un viejo y extraordinario camarada colombiano nos dictó, hace pocos días atrás, una cátedra política, de la cual nos asombró una maravillosa enseñanza que nos convenció para escribir el documento que ponemos a la disposición de todos los que quieran leerlo para reflexión política. El nos dijo que la burguesía posee la inteligencia y la astucia en este tiempo para asumir las consignas revolucionarias cuando la objetividad de las circunstancias exige políticas que adormezcan a las masas y así evitar rebeldías contra las políticas capitalistas. Fue entonces cuando nos puso el ejemplo del Presidente Santos en la IV Cumbre de las Américas haciéndose el abanderado de exigencias que son rechazadas por, fundamentalmente, los gobiernos de Estados Unidos y de Canadá. Y eso es una gran verdad que no debe emocionar a los pueblos que claman por verdadera justicia social, ya que el Presidente Santos es un aliado incondicional de los amos y señores imperialistas. Pero que el mismo Santos las diga, ya eso implica un justificativo para las luchas revolucionarias por lograr esos objetivos, aunque haya expresado sobre el país imperialista (Estados Unidos), lo siguiente: “Nuestros países han pasado de ser simples buenos amigos a convertirse en aliados… Somos aliados en la construcción de un nuevo orden mundial”. Todos sabemos que ese orden mundial sigue siendo el capitalista. Nosotros, queremos el socialista.

El Presidente Juan Manuel Santos, en condición de anfitrión de la IV Cumbre de las Américas, puso las costillas, el pollo, el pescado, las verduras, el fuego, el agua, la olla, los cubiertos y los aliños, hizo el sancocho y se lo comió casi solo. No dejó que ninguno de los invitados metiera sus manos o su cuchara en el sancocho, aunque Obama lo haya disfrutado muy bien. Si Jaime Bateman viviera, lo más seguro es que hubiese lanzado un SOS de alerta para que nadie de Latinoamérica y el Caribe lo comieran por considerarlo envenenado de mentiras, demagogias y oportunismos políticos.

En documento publicado con anterioridad a la Cumbre habíamos dicho lo importante que era la asistencia de todos los gobernantes de América Latina y el Caribe para que dijeran lo que realmente sentían sobre el veto de Estados Unidos y Canadá a la presencia de Cuba en la misma. Teníamos razón, aunque alguien crea que carecíamos de ella. Correa y Ortega no asistieron pero Evo y Cristina hicieron lo que nosotros proponíamos antes de la Cumbre: la abandonaron alegando que no compartían la exclusión de los casos de Las Malvinas y Cuba en la agenda de discusión o en la Declaración final.

Santos hizo el papel de Zorro y de León al mismo tiempo. Supo olfatear a tiempo el ambiente, habló como comunista para actuar como bonapartista. Fue el protagonista de la película. Recibió aplausos y, tal vez, algunos inocentes creyeron que el Presidente Santos iba a desgarrarle parte de la piel al Presidente Obama. No, se equivocaron, porque sus palabras no fueron más que un mojón de falso comunista. Dijo: “El aislamiento, el embargo, la indiferencia, el mirar para otro lado, han demostrado ya su ineficacia… En el mundo de hoy no se justifica ese camino, ya que no es más que un anacronismo que nos mantiene anclados a una era de Guerra Fría superada hace ya varias décadas”. Gran verdad, pero imposible de creer como una expresión venida desde lo más adentro del alma del Presidente Santos, porque todo el mundo conoce de sus radicales posiciones políticas de derecha a favor del imperialismo.

El Presidente Santos siguió metiendo mojones de falso comunista cuando dijo: que una nueva Cumbre de las Américas con un Haití postrado “también lo sería sin una Cuba presente”. Y agregó, ¡he allí la incógnita a descifrar por los inocentes!, lo siguiente: “Es hora de superar la parálisis a la que lleva la terquedad ideológica y buscar consensos mínimos para que ese proceso de cambio llegue a buen puerto, por el bien del pueblo cubano”. Para quienes conozcan la posición política y la creencia ideológica del Presidente Santos, no queda duda a que se refiere a un cambio hacia el capitalismo en Cuba y no hacia el socialismo.

El Presidente Santos de vez en cuando quiso hacerse pasar como un Bolívar de nuevo tiempo, cuando dijo: “Hoy quiero proponerles que aprovechemos esta Cumbre para hacer que este sea ‘el momento de las Américas’. Un momento en el que nuestro hemisferio surja como una región-bloque con consensos fundamentales para la prosperidad y bienestar de nuestras gentes”. Si el Presidente Santos quiere que se le crea, debe inmediatamente expulsar del territorio colombiano a las fuerzas militares estadounidenses de Colombia y decretar el cese de sus bases militares desde donde operan para asesinar a muchos colombianos y colombianas que no comparten la visión de mundo capitalista que predomina en los altos funcionarios del Estado colombiano.

El vocero de los pobres, de los explotados, de los oprimidos, de los descamisados, de los condenados, de los que no tienen voz y frustrada su esperanza de un mundo mejor, de los que sueñan un día pronto vivir las divinidades de la justicia social fue, sin duda, el Presidente Santos. Lo dijo en su síntesis al concluir la fracasada IV Cumbre de las Américas: "El fin último de todos los mandatos de la sexta Cumbre de las Américas debe ser erradicar la pobreza y la inequidad”. ¿Qué pueblo de la América III (Latinoamérica y el Caribe), se traga ese mojón? Sólo cuando los Santos, no de la oligarquía sino del proletariado, actúen como comunistas será posible ponerle fin a la pobreza y la inequidad. Si el Presidente Santos quiere dar una prueba de verdadera lucha contra pobreza y la inequidad lo primero que debe hacer es expropiar a la familia Santos en Colombia y poner todos esos bienes al servicio del pueblo colombiano. De lo contrario, su mojón de falso comunista será opacado por su actuación bonapartista a favor de la oligarquía.

Casi todas las Cumbres Políticas que se producen en el planeta no son más que mojones teóricos para justificar prácticas a favor de las grandes potencias capitalistas que dominan el mercado mundial y en perjuicio de las naciones o pueblos que no poseen los niveles de la técnica y organización social para llegar al status de desarrollo de los países más avanzados.

La IV Cumbre de las Américas pasará a la historia más como un evento internacional donde los miembros de la seguridad personal del Presidente Obama gozaron de los atributos sexuales de algunas hermosas prostitutas colombianas que por la ausencia de una verdadera política de integración de los países latinoamericanos y caribeños para enfrentar con éxito las tropelías de las Américas I (EE. UU.)y II (Canadá) y, además, de otras potencias imperialistas de otros continentes..



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El Pueblo Avanza (EPA)


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