No parece muy claro el sistema electoral de Estados Unidos

A diferencia de los sistemas electorales de los otros países del Continente, en los Estados Unidos no existe una entidad encargada de administrar, coordinar, llevar a cabo las elecciones a nivel nacional, son los estados mediante sus Secretarías de Estado los que se encargan de realizar los procesos electorales y dada la permanente actividad desarrollada por estas oficinas en los procesos electorales se han constituido en la Asociación Nacional de Secretarios de Estado, NASS (por sus siglas en inglés)  Cada estado sabe que elige dos senadores y el número de representantes que le corresponde a nivel federal, pero en el caso de elegir al Presidente y Vicepresidente de la Nación es confuso, pues no se elige al Presidente por el voto directo de los electores como en los sistemas presidencialistas, ni como al Primer Ministro en los sistemas parlamentarios por el voto del Congreso, sino mediante el voto de representantes de los estados electos para ese único fin; elegir al Presidente de la Nación. Estos representantes se constituyen en delegados que conforman el Colegio Electoral del estado y son estos delegados quienes en definitiva eligen al Presidente y al Vicepresidente de los Estados Unidos. Para ello, los Colegios Electorales de cada estado envían a Washington DC, al Presidente del Senado, sus votos en sobre cerrado y éstos se cuentan en sesión conjunta del Congreso en el mes de enero siguiente, lo cual constituye una formalidad, pues desde noviembre se sabe cuál de los candidatos obtuvo mayoría en los Colegios Electorales. Actualmente se eligen 538 miembros del Colegio Electoral, el equivalente al número de senadores y miembros de la Cámara de Representantes más los 3 del Distrito de Columbia, sede del gobierno. Para ser electo Presidente de los Estados Unidos, un candidato o candidata necesita tener 270 votos del Colegio Electoral, es decir, la mayoría simple. 

Esto quiere decir que la elección del Presidente y el Vicepresidente de los Estados Unidos de América se realiza por medio de una elección indirecta. El sistema electoral estadounidense carece entonces de un estricto control por el Estado y por lo tanto no hay una autoridad única que con toda confianza pueda validar un escrutinio final. Veamos un ejemplo que sucedió en el año 2.000. En cualquier otro lugar del mundo la escogencia como Presidente de George Bush y no Al Gore en las elecciones del 07-11-2.000 en los Estados Unidos, se  le hubiera llamado un fraude electoral, esa versión electoral continúa en discusión en los medios políticos de los Estados Unidos y muchos se preguntan  si aquella elección ha beneficiado a esa democracia o si ha hecho exponer sus deficiencias, no sólo ante los electores desprevenidos, que desconocían mucho de su propio sistema electoral, sino ante los ojos consternados del resto del mundo, debido a que meses antes de la elección se proyectaba como ganador del voto electoral al candidato presidencial Demócrata Al Gore. Pero la información trasmitida por las estaciones de televisión, grandes y pequeñas, fueron minimizando la ventaja que mantenía Al Gore sobre George Bush y es así como no menos de un 22 por ciento de la población estadounidense fue testigo de la mala interpretación de la información transmitidas por las cadenas de televisión.  ABC, NBC y CBS, manipulando mediáticamente los verdaderos resultados de la elección presidencial. 

Toda aquella manipulación empezó la misma noche de la elección, cuando las grandes cadenas de televisión del país le otorgaban los 25 votos electorales de Florida al candidato demócrata Al Gore,   noticia muy importante porque al ganar ese Estado, Gore, lograba la Presidencia de los Estados Unidos, además que por esta noticia se desanimaba a los votantes a favor de Bush en el oeste del país, donde la diferencia en horas significa que los precintos aún estaban cerrados y tal información podía favorecer a Al Gore, aunque en esa zona del  país las predicciones tendían a favorecer a Gore.  La noticia desencadenó una respuesta inmediata de los consejeros del candidato republicano George W. Bush y esa misma noche sus asesores presionaron e hicieron circular por todos los medios de comunicación el cuestionamiento de los resultados trasmitidos por la televisión. La táctica implementada por los asesores de Bush funcionó, pues  entrada la noche, las estaciones radioeléctricas empezaron a declarar que era una elección "demasiado ajustada" para dar ganador a cualquiera de los dos contendientes y entonces el resultado final fue a parar a manos del Tribunal Supremo de Justicia, que a los 3 meses dictaminó con el voto de 3 a 2 que el ganador de la Presidencia de Estados Unidos era George W. Bush. Estimado lector, ¿Usted ha visto u oído de que en las elecciones norteamericanas asisten veedores internacionales?  



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José M. Ameliach N.


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