En España, el capitalismo, la crisis y
la corrupción han hecho a los ricos más ricos, han convertido a miles de
familias en pobres y los pobres han pasado a la miseria. Los
científicos sociales coinciden en que España es “una sociedad más
polarizada entre los que tienen y los que no tienen”.
En el verano la realidad se les ha
desnudado a los españoles, ésta ha mostrado cifras impactantes
descubriendo un aumento de la exclusión social que afecta cerca del 27 %
de la población, y “un 41% de los hogares españoles manifestaban su
incapacidad para hacer frente a los gastos imprevistos”.
En España –la 12° economía del mundo de
acuerdo al Fondo Monetario Internacional (FMI)–y como demuestran las
investigaciones, la tasa de pobreza se sitúa entre 25 y 27%, una de las
más elevadas de la Unión Europea.
En el informe “La infancia en España
2012-2013” elaborado por Unicef, se han dado cifras dramáticas: el nivel
de pobreza infantil ha superado el 26%, pasan de dos millones los niños
afectados por la pobreza.
Cáritas ha denunciado que es en España
donde más ha aumentado la brecha entre ricos y pobres; dicha
organización ha triplicado su atención, pasó de asistir 400.000 pobres o
en situación de vulnerabilidad en el 2005 a 1.200.000 en la actualidad.
La acción de “expropiar” alimentos y
artículos de primera necesidad por parte del Sindicato Andaluz de
Trabajadores (SAT), y liderada por el alcalde de Marinaleda Juan M.
Sánchez Gordillo y Diego Cañamero, ha sacado de la modorra a la sociedad
española.
La acción simbólica del SAT y sus
líderes al “expropiar” a las ricas corporaciones de alimentos y llevar
el pan al hambriento, ha sido una sacudida a los defensores del
capitalismo y al circo –televisión, religión, lotería, toros, fútbol– que esconde la
pobreza en España