Septiembre es un mes especial para Chile, se celebra “el día de la Independencia” gracias a la conmemoración de la Primera Junta Nacional de Gobierno establecida el día 18 de Septiembre de 1810, contradictorio por decir lo menos porque esta Junta solo permitió el acceso de la aristocracia criolla a participar en las decisiones públicas, dirigidas por el Conde Mateo de Toro y Zambrano, último gobernador realista.
La Independencia de Chile se logró el 12 de Febrero de 1818 en el Acta de Independencia firmada por Bernardo O’Higgins y sus ministros después de sangrientas batallas, contando siempre con la ayuda del Ejército de Los Andes, comandado por el General San Martín, uno de los brazos extendidos del Libertador Bolívar.
¿Por qué realizó el hincapié en estos sucesos históricos? Porque la historia tiene dos cauces: una, defendida a ultranza por la burguesía, y la otra, que pertenece y libera al pueblo. El logro de la Independencia se atribuye a los esfuerzos de un pueblo por ser libre, soberano y dueño de sus recursos naturales. Chile conoció de un gobierno con tales principios, los que aplicó con rigor revolucionario, los cuales hasta el día de hoy recordamos y vemos resucitar en la punta de lanza, Venezuela.
Salvador Allende, Presidente de Chile y Compañero pensó su Patria como Simón Bolívar y el Presidente Hugo Chávez a su amada Venezuela, ideando un sistema de gobierno más perfecto, más igualitario, “buscando la mayor suma de felicidad posible”, es decir, el socialismo. Puede resultar algo antojadizo mi comparación, pero quiero reunir una serie de sucesos que justifican mis palabras.
El plan económico y estratégico del Presidente Allende apoyado por la Unidad Popular en sus primeros años de gobierno fueron los siguientes
- Nacionalización del Cobre (Expropiación de las transnacionales norteamericanas)
- Estatización de las industrias claves para el desarrollo del país
- Aumento del salario a la clase trabajadora
- Profundización de la reforma agraria (Expropiación a tierras improductivas)
Como no recordar los primeros años de Gobierno del Presidente Chávez, difíciles por la resistencia de la oligarquía, pero cobijado en el amor a su pueblo, buscando como primeras medidas la recuperación del petróleo para los venezolanos, la estatización de los servicios estratégicos, las misiones sociales y el aumento del salario que hoy hacen de Venezuela el país con el sueldo mínimo más alto de la región.
Qué similitud encuentran estas dos almas en el camino revolucionario, Allende y Chávez, quienes sufrieron golpes de estados rastreros, perpetrados por la CIA y ayudados por las oligarquías serviles. Solo una llamada, aquel 13 de Abril de 2002, y burlando todos los sistemas de seguridad, hizo la diferencia entre estos destinos, las palabras del Comandante Fidel Castro a Hugo Chávez: “Chávez, tú no eres Allende, tú no mueres hoy”
Este ensayo solo confirma lo que siento por Venezuela, Allende vive en cada corazón revolucionario, en el trabajador que madruga por llevar el pan a su familia, en el estudiante que lucha por sus derechos, en los médicos cubanos que suben las montañas de Caracas para atender al desvalido, en el Presidente que no descansa hasta ver construida la Patria, sin duda amigos mío, ¡Allende vive, vive en Chávez!