Trincheras de Ideas

El pueblo panameño derrotó en Colón a la oligarquía

Visiblemente molesto por la contundente derrota que le acaban de infligir los trabajadores y pobladores de la ciudad de Colón, donde se asienta el segundo puerto libre más grande del mundo, el oligarca presidente panameño, Ricardo Martinelli, se vio obligado precisamente por la presión de la lucha popular en las calles de Colón y otras ciudades de la nación itsmeña, a dar marcha atrás a la ley que la burguesía de ese país pretendió imponer para sacarle más y mayores beneficios a los terrenos de la Zona Libre que serían vendidos “por la mano invisible del mercado”.

En la votación en el Parlamento no hubo ni una abstención ni un voto en contra. Los 59 diputados votaron unánimemente la derogación de la Ley 72. Es decir, la sensatez que impuso el temor al pueblo que no fue llamado a dar su opinión ni nada que se le parezca, simplemente la burguesía impuso su poder. Pero ese poder trató tardíamente de blindarse porque los caleteros, cargadores, grueros y el personal que labora o se mueve en el puerto, a los que sumaron familiares, la gente de los barrios y prácticamente todas las comunidades, los pequeños empresarios y comerciantes; hombres y mujeres recios y curtidos que dieron un extraordinario salto cualitativo en su lucha –inexorablemente política– le dieron una lección contundente no sólo a los oligarcas y grandes empresarios de las finanzas y el comercio sino a ese sumiso parlamento.

El pueblo panameño, representado en la vanguardia obrero/popular de Colón, mostró su poderoso músculo a las clases dominantes. Con firmeza, contundencia y decisión ese pueblo se lanzó a la calle desde el momento mismo que el dócil parlamento panameño aprobó la Ley y el Presidente le puso el ejecútese. Jamás pensó la burguesía panameña y transnacional, los políticos tradicionales que el pueblo reaccionara de manera tan contundente en una acción de calle que crecía por día, acción que fue brutalmente reprimida por la policía del régimen cuyos policías asesinaron a sus hermanos, golpearon a cientos de ellos, pusieron en prisión a los dirigentes más destacados de la protesta.

Pero, al débil gobierno del empresario Martinelli, comenzó a írsele la situación del control político y las protestas se comenzaron a extender por todo Panamá y podía transformarse en una insurrección cuyos alcances lucían imponderables, afectando seriamente todo el proceso del tránsito de buques por la Zona del Canal y quizás el futuro mismo de Panamá.

La Contraloría General de Panamá informó que la Zona Libre de Colón tendría el presente año un movimiento comercial de 12.447.646 millones de dólares, cifra descomunal que contrasta brutalmente con ese 45% o más de los habitantes de Colón sumidos en la mayor pobreza. Pese a ese manejo mil millonario producto del comercio, una cifra superior al 25% está desempleada y en una población que crece demográficamente el 15% de su juventud sufre de desempleo crónico, es decir, que no tienen alternativa.

Evidentemente que el gobierno de Martinelli cometió un gravísimo error político y tiño de sangre sus manos de explotador, víctimas que seguramente el pueblo panameño le cobrará en algún momento. Pero esa lucha, en un país de suyo tan tranquilo como Panamá, con toda seguridad que va a tener repercusiones y consecuencias políticas en la nación, sobre todo en los sectores explotados, oprimidos, marginados, excluidos e invisibilizados; las clases proletarias, campesinas, indígenas; los medianos y pequeños empresarios, la juventud, las mujeres, los sindicatos que seguramente levantarán la bandera de una asamblea constituyente y de un cambio político a fondo en las estructuras de la vetusta y anacrónica sociedad panameña, llena de injusticias y desigualdades.

Otro pueblo de América que se levanta indignado contra las injusticias y la explotación secular. Después de la insurrección de Colón ya nada va a ser igual en Panamá.

(humbertocaracola@gmail.com) (Miembro directivo del Movimiento Social de Medios Alternativos y Comunitarios MoMAC) (Con Chávez y la revolución bolivariana y socialista, todo) (Luchemos por la libertad ¡ya! de los 5 patriotas cubanos presos en las mazmorras norteamericanas)


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Humberto Gómez García

Director de la revista Caracola. Pertenece al Movimiento de Medios Alternativos y Comunitarios (MoMAC). revistacaracola.com.ve

 humbertocaracola@gmail.com      @hgcaracola

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