El capitalismo tiene cierta magia, digamos una fascinación que hace creer a muchísima gente que puede ser millonaria; es decir, tener: carros lujosos, aviones, yates, ropas de marcas famosas, mansiones en Venezuela y Nueva York con piscinas, salón de juegos, etc.
Si le dijera, cierre los ojos y piense en lo que haría si fuese millonario, de seguro pensaría que a la lista de arriba le faltan los viajes por el mundo y las rumbas.
El capitalismo nos enseña a creer, a aceptar que toda la realidad que nos rodea es algo natural. Crecimos creyendo que la existencia de los ricos es por gracia divina, o porque trabajaron mucho, estudiaron o nacieron en casa o familia millonaria.
Toda esa creencia y pensamiento es reforzado por el sistema educativo –preescolar hasta universidad–, religión, televisión, cine, revistas, concursos, loterías, Kino, casinos, Bill Gates, artistas, etc. Nos hacen creer desde niños –toda la vida– que seremos ricos o podemos serlo.
Pero se ha preguntado: ¿Por qué después de 200 años de capitalismo, en Estados Unidos existen 42 millones de pobres? ¿Por qué hasta 1999, el 77% de los venezolanos era pobre?
¿Sabía usted que para comprarse un apartamento en Nueva York de 5 millones de dólares 1 mil 282 trabajadores con salario mínimo tendrían que reunir todo su sueldo durante un año?
¡Y Capriles se acaba de comprar un apartamento de 5 millones de dólares en Nueva York!
Una persona como Capriles, colonizada por Estados Unidos, que compra un apartamento en 5 millones de dólares: ¿Piensa en Venezuela como Patria o como negocio? ¿Defenderá los intereses de Venezuela ante el imperialismo- gobierno de Estados Unidos? ¿Se hizo rico trabajando?
Este colonizado-colonizador –gringo- aspira a la Presidencia de la GLORIOSA REPUBLICA BOLIVARIANA de VENEZUELA
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