Pobre de mí que nunca he visto a Dios, otros lo han visto, son los que viven comiendo hostias, cagando diablos, dándose golpes de pecho y matando al pueblo tal como Monseñor Matacura, que como si no matara ni una mosca, no obstante revolotea sobre una noticia -precisamente- tal como lo hace la mosca, revoloteando sobre el basurero para comer de ahí, de lo peor, es su alimento.
Lo vi en la bicha que corta (por cierto, estoy muy enojado con Mario porque él ahora anda muy blandengue con esa gente en vez de meterles la mocha), y no podría ser de otra manera porque yo sólo veo programas importantes ya que no dispongo de tiempo para perder el tiempo.
Y, por cierto, aunque tengo días que no veo a Vanessa ni a Tania ni a Dair, el insomnio no me ha pegado; será porque he visto a Walter y a la Hojilla y así en contrario, me digo, bah, a dormir dormido que despierto no va.
Mas, al grano:
Como he estado de ultramar a tierra firme y viceversa, pregunté por Marta Colomina y pocos me han dado razones de ella (…ella ya me olvido / y yo no puedo olvidarla /) pero, en su lugar todos hablan del Matacura Castillo que para los fines de la pregunta, es lo mismo.
Es que, preguntando se llega a Roma; pepito preguntón va a la carga, me consta que él estuvo en Fermo, últimamente, así que sin ton ni son decidió preguntarle a un matasano acerca de la vaina y éste, por cierto, le ordenó auditar su sangre, la que al efecto resultó estar roja rojita en vez de azul y ello ocasionó una decepción pavorosa pero, inclusive lo más grave fue la indicación de ingerir sólo dos Papas en vez de tres -suprimir la cena, por eso del colesterol- y, además, un régimen de pastillas que deben ser ingeridas religiosamente durante un mes, aproximadamente.
En resumen, dos Papas en vez de tres y para colmo, un régimen de pastillas que debe ser cumplido religiosamente.
Por mi parte, yo estoy salado; y, no obstante, encomiéndome al Dios de las aguas profundas, mi único dios si de dioses se tratare, y al que tampoco yo quisiera ver por ahora, por lo que, prácticamente, sigo en las mismas.
¡Dios es, a mi modo de ver, un producto social que reside en el vacío de las mentes de millones, a menos que alguien lo haya visto!
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