Snowden: ¿Traidor?

El 27 de este mes, en la página digital de Últimas Noticias, se publicó un artículo de Roberto Hernández Montoya titulado "Everybody is watching you". Inmediatamente debajo de ese artículo, en la sección "Deja un mensaje", crápula, cuya venida al mundo debió producirse por vías invertidas o equivocadas, escribió lo siguiente: " Snowden es un TRAIDOR y la traición es el único delito que merece la pena de muerte (...)". Como se ve, le hace honor a la forma tan contranatura cómo se produjo su nacimiento.

Hay un dicho por ahí que dice que por la jeta muere el pez. Por eso mismo es que lo que este despreciable sujeto dice le cae a él como anillo al dedo. Ya que con respecto a su repugnante comentario habría que preguntarle: ¿por qué esa desmesurada preocupación por Los Estados Unidos y no por Venezuela? Nuestro país, como lo sabe todo el mundo, está virtualmente saturado de conspiraciones perpetradas por los inescrupulosos sujetos de la oposición. Y no sólo eso, porque como también es público y notorio son financiadas por el imperio. , por quienes han hecho de la tortura y el aseinato una profesión.De allí los constantes viajes de estos mal nacidos al Dpto. de Estado. Van no sólo a recibir la mesada de la vergüenza sino también a perdirles encarecidamente a sus despóticos amos, no que dejen de agedir a su país, como sería de esperar de un buen hijo de esta tierra, sino a que, por favor, invadan cuanto antes a Venezuela.

En torno de estas actividades, que configuran una vil traición a la Patria, ¿qué ha dicho este...bueno... este maloliente humanoide? ¿Habrá abierto su asqueroso hocico alguna vez para condenar tales acciones? La verdad es que no es difícil adivinarlo, porque el mismo contenido de su mensaje lo delata, lo deja claramente en pelotas. Y así, basados en esta evidencia suministrada por él mismo podemos asegurar, sin temor a equivocarnos, que jamás lo ha hecho. Jamás ha abierto la trompa, y si alguna vez lo hizo, no sería para otra cosa que para solidarizarse, para avalar las operaciones militares solicitadas por la oposición contra nuestro país.

De manera, pues, que en esta cuestión se delinque no sólo por acción sino también por omisión. Y esta sabandija, al silenciar, al hacerse el loco en relación con la siniestras acciones que los Estados Unidos y sus despreciables secuaces internos vienen realizando contra nuestra nación, se está haciendo cómplice de las mismas, es decir, se está convirtiendo tan traidor a la Patria como los integrantes de la mesa de la unidad y como otros tan asquerosos y repugnantes como ellos.

Ahora, pedazo de bazofia, por qué Snowden no es un traidor. Sencillamente, porque los gobiernos de los Estados Unidos son feroces enemigos de la humanidad. En este sentido, los horrendos crímenes cometidos por las bestias desalmadas que han gobernado y gobiernan ese país, crímenes de lesa humanidad, son tan crueles e inhumanos que son difíciles de imaginar, incluso, por las mentes más perversas y delirantes, por quienes han hecho de la tortura y el sasesinato una profesión. Al respecto, valdría la pena recodar de pasada, por encimita, nomás, las horrendas atrocidades cometidas con el mayor sadismo en Vietnam (My Lai, entre otros), el derribo de las torres gemelas y los presos de Guantánamo, que los mantienen en ese antro alucinante, no para estarle dando palos todos los días, porque eso no justifica los enormes gastos que se hacen para mantenerlo. Tampoco para obtener de ellos información actualizada que les pudiera servir para la ejecusión de sus habituales matanzas y genocidios. Los mantienen alli, a los presos, porque en esos infelices se están practicando experimentos médicos, por eso la renuencia en cerrar ese dantesco campo de concentración.

Ante estos brutales atentados contra países y personas, cualquier individuo, con un mínimo de sensibilidad humana y en solidaridad con la especie a la que pertenece, está en la ineludible obligación de actuar, en la medida de sus posibilidades, contra esa amenaza, so pena, en este caso sí, de convertirse en traidor al género y, lo que es peor aun, en traidor a sí mismo. Por eso, Julian Assange, el director de Wikileaks, el soldado Bradley Manning, Edward Snowden y todos los que en la década de los sesenta desafiaron la saña brutal de la policía norteamericana al protestar contra la guerra de Vietnam, cumplieron valientemente con lo que consideraron su deber, y hoy se han convertido en ilustres benefactores de la humanidad. "Nadie es una isla en si misma, cada hombre es un pedazo del continente...(...)".

A QUIEN PUEDA INTERESAR: el desabastecimiento, el alto costo de la vida y la crónica escasez de agua, son los tres jinetes del apocalipsis que están llevando a la desesperación a la sufrida población marabina.


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Alfredo Schmilinsky Ochoa


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