Eh, Michelle Bachelet es guabinosa ; en el fondo ella es una pinochetista un tanto con disfraz, pese a que al parecer Pinochet asesinó a su padre.
Y, respecto a Ollanta Humala, del que también se tuvo referencias como un motivo de esperanzas para Perú, como de la Bachelet para Chile, al parecer no es menos ni más que otro fraude.
Huelga decir porqué, todos saben a qué me refiero; obviar lo obvio no es en modo alguno hazaña de ocho cuartos, nada que ver, he ahí a esos dos, ex y presidente de Chile y de Perú, timoratos, al estricto cálculo electoral de sus países respectivos y nada que ver con la región excepto la coba.
El Presidente de Colombia, Santos Calderón, merece más respeto porque, a decir verdad, él está de frente contra Venezuela -no es un secreto- y, en tal sentido, se da la conversación colombo-venezolana entre Santos y Maduro, relación de alta política.
Santos es un enemigo de extrema peligrosidad para Venezuela pero el pueblo colombiano es nuestro hermano pueblo y eso es otra cosa aunque, un tanto al parecer, pareciese ser una contradicción irresoluble.
Bueno, uno sabe que el Presidente colombiano Juan Manuel Santos es no sólo enemigo de Venezuela sino de la región; en cambio, la Bachelet y el Humala se las dan de amigos pero son peores que Santos porque se las dan de lo contrario, camuflados.
La Bachelet puja por volver a presidir Chile pero al igual que el otro, Humala en Perú, están signados por ir en pos de la bendición de Obama.
Claro, eso es cosa de los hermanos chilenos y peruanos pero, también de la región.
No me gustan nada esas dos guabinas políticas; no es novedad el desplante que el ultra derechista Piñera le hizo a UNASUR recientemente en Surinam o que Santos lo secunde pero, las pajonadas de Humala, ahora, como las de la Bachelet ayer, cuando estuvo de presidenta, son del mismo tenor.
Las nuevas políticas que se gestan a partir de la ALBA, UNASUR, CELAC y de otras relaciones multilaterales, demandan franqueza no camuflajes porque los pueblos andamos atentos, lo que es la mar de importante.
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