¡No sé, pa´ mí, Obama, tú eres chismoso! Y te juegan la “guayaqueta”

Los muy “seriotes” y formales miembros de la Academia Sueca, a los que uno por lo dicho supone incapaces de “mamarle el gallo” a nadie, menos al mundo y “contimás” al presidente de los Estados Unidos, así se llame Barack Hussein Obama, parecieran que no son tales, sino unos grandes jodedores o desbordantemente irónicos, por decir lo menos.

¿A quién se le ocurre darle el premio Nobel de la Paz, creado por Alfredo Nobel con el fin de contribuir a pacificar al mundo, al presidente de un país que ha estado envuelto en todas las guerras habidas desde comienzos del siglo veinte y cuándo aquél apenas estaba tomando posesión del cargo? ¿Cómo avizorar lo que haría?

¿Fue un gesto dirigido a ironizar a Bush, guerrerista y agresivo entre los más, a EEUU o contra ellos mismos por haberle dado a aquél esa distinción? ¿Algo como una ironía para auto flagelarse? ¿Quién sabe? Habrá quien lo crea.

¿Ironizaron contra Obama sabiendo que sería un juguete en las manos de los halcones del Pentágono y toda la macolla guerrerista, agresiva y abusadora contra los derechos de todos los pueblos del mundo?

¿Simplemente actuaron de buena fe, dándole el premio sin justificación alguna como un mensaje o exigencia subliminal para que acabase con la práctica violenta de los círculos que se ciernen sobre la Casa Blanca?

Si uno cree esto último, estaríamos definiéndonos como demasiado inocentes e incompetentes para entender los mecanismos que mueven los tinglados en el mundo capitalista.

Es más sensato pensar, que la Academia sueca, esa formada por hombres “seriotes” e incapaces de hacer lo que uno habitualmente hace entre amigos o en la intimidad, porque son como muy especiales, le dieron aquel pergamino adelantado a Obama como una patente de corso para que hiciese lo que ha venido haciendo. Para decirlo mejor y más acertadamente, pudiese “sin pudor” jugar el rol que le pondrían a jugar “los dioses del Olimpo”, ante los cuales, también se inclinan los académicos suecos, aunque sea “haciéndose los suecos”.

Hoy mismo se informa, que diplomáticos occidentales, han admitido que sus países han venido contribuyendo y sirviendo de enlaces, para que EEUU espíe a Rusia, Irán y hasta China.

Pero antes de esta confesión, se desató un tsunami de protestas contra el propio Obama, por estar espiando, no ya las comunicaciones en distintos países, sino a sus propios aliados y más grave aún, directamente a los jefes de Estado.

Cuando Snowden habló del asunto, al muchacho hasta le condenaron por adelantado, en una demostración abultada de la democracia y derechos de la gente en su país. Hasta el mismo Obama, le calificó algo así como traidor a la patria por divulgar “mentiras” contra su “América” y sobre todo contra las buenas costumbres y pacíficas relaciones de su gobierno con los aliados o no.

-“¿Cómo imaginar esa chismografía que nosotros vigilar u oír lo que otros dicen, por el bien de nuestra seguridad? ¡Eso es estar contra nuestras buenas costumbres y proverbial respeto a la gente! Eso ser chisme”, dijo Obama con la cara de yo no fui, que ya uno no sabe dónde la patentaron.

Pero veamos los hechos. Creo, de buena fe, que a Obama los halcones, le pusieron a mirar desde la sala oval de la Casa Blanca, con pasmosa tranquilidad, hasta macabro cinismo, como un comando asesinaba a sangre fría a un personaje que dijeron ser Bin Ladem. No conformes con aquello, difundieron por el mundo la noticia con la imagen de Obama y sus más cercanos, entre ellos Hilary Clinton, gozosos percibiendo los hechos en tiempo real.

No habían pasado aún el trago amargo de las denuncias de Snowden, cuando Vilma Roussef, presidenta de Brasil, de hecho se negó – algo inusitado e impensable – a recibir a Obama, presidente de EEUU, como respuesta al haber descubierto que espiaban sus llamadas.

Luego sus aliados, como Francia, Inglaterra y hasta Italia, hicieron denuncias similares hasta llegar al grave caso de la canciller alemana Angela Merkel, cuyos organismos de seguridad descubrieron que EEUU le tenía el teléfono celular “pinchado”.

Ante ese tsunami, avalancha de denuncias, Obama calla. No encuentra como justificarse y sus voceros se vuelven un enredo, un ocho o una etcétera, al tratar de explicarse.

En concreto, ¿qué es Obama, titiritero o títere? ¿Le gusta el chisme, la pornografía y las escenas macabras como las de Bin Ladem o es una simple marioneta con quién, en la Casa Blanca y desde el pentágono, juegan la guayaqueta, como decimos los cumaneses?

De todo esto, lo que si es cierto, pues esos hechos lo confirman, como también el endeudamiento y la fragilidad de la economía, como dice Zbigniew Brzezinski, consejero de seguridad de Jimmy Carter, refiriéndose a EEUU, “nuestra posición dominante no es la misma de hace 20 años”. No obstante, aún disponen de dos cosas, la maquinita de hacer los dólares y una impresionante maquinaria de guerra. Con esos medios compran o amedrentan. Pero pareciera que el balón estuviera del lado de los chinos ¡Y allí vamos!


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Eligio Damas

Militante de la izquierda de toda la vida. Nunca ha sido candidato a nada y menos ser llevado a tribunal alguno. Libre para opinar, sin tapaojos ni ataduras. Maestro de escuela de los de abajo.

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