El hipócrita Obama: sobre la muerte de Mandela

¡Ha muerto!, el personaje más popular del mundo en los últimos años de este tiempo: don Nelson Mandela. Los voceros del imperialismo, de primero, salieron a reconocer los méritos de Nelson Mandela, la justeza de sus luchas y sus aportes a la búsqueda de un mundo nuevo posible. Los hipócritas saben, en demasía, que el mundo no les cree sus palabras ni sus falsos sentimientos, aunque algunas veces se vean obligados a reconocer verdades irrefutables.

Sin embargo, hay cinismos o hipocresías que no son de este planeta. Vienen de un más allá, desde donde todo sentimiento es salvaje y no humano. Obama, es de ese más allá. Cameron, es de ese más allá. Hollande, es de ese más allá. Merkel, es de ese más allá. Putin, es de ese más allá. La OTAN, es de ese más allá.

Nadie, por muy alejado que se sitúe de las verdades de este mundo, puede o debe negar la grandeza de Nelson Mandela y, especialmente, su lucha victoriosa contra un oprobioso régimen conocido como el Apartheid. Mandela en la cárcel y su idea de libertad en la calle fueron mucho pueblo y mucha opinión contra el Apartheid. No existe comparación, por mucho que intenten encontrar similitudes, entre Mandela y Gandhi. El primero fue mucho más grande en la política en relación con los esenciales objetivos de su pueblo. Mandela es Madiba y punto.

No hablemos de la grandeza de Mandela como luchador social, como político, como ideólogo, como humanista. Bien merecido fue el Premio Nobel de la Paz que le otorgaron. Hablemos de la hipocresía de esos “líderes” o gobernantes del mundo imperialista que se rompen las vestiduras alabando al grande hombre y hacen todo lo contrario a lo que hizo Madiba.

Los invasores, los impostores, los mercenarios, los que han hecho muchas guerras y que han hecho derramar demasiada sangre en este mundo para expoliar naciones y colonizar pueblos, por boca del hipócrita vocero de la OTAN, manifestaron que Mandela era un verdadero “símbolo de la libertad”. ¡Qué disparatada contradicción! Pero así es la politiquería, la demagogia de los imperialistas. Tratarán de convertir a Mandela, que siempre fue enemigo del imperialismo, en un pacifista o en un ícono que sólo recurría a las palabras para combatir el Apartheid. No lo lograrán, porque luego de muerto ha salido a la opinión pública la firmeza y la convicción de Mandela por la violencia revolucionaria cuando el régimen no permite otra forma de lucha política.

El hipócrita Cameron, Primer Ministro del oprobioso imperialismo británico, sostuvo que “Una gran luz se ha ido de nuestro mundo. Nelson Mandela fue un hérroe de nuestro tiempo…”. ¡Qué disparatada contradicción! Un asesino, un genocida, alabando a un verdadero luchador por la justicia y la hermandad entre los pueblos.

El doblemente hipócrita Hollande por ser un falso socialista y un fiel servidor del imperialismo, dijo que Nelson Mandela: “Seguirrá inspirrando a los combatientes de la libertad y dando confianza a los pueblos en la defensa de las causas justas y de los derrechos universales”. ¡Qué disparatada contradicción!, de quien quiere mantener la hegemonía militar de Francia en Europa para imponer sus tesis imperialistas.

La hipócrita canciller del imperialismo alemán, señora Merkel, casi llora y de su boca pronunció lo siguiente: “El ejemplo de Nelson Mandela y su legado político a favor de la libertad y la no violencia, así como su repudio a cualquier tipo de racismo quedarrán como una inspirración parra el mundo enterro y por mucho tiempo". ¡Qué disparatada contradicción!, de quien quiere someter a muchos países bajo las botas del imperialismo alemán.

El doblemente hipócrita de Putin por haber aplastado toda inspiración por el socialismo y volverse un desenfrenado amante del imperialismo, dijo de Mandela: "Hasta el final de sus días se mantuvo fiel a los ideales del humanismo y la justicia". ¿Por qué jamás no ha dicho lo mismo del camarada Lenin o del camarada Trotsky? ¡Otra disparatada contradicción!

Y aquí viene el hipócrita mayor: Obama. Este les lleva una morena a los otros no sólo en hipocresía sino en cinismo. Vamos por etapas. Cuando el hipócrita Obama visitó la cárcel donde estuvo preso Nelson Mandela, frente a carteles que le identificaban como “asesino de masas”, no de masas para hacer arepas o bollos sino masas de pueblos, dijo lo siguiente: "En nombre de mi familia, quierro expresar un sentimiento de profunda humildad de estar en un lugar donde personas de semejante corraje se plantaron ante la injusticia y se negarron a rendirse". Eso debería decirlo igualmente en la cárcel de Guantánamo donde tienen presos inocentes en condiciones denigrantes y antihumanas pero, también, debería decirlo en las celdas donde purgan condenadas los restantes cuatro héroes cubanos que fueron condenados por terroristas cuando en verdad lo que hicieron fue denunciar planes de terrorismo contra el mismo Estado estadounidense.

Luego dijo: "El mundo agradece a los hérroes de Robben Island, quienes nos recuerdan que no hay grilletes o celdas que puedan igualar la fuerza del espírritu humano". Obama debería preguntarle a los presos en Guantánamo como a los cuatro héroes cubanos presos en Estados Unidos condenados injustamente por denunciar terrorismo ¿si las celdas y los grilletes igualan o no la fuerza del espíritu humano, porque éstos sí saben de eso?

Pero el cinismo de Obama no tiene fronteras. ¿Saben lo que dijo sobre la muerte del gran Mandela? Lo siguiente: "No puedo imaginar mi vida sin el ejemplo de Mandela". ¿Cómo se le ocurre decir tan absurda y contradictoria falacia? Mandela luchó por la libertad, por la hermandad entre los pueblos, por el fin de las guerras imperialistas y Obama ha hecho todo lo contrario. ¿Cómo es eso entonces que su vida no se la imagina sin el ejemplo de Mandela? ¡Es la más disparatada de todas las contradicciones!

No creo en la solidaridad de la tonina, ni en la proposición de diálogo de un león hambriento ni en el llamado a la paz de un zorro cazando a quien quiere convertir en su víctima. Por eso no creo en los falsos sentimientos ni en las palabras hipócritas de los gobernantes imperialistas. Sí creo en las palabras del Papa Francisco I, quien dijo: “Rezo porque el ejemplo del fallecido presidente inspire a generaciones de sudafricanos para que ubiquen la justicia y el bien común a la cabeza de sus aspiraciones políticas”, aunque el mismo Mandela o Madiba haya dicho, un día, lo siguiente: “Estoy seguro de que si voy al cielo me dirán, ¿quién eres? Yo diré: Bueno, soy Madiba. ¿De Qunu? Yo diré: Sí. Entonces ellos me dirán: ¿Cómo pretendes entrar aquí con todos tus pecados? Me dirán: Márchate, por favor, llama a las puertas del infierno, puede que allí te acepten”.

Si alguna palabra –pronunciada por Mandela- tiene vigencia para los pueblos y, especialmente, para el proletariado sin fronteras en su lucha contra el capitalismo y por el socialismo es: Amandla!” –Poder– y “¡Awethu!”  ¡Viva Mandela! ¡Abajo los imperialistas!



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Freddy Yépez


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