El 1 de Mayo y la felicidad compartida en Cuba

Como defensa del pueblo y como homenaje permanente a los mártires de Chicago, que se alcen las voces bien alto para gritar, en avenidas y plazas de todas las ciudades: ¡VIVA EL PRIMERO DE MAYO! ¡LIBERTAD PARA LOS 3 HÉROES PRESOS!



Cuando se hable de la defensa de la Revolución Cubana por parte del pueblo cubano, habrá que recordarlo todo: pasado y presente, inmolaciones y sacrificios individuales y luchas, penalidades y dolores colectivos, y, por supuesto, alegrías y tristezas compartidos a lo largo del camino que han recorrido la patria y su pueblo.

La defensa de la patria y la revolución han sido consustanciales en todas las épocas, y las alegrías y las glorias de la patria fundada y crecida un día como el 10 de obtubre de 1868, con sus hitos de antes y después, han sido fruto de la revolución rebelde e indómita, que se han renovado en cada una de las etapas históricas. También las tristezas y las derrotas en muchos momentos de la historia han expresado la caída y la frustración de los ideales que la revolución encarnaba en sus diferentes estadios de desarrollo histórico.

Habrá que referirse siempre a la defensa de la revolución y la patria en todos los ámbitos y formas. Desde los grandes a los pequeños escenarios; desde los momentos cumbres (esas fechas que refulgen como soles) hasta los días comunes en que la lucha cotidiana quizás pierda la connotación de epopeya, aunque lo sea; desde los actos, actitudes y gestos heroicos o con otros matices de un individuo hasta los acontecimientos y manifestaciones colectivos que han sido indefectiblemente el motor de la historia de Cuba que hemos vivido y se conoce como gloria de la patria.

Entre los acontecimientos extraordinarios de lucha de nuestro pueblo en defensa de la revolución están las manifestaciones cívicas en calles y plazas, entre las cuales, los desfiles en conmemoración del día primero de mayo han reflejado a la vez el espíritu festivo y de lucha, como expresión del compromiso de los trabajadores y de todo el pueblo con su revolución triunfante. Así que el primero de mayo ha devenido una tradición de la festividad del cubano y de la unidad y apoyo a su obra mayor que es la Revolución. Y como algo consustancial, que eleva su carácter patriótico y revolucionario, también refleja su vocación y compromiso internacionalista a través de las expresiones variadas de solidaridad.

La patria va junto a la sangre de cada cubano bueno, porque al decir de Martí, “Patria es comunidad de intereses, unidad de tradiciones, unidad de fines, fusión dulcísima y conmovedora de amores y esperanzas.” Y añadía: “Pero este amor de patria ha de ser enteramente puro, sin mezcla de interés personal, activo, activo hasta el frenesí, hasta el sacrificio, hasta la bandera…” “Y la patria es de todos, y es justo y es necesario que no se niegue a nadie asiento a ninguna virtud.”

En este sentido del desinterés y el sacrificio hay que recordar a la legión de precursores y fundadores de la nación cubana, como Francisco Vicente Aguilera, que expresara que más que a su propia felicidad prefería la felicidad de su patria, como Carlos Manuel de Céspedes, que convocaba a los cubanos al sacrifico y, la vez, prometía que se podía contar con su abnegación, y como otros tantos que ofrecieron sus vidas para que la patria naciera, creciera y resplandeciera como nación libre, soberana y digna.

Este primero de mayo, los trabajadores y todo el pueblo demostrarán la pujanza y el entusiasmo en defensa del socialismo en un mundo complejo y en una hora en que el imperialismo prosigue sus planes repletos de acechanzas, amenazas y cálculos macabros sobre nuestro destino futuro.

En ocasión tan notoria y decisiva como la que vivimos hay que convenir en que existe una felicidad compartida entre la patria y el pueblo, que en voz de nuestro Héroe Nacional José Martí, expresa para hoy y el futuro que “a la felicidad del obrero se va por la felicidad de la patria, al obrero feliz se va por la patria feliz.”

Por todo lo que significa el primero de mayo en la historia mundial y nacional y como homenaje permanente a los mártires de Chicago, que se alcen las voces bien alto para gritar, en avenidas y plazas de todas las ciudades: ¡VIVA EL PRIMERO DE MAYO!


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Wilkie Delgado Correa


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