El deshielo del Ártico es un peligro inminente para la vida en la Tierra. La zona alberga una gran concentración de gas metano que se ha ido liberando de manera acelerada en la atmósfera. El gas metano asciende desde el fondo del mar en forma de burbujas que atraviesan el agua y se liberan en la atmósfera. Éste es un gas de efecto invernadero extremadamente poderoso.
El Ártico puede tener 1,400 billones de toneladas de metano aproximadamente. Los científicos advirtieron hace años que si el Ártico llegase a descongelarse se liberará el metano atrapado en el hielo y esto acelerará mucho más el calentamiento global. En Siberia hay indicios de que ese proceso comenzó. Investigadores rusos Igor Semiletov y la geoquímica Natalia Shakhova descubrieron que las concentraciones de metano en el agua, ésta cien veces por encima de lo considerado como normal.
La tercera amenaza es la posibilidad de la caída de un asteroide sobre la tierra, eventos que vienen ocurriendo con mucha frecuencia desde que la misma existe. Recordemos el asteroide caído en Rusia el 15-02-2013, el cual liberó una energía 30 veces más que la bomba atómica que EE UU lanzó en la ciudad de Hiroshima. Ese peligro para nosotros los habitantes del planeta es permanente. La Academia de Ciencia de Rusia recientemente publicó un informe técnico, donde propone enviar unos satélites hasta el asteroide 99942, denominado Apophis, con casi 328,08 yardas de diámetro, considerado el más peligroso para la tierra y cuya órbita le llevará a pasar muy cerca de nuestro planeta en los años 2029, 2036 y 2068.
Otra amenaza permanente es la probalidad de la explosión de unas cien bombas nuclear que produciría con seguridad un invierno nuclear. Estas bombas levantarían una enorme nube de polvo que estaría en suspensión en la atmósfera durante años. Esta capa de polvo dificultaría o impediría totalmente el paso de la luz solar, lo cual provocaría la muerte de los seres vivos que realizan la fotosíntesis. Contaminados toda el agua y los alimentos de la cadena alimentaria se extinguirían los demás seres vivos. El medio ambiente sería irrespirable, ocasionando que hombres y animales morirían directamente, al no poder realizar la respiración.
Esta hecatombe la conocen todos los gobernantes de los países poseedoras de estas armas. Pero el gobierno EE.UU no respeta ni a los países con igual potencial nuclear, persiste en los peligrosos despliegues anti-balísticos en las narices de Rusia, amenaza a Irán y al gigante de China. Nuestro destino parece morir todos a consecuencia del invierno nuclear. Las empresas transnacionales, la banca mundial y el 1% de la población que poseen el 90% de las riquezas mundiales lo saben igualmente, será que piensan trasladar sus riquezas a otros planetas que nosotros hasta ahora desconocemos. De otra manera, no podemos entender sus actitudes de imbecilidad.
