Atentos sobre la barbarie del capitalismo salvaje, causante del derroche ilimitado de recursos naturales no renovables, especialmente del petróleo y el gas, acumulado durante cientos de millones de años (400 millones) y que en apenas dos siglos se agotarán al ritmo del consumo actual, lo cual ha sido las causas fundamentales del cambio climático; y como ha ido, además, contra la propia especie humana y toda forma de vida, este fenómeno. Al parecer los líderes del mundo desean fervientemente “apocalipsis ahora”. Leamos.
Expertos en el ámbito mundial no vacilan en afirmar que casi la mitad de la humanidad vive hoy por debajo del nivel de miseria; el 20% más rico consume el 82,49% de toda la riqueza de la Tierra y el 20% más pobre se tiene que sustentar con un minúsculo 1,6%. Este es el mundo que anhela el fascismo, desde luego, ultra loco. Esos carajos será que no son capaces de ver más allá de su propia naríz.
Según la FAO en los próximos años habrá entre 150 y 200 millones de refugiados climáticos. La humanidad está hoy consumiendo un 30% más de la capacidad de reposición del medio ambiente. La Tierra está dando señales inequívocas de que ya no aguanta más la depredadora locura del demoledor y asesino capitalismo salvaje. Los centros de investigaciones más avanzados aseguran que queda muy poco tiempo para evitar una catástrofe irreversible.
Un nivel de 350 partes del dióxido de carbono por millón es todavía tolerable; hoy sobrepasa sin embargo la cifra de 390 y se incrementa a ritmo de 2 partes por millón cada año, rebasando los niveles de hace 600.000 años; las últimas dos décadas han sido, cada una de ellas, las más calurosas desde que se tienen noticias del registro; el referido gas aumento 80 partes por millón en los últimos 150 años.
El hielo del mar Ártico, la enorme capa de dos kilómetros de espesor que cubre Groenlandia, los glaciares de América del Sur que nutren sus fuentes principales de agua dulce, el volumen colosal que cubre la Antártida, la capa que resta del Kilimanjaro, los hielos que cubren el Himalaya y la enorme masa helada de Siberia se están derritiendo visiblemente.
Por lo que científicos notables temen saltos cuantitativos en estos fenómenos naturales que originan el cambio. Ninguna de las guerras que han tenido lugar en la historia, significa un peligro mayor. Que se sepa, el responsable principal de la tragedia que está sufriendo la humanidad es Estados Unidos, y desde luego, el capitalismo salvaje.
Siglos de explotación colonial y capitalista han dado lugar a un mundo donde un puñado de países superdesarrollados y ricos coexisten con otros inmensamente pobres que suministran materias primas y fuerza de trabajo, pero, lo que no estaba en la emisión de monedas “chatarras” era la eliminación de toda forma y especie de vida en la Tierra. Como respuesta, están cobrando es un impuesto por los niveles de contaminación, esta vaina la mueve única y exclusivamente el inorgánico dólar tras su pantalla subliminal.
La humanidad puso grandes esperanzas en la Cumbre de Copenhague, después del Protocolo de Kyoto suscrito en 1977. Pero en ambas cumbres prevaleció la cultura del egoísmo ante los intereses de los pueblos del mundo, cual es la vida.
Gran número y miles de representantes de los movimientos sociales e instituciones científicas decididos a luchar por preservar la humanidad del mayor riesgo de su historia, acudieron a Copenhague a reencontrarse con la naturaleza, con el medio ambiente, no obstante, en la capital danesa, impero el caos. Este escenario se vivió ayer nuevamente en la ONU. Hay que revivir la máxima de Engels y Marx: “proletarios de todos los países uníos”; si es que deseamos amparar a la humanidad y romper para siempre las cadenas de la opresión, tras la conquista de un mundo para la vida.
Es impresionante, pero existe muy poca voluntad política para entender que el mundo está en manos del Socialismo, que representa inequívocamente el único plan B para salvar y rescatar esta hermosa Tierra. Este amenazante escenario no es ninguna consigna.
¡¡¡Viviremos y venceremos!!!