Uribe, siempre Uribe ¡Hasta cuándo!

Es difícil creer, por muy ingenuo que uno sea, que las constantes incursiones de Uribe en asuntos de la política, obedezcan a la buena fe y simple deseo que las cosas se hagan como como a él le gusta. Uno sin quererlo y sí muy armado de las mejores intenciones, ve en el expresidente colombiano las cartas que intenta esconder bajo sus mangas. Porque para eso, usa las dos manos.

Estamos convencidos, por su sempiterna conducta que el personaje no es simple político de la derecha, entre los cuales suele haber gente con buenas intenciones y mejor disposición de servir, aunque sus propuestas siempre resulten al revés de lo que requiere la justicia profunda. No. En absoluto. Uribe no sólo juega con todas las trampas por delante, las cartas marcadas a los dos lados sino con la peor disposición contra la gente que perciba no dispuesta a prestarse a sus oscuros fines.

El general Alzate, sospechosamente alzado contra las normas de seguridad, se adentró por el río, en una pequeña embarcación, escasamente acompañado por un soldado y una dama abogada, en una región bajo el control de las Farc.

El público conoce detalles del asunto, como que por haberle secuestrado, "tomado como rehén" o prisionero de guerra en área de combate, el presidente Santos tomó la decisión de suspender las conversaciones de paz, las cuales, como dice un amplísimo sector de la vida colombiana, no es asunto que incumba sólo a los guerrilleros y al gobierno sino a la sociedad toda.

El presidente Santos está ahora en el Palacio de Nariño, porque los colombianos por la paz, quienes constituyen la mayoría allí le pusieron, tras derrotar al candidato de Uribe.

Uribe, ha dado demasiadas muestras de estar contra la paz, hasta tal punto que nunca ha querido aceptar la idea que ella puede y debe lograrse mediante el diálogo y la búsqueda de acuerdos que favorezcan a los colombianos todos y garanticen los derechos de quienes forman parte de la lucha armada en todos los frentes. Ha sido enfático al decir, que la paz únicamente se alcanza mediante la aniquilación del movimiento guerrillero, que por cierto, ya pasó de los sesenta años en combate. Posición que obedece a intereses absolutamente diferentes a los del pueblo colombiano en su conjunto.

Ahora, en medio de este incidente, se destaca desde Colombia, por medio de voceros oficiales, que quien informó de la detención de Alzate, fue justa y curiosamente Álvaro Uribe Vélez.

Mientras tanto, desde diversos ángulos, se ha visto el asunto de la presencia del citado general en aquel espacio y en las condiciones en que hasta allá llegó y sin el consentimiento de sus autoridades superiores, empezando por el propio presidente, quien ha dicho que tendrá que explicar su conducta, como "sospechosa, queriendo sugerir con eso que pudiera tratarse de un intento de poner palos entre las ruedas de la carreta de la paz que pareciera andar hasta de prisa.

Pero las cosas no han marchado como hubiera querido Uribe. Como la gente de buena fe esperaba, las Farc, hasta ahora, están comprometidas a entregar al prisionero y el presidente Santos ha dicho que ya tiene en sus manos las coordenadas del sitio donde se haría la entrega; la Cruz Roja misma, ha sido portavoz de esta versión y se apresta a colaborar como otras veces. De donde uno espera, que eso se concrete y las conversaciones de La Habana continúen dando buenos frutos. Aunque noticias más recientes, hablan de operativos implementados por el ejército en el área donde se halla la guerrilla que tiene detenido al general, al parecer con la intención de rescatarle o más bien impedir que la Farc, en gesto de buena fe, que sería del agrado de los colombianos, le devuelva a su hogar.

Con anticipación a este intento del ejército, se ha dicho que entre los altos mandos de éste, se hallan personajes contrarios a las conversaciones de paz, cosa que uno le cuesta poner en duda.

Estando así las cosas, Álvaro Uribe, se atreve a proponer que llegado el momento de un acuerdo crucial que implique el inicio del retorno de los combatientes guerrilleros a la vida ciudadana en Colombia, estos acepten ser concentrados en un área especial y específica y además propone "se les coloque bajo el control y cuidado del ejército, para nadie les dispare".

Tal proposición, pese incite a la risa, por la aparente ingenuidad de lo propuesto, como no propio de la sagacidad y mañosería del personaje, revela su mente macabra, repleta de deseos incontrolables de ruindad.

Uribe estaría en poder de un genio diabólico que le incita a la maldad sin límites, en tal grado, que ya ni siquiera tiene espacios para maniobrar ni habilidad para tramar sus triquiñuelas y comienza a caer en infantilismos.

Ni pendejos que sean los guerrilleros van aceptar se les concentre, como a los indígenas americanos en aquellas "reservas", sitios determinados y cuidados por el ejército, para allí ser exterminados, aunque esa no sea la intención del Presidente Santos, pero sí de gente como Uribe y unos cuantos más arriba.



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Eligio Damas

Militante de la izquierda de toda la vida. Nunca ha sido candidato a nada y menos ser llevado a tribunal alguno. Libre para opinar, sin tapaojos ni ataduras. Maestro de escuela de los de abajo.

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