Fidel: lecturas sobre las relaciones entre EEUU y Cuba

En el camino de los pueblos nada es fácil...Tenemos que tratar de ser cada
vez mejor ejemplo, para que no nos puedan destruir, ¡porque nos quieren
destruir para que no seamos ejemplo! .. pero quiero decirles que ahora no
debemos dormirnos sobre los laureles, hay que seguir luchando. Fidel


Hay instantes en que es conveniente retrotraerse al pasado, ya para mirar
hacia las fuentes nutricias del presente, ya para proyectar y vislumbrar
el futuro, y alcanzar así una síntesis de la realidad vivida o por vivir.

El análisis de los acontecimientos más recientes que se derivaron de
los acuerdos entre los gobiernos de EE.UU. y Cuba implica lecturas
diferentes que abarquen los diversos matices que merecen los numerosos
asuntos involucrados.

Son muchas las conclusiones y especulaciones que circulan desde el
anuncio sorpresivo de tales acuerdos en las voces de Raúl y Obama, y no
hay duda de que existe mucha tela que cortar ahora y más tarde. Sin
embargo, la intervención de Raúl ante la Asamblea Nacional despeja
cualquier incógnita y precisa los enfoques en base a los cuales cabe
analizar los caminos que se deben recorrer en las relaciones entre los
dos países.

Aún no conocemos las reflexiones de Fidel en torno a este momento,
aunque quizás ya hayan sido pensadas o redactadas, y que no diferirán
de las ideas sustentadas por Raúl. Sin embargo, mientras ese instante
llega, considero que las ideas expuestas por Fidel en el acto de
conmemoración del VII aniversario del 26 de julio, en las Mercedes,
estribaciones de la Sierra Maestra, el 26 de julio de 1960, son fiel
reflejo de las esencias que explican los cambios que se han anunciado
en lo que respecta a las relaciones entre ambos países. Quienes
presenciamos aquel acto multitudinario en la enorme planicie donde se
construía la Ciudad Escolar "Camilo Cienfuegos", nunca olvidaremos el
fervor de pueblo liberado que impregnaba a los asistentes de todas
partes del país y a los delegados de los países de América Latina,
entre los cuales se encontraban los asistentes al Primer Congreso
Latinoamericano de Juventudes y Estudiantes.

Expresó Fidel en aquella ocasión ideas que parecen dichas para ahora,
cuando se acerca el cincuenta y seis aniversario del triunfo de la
Revolución, cuando hemos vivido la emoción de la llegada a Cuba de los
tres Héroes cubanos y cuando se ha anunciado el restablecimiento de
relaciones diplomáticas de los Estados Unidos con Cuba, así como otras
medidas por parte del gobierno de aquel país. Estas ideas contenidas en
los fragmentos tomados del discurso, vale la pena que se graben en
nuestras memorias y se esculpan en cada casa, edificio, monumentos,
etc., en fin, que se salven para todos los tiempos en cada obra
material e inmaterial de la nación cubana.

Decía Fidel entonces, y es como si nos hablara ahora: "Y recordar los
minutos de adversidad es bueno, recordar los minutos en que las realidades
presentes no eran más que sueños, es bueno, recordar la lucha, es bueno,
recordar el sacrificio y el dolor que han costado las victorias, es bueno;
es bueno porque nos enseña, es bueno porque nos dice que en el camino de
los pueblos nada es fácil, nos enseña que los pueblos para conquistar
aquellas cosas que anhelan tienen que sacrificarse y tienen que luchar muy
duramente, y que los pueblos no se pueden desanimar en la adversidad
(APLAUSOS), y que los revolucionarios no se pueden desalentar en la
adversidad, ni en los momentos difíciles, porque los pueblos que
perseveran y los hombres que perseveran triunfan, los pueblos que luchan y
los líderes que luchan, llevan adelante sus sueños; los pueblos que saben
erguirse frente a los obstáculos marchan adelante; los pueblos que no se
desaniman ni se acobardan ante el tamaño de las dificultades que tengan
por delante, tienen derecho a la victoria, los pueblos que no tiemblan
ante el adversario poderoso, los pueblos que no tiemblan ante el precio
que tengan que pagar por su libertad, los pueblos que no tiemblan ante el
precio que tengan que pagar por su dignidad, los pueblos que no tiemblan
por el precio que tengan que pagar por la justicia, los pueblos que no
tiemblan ante el precio que tengan que pagar por su felicidad, tienen
derecho a la felicidad, tienen derecho a la victoria, tienen derecho a la
libertad, tienen derecho al progreso, tienen derecho a la dignidad
(APLAUSOS y EXCLAMACIONES DE: "¡Venceremos!").

Y nuestro pueblo es uno de esos pueblos que no tembló nunca ante el
sacrificio, es uno de esos pueblos que no tembló nunca ante el precio que
le obligasen a pagar por su dignidad y por su libertad (APLAUSOS); un
pueblo que no tembló ni temblará nunca ante el precio que tenga que pagar
por su felicidad (APLAUSOS Y EXCLAMACIONES DE: "¡Fidel, Fidel, Fidel!").

¿Qué quiere nuestro pueblo? Nuestro pueblo quiere esto, nuestro pueblo
quiere, sencillamente, ser feliz. Y quiere ser feliz al precio que cueste
ser feliz (APLAUSOS). Y nuestro pueblo empezó a ser feliz desde el mismo
minuto en que empezó a sentirse realmente libre (APLAUSOS).

Fidel se refiere también a la solidaridad latinoamericana con la
Revolución y los destinos que unen a nuestros pueblos: "(…) Hoy, al pasar
por delante de nuestra tribuna revolucionaria esos entusiastas hermanos de
los distintos pueblos de la América, que vinieron a traernos el amor, la
simpatía y el calor de sus tierras (APLAUSOS), como para darnos el ánimo,
al recibir ese aliento que ellos saben que nosotros necesitamos en esta
hora, vivíamos ciertamente, uno de esos minutos, que en un marco como
este, un día como hoy, frente a esa Sierra donde se gestó la victoria,
tenía que hacernos excepcionalmente felices.

(…) Y eso quiere decir que los cubanos, en su esfuerzo por conquistar la
felicidad, se ven ya en la necesidad, no solo de pensar en nosotros mismos
—lo cual sería egoísta, lo cual sería ingrato—, sino que se ve obligado a
pensar en los demás pueblos hermanos de América (APLAUSOS).

Los cubanos, en nuestro esfuerzo por conquistar nuestra felicidad, estamos
arrastrando hacia el mismo propósito a los demás pueblos hermanos de
América (APLAUSOS). Y puesto que la principal causa de la agresión a
nuestra patria obedece al propósito de evitar que seamos un ejemplo para
esos pueblos, en esa misma medida, en la medida en que nos quieran
destruir, para que no seamos ejemplo, ¡es deber nuestro tratar de ser
ejemplo para que no nos puedan destruir! (APLAUSOS Y EXCLAMACIONES DE:
"¡Venceremos, Venceremos!")

Tenemos que tratar de ser cada vez mejor ejemplo, para que no nos puedan
destruir, ¡porque nos quieren destruir para que no seamos ejemplo!
(APLAUSOS.) Y puesto que si pudieran destruirnos no seríamos ejemplo, ¡si
podemos ser ejemplo no podrán destruirnos! (APLAUSOS Y EXCLAMACIONES DE:
"¡Cuba sí, yankis no!")

De este modo, al venir a constituir nuestra patria un ejemplo, de la misma
manera que nos quieren destruir, nuestra salvación está, a la larga, en
que los demás pueblos de América vean en Cuba un verdadero ejemplo
(APLAUSOS Y EXCLAMACIONES DE: "¡Cuba sí, yankis no!").

(…) Al perpetrar esa agresión bárbara y cobarde, contra el esfuerzo de un
pueblo que está luchando tanto por ser feliz, se han acabado de quitar la
careta ante todos los pueblos hermanos de América y les han dicho a esos
pueblos, les han hablado con lenguaje inequívoco a nuestros hermanos de
América Latina, diciéndoles que no traten de ser libres, que no traten de
hacer escuelas ni hospitales, que no traten de recuperar los recursos de
su patria, que no traten de recuperar sus minas, sus petróleos, sus
industrias y sus tierras; que no traten de recuperar su economía, que no
traten de recuperar su soberanía plena, que no traten de hacer ciudades
escolares; que no les hagan barcos ni casas a los pescadores; que no les
pongan fábricas ni hogares a los pobres que vivían en la indigencia; que
no le pongan escuelas al pueblo; que no traten de hacer feliz al pueblo;
porque ellos, los oligarcas que gobiernan a Estados Unidos, son enemigos
jurados del progreso y de la felicidad de los pueblos (APLAUSOS).

(…) Les han dicho a nuestros hermanos de América Latina que son enemigos
jurados de los pueblos de América Latina y les han dicho más, les han
dicho: "te compro"; les han dicho a los gobiernos de América Latina: "te
compramos, estamos dispuestos a comprarte y estamos dispuestos a pagarte
un precio porque no apoyen a la Revolución Cubana; estamos dispuestos a
pagarte un precio para que te unas a nosotros contra la Revolución
Cubana". Les han dicho a los gobiernos de América Latina: "te compramos,
estamos dispuestos a pagarte un precio para que te unas a la maniobra
contra Cuba".

(…) La Revolución, además, ha despertado las conciencias, ha enseñado a
ver, y sobre todo a ver las grandes injusticias y ver las grandes
mentiras. La Revolución ha sido como una luz que se enciende en medio de
la noche (APLAUSOS), la Revolución ha sido como un sol, cuyos rayos
alumbran un amanecer para la patria (APLAUSOS). La Revolución nos ha
enseñado lo que no habíamos aprendido en muchos años vividos; la
Revolución nos ha enseñado a comprendernos unos a otros, a querernos unos
a otros.

(…) Yo les prometo que voy a terminar, pero quiero decirles que ahora no
debemos dormirnos sobre los laureles, hay que seguir luchando.

(…) Prometámosles a los que dieron su vida para engendrar la vida de la
patria que seguiremos esforzándonos para que nuestra patria sea cada día
mejor ejemplo.

Y aquí, frente a la cordillera invicta, frente a la Sierra Maestra,
prometámonos a nosotros mismos, comprometámonos a seguir haciendo de la
patria el ejemplo ¡que convierta la Cordillera de los Andes en la Sierra
Maestra del continente americano!"

Mirando hacia todo un pasado recorrido y hacia todo un futuro
previsible, bastan ahora estas palabras: Compromiso cumplido y
renovado, Comandante.


 



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Wilkie Delgado Correa


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