Hay que reiterarlo para que no se engañen cientos de venezolanos que a ciegas siguen a una oposición que clama por la intervención extranjera y la toma del poder por una dictadura de la catadura de la chilena de las décadas del setenta y ochenta…
Detrás de estas acciones de violencia que hemos vivido los venezolanos durante en estos casi dos años del gobierno de Nicolás Maduro, están detrás los gringos con sus monigotes criollos que pareciera que muy poco conocen (?) la historia de sus andanzas en nuestro Continente desde hace más de 150 años, pues luego de que logran derrocar gobiernos que ejercen sus responsabilidades con soberanía y atienden los intereses de las grandes mayorías históricamente excluidas, colocan en los Palacios de Gobierno de su patio trasero, sólo dictadorzuelos de todo tipo de calaña, que no solamente torturan y desaparecen a comunistas y a quienes no comulgan con sus políticas económicas del mayor despojo, sino hasta muchos de aquellos que validos de sus altos liderazgos y alcurnia en los sectores de la derecha, estuvieron clamándole con éxito al poder imperial que les impusieran uno de esos personajes siniestros, como sucedió en Chile con estos dos personajes de la social democracia cristiana de ese país: Eduardo Frei Montalva, ex presidente de la República (1964/70), quien muere envenenado durante una operación de una hernia en una clínica de Santiago, en enero de 1982, con gas mostaza sulfúrica, talio y otros agentes químicos, como lo comprobó la justicia chilena años después (2006) al ser exhumado (Asesinato de Eduardo Frei - Wikipedia, la enciclopedia libre) y Bernardo Leighton Guzmán, dirigente de primera línea de ese partido, ex vicepresidente de la República y exministro del interior del gobierno de Frei Montalva, quien junto a su esposa quedó paralítico de por vida luego de que sicarios contratados por la policía política chilena, la DINA, los acribillaron a balazos en 1975 para asesinarlos en Roma donde vivían como exiliados políticos, sin que lograran su objetivo (*).
Sobre el primero, Eduardo Frei Montalva, hay que decir que es voluminosa la documentación imperial desclasificada que comprueba que recibió altas sumas de dinero de la CIA, no solamente para apalancar y asegurar el éxito de su campaña por la presidencia a comienzos de la década de los años sesenta, como para sufragar los costos de sus andanzas en contra del gobierno de la Unidad Popular de Salvador Allende (El apoyo de la CIA al PDC - Archivo Chile) y en el caso de Leighton Guzmán, diremos que por su alto cargo en la dirección del mismo partido socialcristiano de Frei, resulta muy cuesta arriba llegar a pensar que él no estaba al tanto de esas ayudas de la CIA y para qué las erogaba esa agencia creada para el espionaje y la injerencia gringa en el mundo, todo lo cual nos muestra lo paradójico que resulta evidenciar que mientras ambos tenían una gran cercanía con el gobierno de Washington, al punto de que hacían parte de la lista de sus lacayos, tan importante credencial de nada les sirvió a ninguno de los dos para asegurarles la mayor seguridad en sus integridades físicas e impedir que la dictadura pinochetista los liquidara, sin compasión alguna.
La relación de nombres de otras personas con distinta militancia a la de los socialcristianos mencionados, pero igualmente de toldas políticas de centro y de la derecha neofascista que conspiraron tanto o más contra Allende y que pedían a gritos la caída de su gobierno y la instauración de un régimen de fuerza, que también cayeron en la lista negra de la recién instalada Junta Militar, es bastante numerosa. El asesinato y la desaparición de personas que le infundían al régimen algún tipo de sospecha correspondía a una planeada política de Estado que se implantó en el país sureño con el beneplácito absoluto de Washington, lo cual permitió que tan sangrienta dictadura durara diez y siete años (**)
De manera que con esta nota intentamos buscar la manera de que seguidores de la oposición que aún no les ha llegado la disociación psicótica a términos irreversibles y todavía están en capacidad de reflexionar y pensar racionalmente en función de las experiencias muy ciertas y muy concretas que nos muestra la historia nada lejana de nuestra Latinoamérica y Caribeña, que la democracia venezolana con todas las fallas y errores que se puedan advertir, jamás nos llevaría por la senda de la barbarie y la muerte, como sí lo haría un régimen tiránico impuesto por Washington en complicidad con la derecha troglodita de nuestro país.
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(*) Según Wikipedia, en 1975, específicamente el lunes 6 de octubre, a las 20.20 horas locales, fue baleado junto con su esposa por neofascistas italianos en asociación con Stefano delle Chiaie en la puerta del edificio de apartamentos donde vivía en Roma.
Según documentos desclasificados de la CIA, Delle Chiaie había contactado antes al agente de la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA), Michael Townley, y al cubano Virgilio Paz Romero (un compañero de Luis Posada Carriles), para preparar un atentado en contra de Leighton.