Las elecciones municipales y autonómicas han supuesto una derrota sin paliativos del PP. Ha perdido 10 puntos, 2,5 millones de votos, que rompen el entramado institucional de nepotismo y corrupción que sostenían las mayorías absolutas impuestas desde 2007 y, en algunos casos como el ayuntamiento de Madrid, desde hace más de 20 años.
La tendencia cara a las elecciones generales es clara: el PP, ni siquiera con el recambio de Ciudadanos, podría mantener la mayoría de la derecha.
El PSOE pierde 2 puntos y 700.000 votos. Pero si se compara con 2007, son 12 puntos de caída. Juntos, los partidos del régimen del 78 pasan del 71,4% al 52% en estos años de la crisis, a lo que hay que sumar una caída de 6 puntos de CiU en Cataluña.
Las candidaturas unitarias de la izquierda, como Barcelona en Comú, Ahora Madrid y las Mareas gallegas, el ascenso de Compromís en Valencia y la irrupción de Podemos en las autonómicas, suponen un giro a la izquierda capaz no solo de poner freno a las presiones de las clases dominantes de un gobierno PP-PSOE, sino de condicionar por la izquierda pactos de progreso con el PSOE en Aragón, Asturias, Castilla la Mancha, Valencia, Baleares y Extremadura. Y de forma similar, en Navarra con Geroa Bai.
Izquierda Unida, allí donde ha contribuido a la unidad de las izquierdas, ha sabido mantenerse y reforzar su implantación social. Pero las debacles de Madrid y Valencia exigen una refundación imprescindible, tantas veces aplazada.
En Cataluña, el proceso soberanista sale reforzado también gracias al giro a la izquierda. ERC y las CUP compensan con creces la perdida de voto de CiU. Barcelona en Comú aporta la clave de una soberanía inclusiva social. El nuevo protagonismo del cinturón rojo, sitúa en primer plano la necesidad de aunar la lucha por los derechos sociales y la República catalana.
En Euskal Herria, a pesar del cambio sustancial en Navarra, el PNV incrementa su hegemonía a costa de EH Bildu en Guipuzkoa.
En este escenario, apoyado en una mayor movilización popular y un importante cambio generacional que se expresa en el apoyo a Podemos y las candidaturas de confluencias unitarias de la izquierda, se abre la perspectiva de derrotar al PP en las elecciones generales de noviembre de este año.
La condición para ello es reagrupar en un mismo espacio político de resistencia y alternativa al neoliberalismo a las distintas izquierdas.
El camino de la construcción de una alternativa al régimen del 78 pasa por la unidad de la izquierda, por primarias y funcionamientos participativos plenamente democráticos, por la defensa de programas de emergencia y gobiernos de izquierda frente a las políticas neoliberales.
Desde la organización marxista La Aurora contribuimos a esta perspectiva prometedora que apunta el giro a la izquierda en estas elecciones municipales y autonómicas.