"El gran peligro del cristiano,
es predicar y no practicar,
creer pero no vivir de acuerdo
con lo que se cree."
Antonio de Padua.
Hace algunos meses, una conocida abogada de Acarigua, con varios años de ejercicio, y además con una función pedagógica en un instituto de educación superior, me hizo la siguiente pregunta: ¿Tú lees la biblia? Rápido le respondí de manera afirmativa; mi respuesta la acompañe con la tranquilidad necesaria, consciente de lo que estaba diciendo, porque toda la vida, he sido un fiel seguidor del pensamiento de Jesús de Nazaret, el hombre de carne y huesos, quien fue crucificado por defender su pensamiento en defensa de los desamparados de la tierra.
Ese valiente mortal, se ha venido multiplicando en todo el mundo a través del tiempo; pueden más las ideas al servicio de los "ofendidos y humillados" de la tierra, que todas las montañas de dinero acumulada por los poderosos de la tierra; por algo el Papa Francisco, dijo en la Iglesia Catedral de San Cristóbal de la Habana: "La riqueza pauperiza"; es decir empobrece el espíritu y el corazón, algo muy sencillo de percibir en cualquier parte, cuando la prioridad del ser humano, sea el dinero a manos llenas, sin importarle la suerte de los demás.
Los tres últimos Papas han visitado a Cuba Socialista: Juan Pablo II, Benedicto XVI y ahora Francisco, como comúnmente se ha dado a conocer en todo el mundo; han sido recibidos con verdaderas muestras de aprecio, bajo el sol ardiente de la isla. Muchos se preguntarán ¿Qué mueve estas históricas visitas a un país, bloqueado por la mayor potencia de la tierra? Son muchas las razones, pero entre las más importante se encuentra una señalada por el Comandante Fidel Castro, en una entrevista con Frei Betto, en 1985, luego se convirtió en un libro muy leído, cuando dijo: "Hay 10 000 veces más coincidencias entre el cristianismo y el comunismo que entre el cristianismo y el capitalismo". Estas palabras, para los altos jerarcas de la iglesia venezolana, entre ellos Jorge Urosa Sabino y Baltazar Porras, es una herejía, porque coinciden cada momento con los dirigentes opositores venezolanos, cuestionando las posturas del gobierno cubano en materia de derechos humanos, y la permanente lucha por la paz de la tierra.
En esta oportunidad se han mantenido en silencio; no he leído en ningún diario venezolano, alguna declaración de estos importantes personajes en relación con los viajes del Papa Francisco, predicando las verdaderas enseñanzas de Jesús de Nazaret y a la vez alertando al mundo del peligro de una tercera guerra mundial; han callado, poniendo en práctica una muestra de falsedad, propia de Juan Vicente Gómez, cuando le preguntaban sobre alguien, con quien no estaba de acuerdo, pero no podía apartarlo de su lado, siempre respondía con su parsimoniosa manera de hablar "Aja de ese señor, ni para bien, ni para mal" algo parecido está sucediendo, con las brillantes homilías, sobre todo las pronunciadas en cuba, las ignoran por una razón muy sencilla: no están de acuerdo con su pensamiento renovador en bien de los pobres del tierra.
Para nadie es un secreto los esfuerzos del Papa Francisco, por denunciar los preocupantes conflictos en la tierra; todos tienen su origen en las grandes desigualdades sociales, el cual ha venido alertando, porque la pobreza es cada día mayor. Un ejemplo de los que estamos diciendo, es la cantidad de emigrantes, sobre todo en el medio oriente por las secuelas dejadas por los ataques despiadados de los Estados Unidos en los últimos años. Cada día el capitalismo muestra su salvajismo, como lo calificó el Papa Juan Pablo II; el consumo es su verdadero sostén, amparado en las innovaciones tecnológicas, presentadas como algo urgente y necesario.
Por el otro lado, las necesidades básicas del ser humano: salud, educación, vivienda y alimentación se hacen muy difíciles de satisfacer; nada en ninguna parte del mundo está fácil; sin embargo, siempre escuchamos el mismo cuento chino: "Me voy para tal parte, porque una amiguita o amiguito, se fue hace algún tiempo, y ya tiene carro, apartamento y un trabajo bien pago" Voy hacer, como decía un viejo revolucionario ya fallecido: "Les voy a creer, para que no se pongan bravo"; pero además voy a seguir de cerca el viaje del Papa Francisco a Los Estados Unidos, un país agobiado por una gran descomposición social; para ver si lo reciben con el mismo calor humano de Cuba Socialista; por primera vez un sumo pontífice hablará en el congreso norteamericano.