Piden frontera abierta mafias y bachaqueros

A un mes del cierre de la frontera venezolana con Colombia se comienzan a observar algunas señales positivas en nuestro país mientras que para los vecinos subsidiados, se refleja un balance negativo y una merma en sus ingresos, sobre todo para quienes habían hecho del bachaqueo y del contrabando una forma de vida.

Especialmente en los estados fronterizos del Táchira, Zulia, Apure y Amazonas una secta de venezolanos, en alianza con neogranadinos, muestran caras largas y piden a todos los santos (entre ellos al Santo de Colombia) para que abran la frontera y puedan seguir alimentándose con el caudal de ingresos y negocios turbios logrados a través del trampolín del cambio de divisas o el "dólar today".

En el Táchira, por ejemplo, donde el gobernador José Gregorio Vielma Mora ha hecho una extraordinaria labor de control, apoyado por la FANB y el gobierno del Presidente Maduro y otro tanto Arias Cárdenas en El Zulia, se ha mantenido a raya a los bachaqueros y pimpineros, quienes desde Colombia han protestado la medida por considerar legítimo el derecho de vender combustible venezolano, así provenga del contrabando.

Por su parte del lado venezolano, miles de ciudadanos, quienes no merecen el nombre de compatriotas, están desesperados y cuentan los días para que se reabra la frontera para poder seguir en su negocio, el cual generaba ganancias exorbitantes, gracias a su conexión con los pimpineros del otro lado de la frontera, quienes son protegidos a través de cooperativas por el propio gobierno de Colombia.

Detrás de este negocio se han destapado muchas ollas, porque el contrabando de combustible tiene muchas modalidades; existen estamentos o niveles por donde se mueve la fuga de gasolina y diesel hacia Colombia.

Están los integrantes de la cadena de carros o vehículos con su tanque de gasolina adulterado; es decir, con un incremento en la capacidad con la cual fueron fabricados por sus ensambladoras, pero que por el negocio han sido modificados por expertos en la propia frontera y en especial, en la ciudad de Cúcuta (talleres especializados).

Se da el caso de tanques, cuya capacidad original es de 60 litros por su diseño de fábrica, pero que al ser modificados llevan a Colombia hasta 300 litros y la guardia fronteriza no los detecta o no los detiene (se hacen la vista gorda) y además, en las estaciones de servicio u otros sitios, los abastecen sin limitación.

Paralelamente está el sistema de gandolas (con capacidad superior a los 38 mil litros) con logo de la industria, que con supuestos permisos del gobierno venezolano pasan (muy de madrugada) a llevar combustible al vecino país, amparados dizque en un "acuerdo internacional" para abastecer estaciones de servicio autorizadas; pero que al final del cuento, tienen otro destino para el combustible y además cuentan con luz verde en los puestos fronterizos (cadena de involucrados).

Es muy importante ahora que se mantiene el cierre de frontera, hacer un seguimiento por parte de Pdvsa y del Ministerio del Poder Popular de Minería y Petróleo a todas las estaciones de servicio de la zona, las cuales según el ritmo natural de la afluencia de vehículos tienen contabilizados los volúmenes promedio de venta y sus altos ingresos, gracias al paso libre de sus productos hacia la frontera.

Desde luego, todos estos concesionarios (mafiosos algunos) con su permiso legal y la venía del Estado venezolano, han hecho su agosto y desangrado al país.

Los vendedores de combustible han permitido que compatriotas en los estados fronterizos sean castigados con largas colas y en especial en los estados Táchira (San Cristóbal, Táriba, La Grita, La Fría, Colón, Rubio, Capacho, San Antonio, Ureña, etc.) y en el Zulia (Maracaibo, Cabimas, Bachaquero, Mene Grande, Machiques, Casigua El Cubo, Paraguachón, El Guayabo, etc.).

Las ganancias son exorbitantes por el subsidio que mantiene el Estado venezolano a la gasolina: Según el Diario "El Mundo", por ejemplo: "Calculado en pesos colombianos, el litro que en Venezuela cuesta 29 pesos en Colombia se vende a 2.275 pesos, y esto es un tremendo incentivo para los traficantes de gasolina" - especialmente en los estados fronterizos - donde un litro se vende a precio internacional hasta por 83 bolívares y en este momento, ha subido a más de 100 bolívares el litro (un negocio mayor que la droga).

Todo ello, a pesar de haberse instrumentado la automatización y un chip por parte de Pdvsa, pero el contrabando venía en aumento al momento del cierre de la frontera.
Leer más en: http://www.elmundo.com.ve/noticias/economia/politicas-publicas/datos-claves-sobre-el-precio-de-la-gasolina-en-ven.aspx#ixzz3nScbLwPz

Con la medida del gobierno venezolano se han matado varios pájaros de un solo tiro. Por eso no es para nada gratuita la posición del gobierno de Colombia de negociar ahora con Venezuela, en todos los órdenes (cuando su posición inicial fue la de acusarnos internacionalmente de violadores de los derechos humanos)

Ahora, ¡oh casualidad! se muestran muy espléndidos y dispuestos a dialogar y colaborar con el gobierno bolivariano después de la reunión de Quito. Esto lo aplaudimos, pero a la vez decimos: ¡tanta amabilidad nos confunde!

De la cooperación abierta y disposición al diálogo - no dudamos - pero está a su vez, debe estar sujeta a que no se abra de nuevo la frontera para continuar con la "guachafita" y el desangramiento de nuestro combustible y de nuestra comida.

Este punto representa una "papa caliente" la cual al otro lado de la frontera no están dispuestos a costear; porque tienen "una papayita" con el subsidio venezolano, que mantiene a una alta población superior a los diez millones de colombianos, ubicados en los 2.219 kilómetros (sin incluir los 6 millones que conviven con nosotros en el país).

Mientras en Colombia se busca la paz interna con la guerrilla de las FARC - EP en La Habana; cosa que apoyamos, también recordamos lo que decía nuestro "Comandante Supremo "Hugo Chávez : "La Paz de Colombia es la paz de Venezuela".

Nosotros en la Patria de Bolívar también queremos la paz del vecino país y la de toda nuestra frontera, libre del narcotráfico, del contrabando y del paramilitarismo; pero también afirmamos, "Seamos buenos vecinos pero no pendejos" y a la vez nos preguntamos: ¿cómo es eso que Colombia quiere la paz y mantiene las siete bases militares norteamericanas en su territorio?...

¡Amanecerá y veremos!



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Marco Tulio Arellano

Jubilado en Pdvsa

 arellanomt@hotmail.com      @Homugria

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