Cuando se lee[1] <https://mail.google.com/mail/u/1/> que la Real Academia
sueca otorgó este año el Nobel de Economía (vulgarización de su denominación
original = "Premio del Banco de Suecia en Ciencias Económicas en memoria de
Alfred Nobel"), se tiende a suponer que este galardón, de una incuestionable
objetividad universal, reservada en sí misma a las ciencias que
originalmente señaló el fundador de estos premios, pudiera interpretarse que
aquel también gozaría y merecería tantos méritos en favor de toda la
humanidad, sin distingos clasistas como los otorgados, por ejemplo, a los
Nobeles de Física o de Química[2] <https://mail.google.com/mail/u/1/> .
Eso, a mi modesto juicio, no es así. Ya desde el mismo momento que es
costeado por entidades bancarias financieras privadas, vale decir, con
tácitos fines de lucro, o sea, organismos mercantiles, burguesas o
capitalistas, le ensucia aquella cualidad científica que el galardonado
pudiera albergar ingenua o conscientemente como investigador serio,
profesionalmente objetivo, una cualidad, por supuesto, muy atípica para
quienes, al negar o soslayar los aportes de Karl Marx, sobre la pobreza,
como es el tema estudiado por el beneficiario de este "Nobel" 2015 que
estamos tratando en esta entrega, y dirigir sus investigaciones a la
defensa a ultranza de un modo de producción ya declarado hasta por el vulgo
como agotado, no está haciendo otra cosa que negar al citado científico e
investigador por antonomasia , Marx, fuente inevitable misma de cualesquiera
investigaciones "modernas" que sobre ese malestar social que confronta la
mayoría de la humanidad burguesa-su clase trabajadora-desde hace milenios.
[1] <https://mail.google.com/mail/u/1/> Correo del Orinoco, Suplemento
Dominical No. 260 (sic) (Caracas), 8/10/2015, pág. 3.
[2] <https://mail.google.com/mail/u/1/> El nobel de Medicina es más
tecnológico que científico.