Francia acogió y presidirá la vigésimo primera Conferencia de las Partes de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 2015, también llamada "París 2015" del 30 de noviembre al 11 de diciembre. Se trata de un cónclave crucial, ya que debe desembocar en un nuevo acuerdo internacional sobre el clima aplicable a todos los países (196 gobiernos son los participantes), cuyo objetivo es mantener el calentamiento global por debajo de los 2ºC. De acuerdo a los compromisos asumidos en otros encuentros, ésta debe ser la cita definitiva de la que se esperan responsabilidades vinculantes para la reducción de los gases de efecto invernadero.
Esto ocurrirá ante las dramáticas consecuencias que sufre un gran segmento de la especie humana, casi la mitad de la humanidad vive hoy por debajo del nivel de miseria; el 20% más rico consume el 82,49% de toda la riqueza de la Tierra y el 20% más pobre se tiene que sustentar con un minúsculo 1,6%. El planeta está dando señales inequívocas de que ya no aguanta más la depredadora locura del demoledor y asesino capitalismo salvaje. Los centros de investigaciones más avanzados aseguran que queda muy poco tiempo para evitar una catástrofe irreversible. Hay otro factor que se nos viene encima, la superpoblación, y la comida y el agua comenzarán a fallar.
Un nivel de 350 partes del dióxido de carbono por millón es todavía tolerable; hoy sobrepasa sin embargo la cifra de 390 y se incrementa a ritmo de 2 partes por millón cada año, rebasando los niveles de hace 600.000 años; las últimas dos décadas han sido, cada una de ellas, las más calurosas desde que se tienen noticias del registro; el referido gas aumento 80 partes por millón en los últimos 150 años.
El hielo del mar Ártico, la enorme capa de dos kilómetros de espesor que cubre Groenlandia, los glaciares de América del Sur que nutren sus fuentes principales de agua dulce, el volumen colosal que cubre la Antártida, la capa que resta del Kilimanjaro, los hielos que cubren el Himalaya y la enorme masa helada de Siberia se están derritiendo. Ninguna de las guerras que han tenido lugar en la historia significa hoy día un peligro mayor. En fin, es la democracia la que necesita del socialismo para detener la conclusión de toda forma de vida en nuestra Madre Tierra.