Mauricio Macri, recién electo presidente de la República Argentina, quien nada tiene que ver con lo de gaucho, en ninguna de las acepciones de la palabra, al contrario es una expresión casi opuesta a lo que representa el aludido, por lo que lamento que en esta página un colaborador haya hablado de "derecha gaucha", si tiene algún mérito como factor político, piensa uno en primera instancia, es no haber ocultado su formación y predisposición neoliberal. El y los suyos, a lo largo de la campaña, fueron deshojando su programa que no es más que el recetario típico del FMI, el mismo que le aplicaron a la patria de San Martín por muchos años, con más incidencia durante el período cercano al arribo de los Kirchner al poder. Pero también fue cristalino al poner de manifiesto su adhesión a la política gringa y al capital internacional todo, del cual es socio, como por entre tantas cosas estar muy ligado a la empresa FIAT, fabricante de automóviles de origen italiano, al hacer propaganda política manifestándose abiertamente contra Venezuela y ofrecer, casi como parte de su programa, que al asumir el cargo para el cual ha sido elegido, solicitará a MERCOSUR la expulsión de Venezuela. Le dio tanta importancia a este asunto y lo consideró como punto sustancial en su campaña que, en el debate preelectoral entre los candidatos al balotaje o segunda instancia, hizo alusión a esa disposición suya. Porque Macri, es un empresario poderoso, nada distinto a los fracasados expresidentes Sebastián Piñera, de Chile y Ricardo Martinelli de Panamá, quienes asumieron sus cargos sólo por hacer negocios y casi fueron aventados de sus funciones como jefes de Estado. El panameño hasta prófugo de la justicia es y, como cosa nada curiosa, para eludirla, se refugió en Miami.
La coherencia de Macri es tal que acaba de escoger para futura ministra de seguridad a quien en el pasado, ocupando la cartera del trabajo, redujo salarios y jubilaciones nada y nada menos que en un 13 por ciento.
Acá en Venezuela la oposición no sólo celebró el triunfo de Macri, lo que es lo más natural del mundo, porque gana un aliado en el gobierno de un país de mucho peso como lo es la Argentina, que contribuyó de modo protagónico, siendo Néstor Kirchner su presidente, a derrotar el intento de EEUU y el entonces presidente Bush de imponernos el ALCA, propuesta neoliberal del gusto de este nuevo presidente argentino, sino que, para asombro de uno, hace público su deseo se saque a Venezuela del Mercosur. En un programa radial acá en la ciudad de Puerto La Cruz, un candidato a diputado suplente de la MUD, celebró por partida doble. Se salió del libreto opositor de ocultar lo que harían, como negar reducciones en la inversión social, que ellos llaman simplemente "gasto improductivo", que acabarían con los planes del gobierno destinados a defender a la población más débil o pobre y volveríamos a las privatizaciones, aumento indiscriminado de servicios básicos, nombrando sólo esto por no extendernos. Además, el pueblo de Venezuela, en buen número, sabe bastante de eso, porque fue la causa del "Caracazo".
En mi opinión personal, creo que el deseo de Macri, es sólo eso y al mismo tiempo una manera de satisfacer a sus socios de más arriba. Ya hemos leído como el canciller uruguayo ha desestimado tal comentario por considerarlo fuera de la lógica y dicho "veremos si esa proposición se concreta" y agregó que "en Venezuela no están dadas las condiciones" para atender aquella solicitud. Como todavía, decimos nosotros, no están dadas las condiciones para destruir al propio MERCOCUR, UNASUR, CELAC y todo aquello que entorpezca los fines de la política gringa. Aunque por ello vienen.
Desde Brasil, una fuente muy estimada, asegura que las gestiones de Macri, en ese sentido, ante el gobierno de Vilma, donde estará aquél de visita en los próximos días, no tendrían ningún éxito, sobre todo porque, aparte de quien ejerce allí la presidencia, el país amazónico no está en disposición de ceder su condición de líder en el área.
Es decir, se podría asegurar que tal gestión no tendría éxito; pero aún queda la duda si Macri insistirá en su oferta, sabiendo que como dijo el canciller uruguayo, no hay justificación o sustento para ello.
Lo curioso y llama la atención acerca de la torpeza de la derecha venezolana es asociarse a tal pedido. Eso la denuncia una vez más atada a los designios, lo que para ellos no es malo, pero sí para la mayoría de los votantes, de la política norteamericana que cobraría a Venezuela por su osadía, aunque no podrá impedir el ingreso de Bolivia, por las mismas razones; y siendo la participación de nuestro país en ese gran acuerdo comercial, económico suramericano una conquista que nos abre posibilidades, sacarla sería un grave daño, no a Nicolás Maduro y la dirigencia del Psuv, sino al país todo. Como si alguien pudiese aplicar una medida que nos impida vender petróleo o comprar alimentos a país alguno. Está bien que lo pida y celebre Macri, quien dudo lo lleve a afecto por el volumen comercial entre su país y el nuestro, pero no que un venezolano pida y celebre eso; sobre todo alguien aspirante a gobernar.
Pero antes de seguir quiero destacar como Macri, habla de solicitar la expulsión de Venezuela del Mercosur, decisión que no está en sus manos, pero no ha hablado, asunto que sí lo está, de romper relaciones diplomáticas y comerciales. Este es un asunto, por la alta cifra de intercambio, que afectaría no sólo a Venezuela, sino a muchos dentro de la Argentina; quizás por esto y porque sí depende exclusivamente de su disposición, el recién electo presidente no dice nada para no quedar en entredicho. El expulsarnos de MERCOSUR no significa aislar a Maduro o dañar su patrimonio, sino negar a los venezolanos, exportadores, importadores y en última instancia a los consumidores que somos todos, un mercado de gran potencial. ¿A quién se dañaría?
Lo que vale la pena recalcar o insistir es como la derecha venezolana está dispuesta a hacer todo aquello que sea necesario, hasta afectar el interés nacional, con tal de deshacerse de Maduro. Este asunto, relacionado con la amenaza de Macri de pedir expulsión de Venezuela de Mercosur, manifiesta o demuestra una vez más que la oposición venezolana juega o mueve sus piezas dentro del esquema general de juego de los gringos y el capital internacional que, con tal de apoderarse del país, están dispuestos a dañarnos a todos los venezolanos, hasta el extremo de provocar una guerra entre hermanos o introducir agentes extraños que nos aniquilen.
La petición de Macri, con el apoyo de la derecha venezolana no es una simple sanción al gobierno sino un castigo y exclusión de los venezolanos de un mecanismo de intercambio que debe beneficiarnos. ¡Insólito!
Si así piensan sobre ese elemental asunto, no es difícil entender que por considerar lo que se invierte en misiones y pensiones de abuelos, es un gasto innecesario, las eliminarían o harían todo lo posible para no cumplir con ellas. Además, hay antecedentes en Europa y aquí. Recuerden el drama de los viejitos y sus pensiones del IVSS, de gente que pagó toda la vida para ganarse ese derecho.
Macri, en Argentina, como señalamos arriba, acaba de designar para un importante cargo a alguien que en el pasado rebajó sueldos, salarios y jubilaciones para enfrentar una crisis generada por el gran capital. ¿Acaso eso no nos induce a recurrir a aquella sentencia "cuando veas las barbas de tu vecino arder pon las tuyas en remojo?