Fidel Castro debe dar una aplastante respuesta a la afirmación calumniosa de la revista Forbes sobre la supuesta fortuna almacenada por el líder revolucionario cubano. Quienes conocen a Fidel y al carácter virtuoso de la Revolución Cubana saben que la noticia de Forbes es pura hojarasca y vilipendio, y que alguna prensa del mundo se ha hecho eco de esa información mentirosa y canallesca, con intención marcada de divulgar lo que interesa a los amos que mueven los hilos tras bambalinas. Es un ejercicio inútil contra alguien, como Fidel, que tiene toda una vida presidida por la virtud y el sacrificio más acendrados, y que por eso mismo es su escudo protector y su mejor defensa contra los dardos y el veneno que sus enemigos pretendan disparar y regar.
El pensamiento de Fidel tiene una riqueza extraordinaria para nutrir el mundo espiritual de la humanidad y la formación de sus valores y aspiraciones. Sus ideas han sido la guía para la construcción de una nueva sociedad en Cuba. Aún se lucha por su perfeccionamiento y el alcance de metas superiores en lo humano y en todos los aspectos diversos que pueden hacer posible una felicidad plena. Estas ideas también se propagan a hombres y pueblos de otras partes del mundo.
Sobre aspectos que conciernen con el sentido de la vida y los valores que lo sustentan, son estas ideas. Las primeras corresponden a un fragmento de una carta escrita desde el Presidio Modelo, y se refieren a la necesidad de asumir la vida austera como un paradigma.
"Valdré menos cada vez que me vaya acostumbrando a necesitar más cosas para vivir, cuando olvide que es posible estar privado de todo sin sentirme infeliz. Así he aprendido a vivir y eso me hace tanto más temible como apasionado defensor de un ideal que se ha reafirmado y fortalecido en el sacrificio. Podré predicar con el ejemplo que es la mejor elocuencia. Más independiente seré, más útil, cuanto menos me aten las exigencias de la vida material.”
Las siguientes ideas, se refieren a la virtud de la verdad. En un mundo donde prevalece una confusión ideológica entre lo real y lo ficticio, entre la verdad y la mentira, hace mucha falta meditar en la filosofía revolucionaria que encierra estas palabras:
"Nos casaron la mentira y nos obligaron a vivir con ella. Por eso parece que el mundo se hundiera, cuando escuchamos la verdad; como si no valiera la pena que el mundo se hundiera, antes que vivir en la mentira.”
Sólo habría que añadir que se impone que la humanidad viva en la verdad, sólo así se salvará el mundo y se alcanzará, al fin, la felicidad humana. Y que más independiente seremos, más útiles, cuanto menos nos aten las exigencias de la vida material, tal como ha expresado Fidel.